Betty Seferian: “El scoutismo en Homenetmen me formó como persona”

04 de septiembre de 2019

Betty Seferian es docente y psicopedagoga de profesión aunque hoy se dedique al comercio. Desde muy chica ingresó a las filas del scoutismo de Homenetmen y hoy es representante de Comunidades en Scouts de Argentina. Con lágrimas en los ojos y el orgullo a flor de piel, Betty habla del scoutismo y de Homenetmen. Su segunda casa, el lugar donde creció y se formó.

—Tu historia familiar, Betty.

—Mi familia materna era de Esmirna y la paterna de Gesaria. Mi hermano y yo nacimos en Argentina cursamos primero en el Instituto Arslanian, hoy San Gregorio, y después pasamos a Jrimian. A la vez comenzamos las actividades en el Movimiento Scout de Homenetmen junto a mis primos.

—Tu formación profesional.

—Terminé en Jrimian y comencé a ejercer como docente en el sector idiomático de San Gregorio. Estudié en el Instituto Superior de Profesorado Sara C. de Eccleston y pude ejercer en la sección oficial. Después estudié la licenciatura en Psicopedagogía en la Universidad del Salvador. Por razones familiares me incliné más para el lado del comercio.

—Tu recorrido en la Agrupación Ararat.

—Empecé en scoutismo a los 10 años en Cabaña. En mi época era Guías del Sol y estábamos afiliadas a la Asociación de Guías Argentinas (AGA) y después de varios años nos convocaron para ser colaboradores en distintas ramas. Como me gustaba más trabajar con los niños varones, elegí ir a Manada personificando a Chill, el pájaro en la selva. Llegué a ser Akela (jefa de la Manada) y así seguí mi carrera. Por la facultad tuve que dejar un par de años y en el 2009 la Comisión Regional de Homenetmen me convocó para volver. Durante estos años tuve experiencias positivas. El scoutismo de Homenetmen me dio muchisimo, me formó como persona al igual que mi familia. Como persona, como dirigente y como armenia. En el 2011 junto a la kuir Ceci Daghlian formamos parte de la comitiva de Armenia en la Asamblea Mundial de Curitiba y en el 2014 fui como representante de colectividades a Eslovenia. En 2015 viajé al Campamento Mundial de Japón, una muy linda experiencia porque tuve la oportunidad de estar con el grupo scout de Armenia, Homenetmen Hask, y vivenciar lo que es un campamento mundial. Me da mucho orgullo decir que soy scout y de Homenetmen.

—¿Qué te motivó a volver al scoutismo y hacer el curso de Insignia de Madera?

—Siempre mi ilusión fue tener el cordón de Insignia de Madera porque los veía a mis jefes, para mi era un orgullo tenerla como lo es tener el uniforme scout. Cuando era más chica no estaba esa posibilidad porque en ese momento los varones estaban asociados a la Institución Nacional del Scoutismo Argentino (INSA) y las chicas a AGA. De grande pude hacer el curso de Insignia de Madera que era una asignatura pendiente. Scouts de Argentina (SAAC) y Homenetmen me dieron la posibilidad de hacerlo. Creo que hay que perfeccionarse cada día más para ser mejores dirigentes no solo en el scoutismo sino en la vida. El hombre no es perfecto sino perfectible.


Un objeto. Mi uniforme scout, la insignia de Homenetmen, es lo que más me conmueve, me moviliza, es un sentimiento.

—¿Cuál es tu rol dentro de Scouts Argentina?

—En 2014 durante la Asamblea Mundial, el jefe scout nacional de ese momento, Gerardo Mattei, me comentó que Scouts de Argentina tenía la intención de formar el área de Scouts de colectividades y que me nombraba a mi como representante. Me sorprendí muchísimo. Para mí fue un orgullo porque me habían convocado y porque representaba a Homenetmen. Fue algo muy importante que a un dirigente de Homenetmen lo hayan convocado a ese rol. Renovamos nuestra promesa con los integrantes de las demás áreas. Formamos un equipo bárbaro de mucha colaboración y respeto. Quiero destacar la colaboración de scouts de Argentina hacia mí.

—¿Cuál considerás es el el rol del scoutismo de Homenetmen para la comunidad?

—Es la formación del niño hacia el futuro, no solo como persona sino también como dirigente tanto de Homenetmen como en la vida profesional. Nunca hay que olvidarse el tiempo y el lugar que la institución les dio para la formación de su ser. El futuro de la colectividad depende de nuestros jóvenes. Quiero hacer un llamado a esas personas que pasaron por Homenetmen a ayudar: cada uno puede aportar algo. Hay que dejarles espacio a los jóvenes, pero también podemos colaborar y brindar un granito de arena. Nuestro club es sentimiento, es familia, es nuestra casa. Creo que Homenetmen tendría que ver cómo puede formar a los deportistas como futuros dirigentes, porque es deporte y scoutismo, tanto un grupo como el otro tiene que estar formados para serlo.

—¿Cómo ves a la comunidad armenia en Argentina?

—Veo que se trabaja para la comunidad pero lamentablemente por el ritmo que llevamos, muchas veces nos olvidamos. Si cada uno destinara unas horas, la colectividad sería de otra manera. Tendríamos más dirigentes y más personas trabajando. Considero que cada vez se habla menos armenio y eso es lamentable. Para hacer Causa Armenia, para difundir nuestra historia, nuestra cultura, nuestra religión, tenemos que salir de lo que es el campo de Homenetmen. Con la comida y con el “ian” no sirve. Hoy una dirigente de Homenetmen está en SAAC, tenemos que lograr que más dirigentes ocupen cargos importantes. A través de esto vamos a hacer Causa Armenia. Si nos basamos en nuestro lema “Բարձրացիր, Բարձրացուր” (Elévate y eleva), entonces el adulto tiene que ayudar para que el otro se eleve. En la vida como dirigentes no tenemos que ser egoístas. Nos falta mucho, falta abrirnos.

Sofía Zanikian
Periodista
sofi.zanikian@outlook.com

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