Asilo en Europa: El 90% de los pedidos armenios es rechazado
Ereván (Ani Hovhannisyan para HETQ).- "Estábamos durmiendo. Me despertó el sonido de la voz de un agente de policía que estaba parado junto a mi cama. Nos decía que teníamos dos horas para recoger nuestras cosas. Nos estaban devolviendo a Armenia", relata Luciné (hemos cambiado su nombre).
En el año 2014, Luciné, su marido y sus dos hijos fueron deportados a Armenia. Habían estado viviendo allí durante seis años, pero se le negó el estatus de residencia.
Un atrás, la Agencia de Migraciones de Suecia (SMA) había anunciado su decisión de expulsar a 22.000 inmigrantes ilegales enviándolos a sus países de origen. La noticia fue dada a conocer por el jefe de la Policía de Frontera de Suecia, Patrik Engström; y tuvo gran repercusión en la prensa, y por supuesto entre los inmigrantes.
Luciné y los suyos vivían en un departamento provista por SMA, política adoptada por las autoridades para localizar fácilmente a los refugiados. Cuatro agentes de policía los escoltaron a Ereván a bordo de un vuelo especial.
"Fuimos bien tratados durante todo el vuelo. Al arribar a Zvardnodz, los policías suecos entregaron nuestra documentación a la guardia fronteriza armenia que nos miró de tal manera que comprendí de inmediato que ya habíamos llegado a Armenia", cuenta Luciné. "'Así que son éstos los deportados', preguntó el oficial que comenzó a tratarnos con tono brusco. Me puse muy nerviosa. Habíamos dejado atrás nuestra casa, nuestras pertenencias, la escuela de los niños, todo lo que teníamos. Y nos encontramos en Armenia donde no fuimos recibidos de la mejor manera.
En promedio, unos 315 ciudadanos armenios de son obligados a hacer el mismo y forzado viaje de regreso a Armenia. De acuerdo a Eurostat, una base de datos de la Unión Europea, el 90% de los ciudadanos armenios que solicitan asilo en los países de ese continente son rechazados. De los que son aceptados, un 50% es admitido como refugiado y los demás reciben un estatus humanitario (ancianos, enfermos, menores no acompañados, etc.).
En comparación con los países vecinos, Armenia tiene el mayor número de personas que solicitan asilo en Europa. En consecuencia es también quien mayores rechazos acumula. Sin embargo, los ciudadanos azeríes tuvieron mayor aceptación como refugiados -el 20%-, seguramente por las condiciones políticas en que vive esa sociedad. Georgia tuvo también un 8% de refugiados aceptados. Los porcentajes coinciden con el nivel de democracia de esos países medidos por un organismo europeo que sitúa a Georgia en el puesto 87, Armenia en el 120 y Azerbaidján en el 148 lugar mundial.
La mayoría de los ciudadanos armenios que sufrieron el rechazo de su asilo permanecen ilegalmente en la UE. Sólo el 22% de ellos regresa voluntariamente a su tierra o es deportada. Durante 2014 y 2015, fueron 1305 los armenios que regresaron a su patria. De ellos más de la mitad fue deportado.
En promedio, cada año 4.623 ciudadanos armenios presentan solicitudes de asilo en Europa. Ese número es siete veces mayor del que retorna al país.
En contrapartida, el gobierno armenio nada ofrece a los que deben reinsertarse luego de emigrar. La UE asignó más de un millón de euros a Cáritas Armenia para desarrollar el Programa de Migración y Desarrollo (MPD), que colabora en la tarea de reasentamiento de esas personas. Desde hace unos años y hasta febrero de 2016, esa entidad asignó 700 euros a cada adulto y 350 euros a cada menor. El tope familiar no superó los 2.000 euros.
Tatevik Tovmasyan, una asistente del MPD, nos informó que las sumas no se entregan directamente a los beneficiarios, sino que se utilizan para cubrir sus necesidades básicas, como alimentos, medicamentos o alquileres.
Pero no todos los que regresan a Armenia tienen los beneficios de Cáritas. Sólo los obtienen aquellos que han pasado un mínimo de seis meses en la UE, Suiza, Noruega y Liechtenstein, y que hayan solicitado ayuda dentro de los seis meses de su retorno y cumplen con los requisitos establecidos. De acuerdo a los registros de Cáritas más de medio millar de armenios recibieron la asistencia para facilitar su reintegración.
Luego de regresar a Armenia, Luciné y su familia volvieron a dejar el país. Los mil quinientos euros provistos por Cáritas Armenia no fueron suficientes para reinsertarlos en Armenia. “La situación imperante no nos permitió criar a nuestros que nos hubiera gustado. Hemos tratado de comenzar algún negocio, pero no pudimos. Entonces decidimos irnos otra vez”, nos dice.
Cada año reciben en algún país europeo su documento de residencia unos 4.200 ciudadanos armenios. Las mujeres superan a los hombres cuando se trata de recibir tales permisos. Muchas de ellas reciben esa autorización para contraer matrimonio, en cambio la mayoría de los permisos para los hombres están relacionados con el trabajo.
Mientras que las mujeres que recibieron el estatus de residencia para el matrimonio o el propósito de la educación superan los hombres, más varones obtienen residencia para propósitos relacionados con el trabajo (remunerativos). Francia, España, Bélgica, Grecia y Suecia, son los países donde se otorgan autorizaciones familiares o matrimoniales, en cambio los que más permisos laborales otorgan son Polonia y España.