Inexistente libertad de prensa

Can Dündar: "Turquía se convirtió en la mayor cárcel de periodistas"

01 de noviembre de 2016

Can-DundarEstrasburgo (Mónica Faro para EFE).- Tras ser condenado, pasar tres meses en la cárcel y verse obligado a dejar su país, el periodista turco Can Dündar, nominado como finalista al premio Sájarov que concede el Parlamento Europeo (PE), alerta de que "Turquía se ha convertido en la mayor cárcel de periodistas".

"Turquía es una gran prisión de periodistas y yo vengo de ella. Hay más periodistas en la cárcel que en China e Irán juntos. La presión es insostenible", afirmó Dündar en entrevista con Efe en la sede de la Eurocámara en Estrasburgo.

Dündar, director del periódico de centroizquierda "Cumhuriyet", se ha convertido en un símbolo de la libertad de prensa en su país, al tener que exiliarse desde el fracasado golpe de Estado del pasado mes de julio y del que las autoridades turcas culpan al predicador islamista Fethullah Gülen. La reacción de las autoridades turcas al golpe produjo una amplia purga en sectores de la prensa, las fuerzas armadas, la judicatura y la función pública del país.

Las autoridades turcas condenaron a Dündar y al redactor-jefe de "Cumhuriyet", Erdem Gül, a cinco años de prisión por revelar supuestos "secretos de Estado" en un reportaje que publicaba imágenes de un aparente envío de armas de Turquía a Siria.

Después de pasar tres meses en la cárcel, y tras un juicio en el que Dündar sufrió un intento de asesinato, ambos fueron liberados por una sentencia del Tribunal Constitucional, que el propio presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, puso en tela de juicio al pedir que no se acatara la decisión judicial.

"Toda mi vida ha cambiado. Dejé mi país, estuve en la cárcel y fui tiroteado frente al Palacio de Justicia. Me he tenido que ir lejos de mi mujer, de mi casa y de mi país", relata el periodista, quien lucha por que su esposa, a quien el Gobierno turco confiscó el pasaporte, pueda salir de Turquía.

Dündar escribe ahora una columna semanal en el diario alemán "Die Zeit", pero aclara que no quiere dejar de ejercer su oficio en su país, y confía "en lograr volver a hacerlo".

"Tenemos que seguir luchando por ello y pedimos que Europa modifique su política en pro de la libertad y de los derechos fundamentales", subrayó. Según el periodista "Europa debería ser más crítica" con lo que está ocurriendo en Turquía.

"Pero no quieren molestar a Erdogan criticándolo por los refugiados (de Siria asentados en territorio turco), y él lo está aprovechando", afirmó.

Espera que la UE "cambie su política y realmente defienda sus valores" en lugar de "llegar a acuerdos sucios", en referencia al documento firmado en marzo entre Bruselas y Ankara para gestionar la crisis migratoria.

En este contexto tildó de "mentira" y "vergonzoso" ese acuerdo, y lo consideró "muy decepcionante para quienes apoyaban los ideales occidentales" en su país. Por ello, alertó que Turquía, el único país secular en el mundo islámico con una gran población moderna, "está perdiendo su perspectiva europea".

"Es una lástima, porque entrar en la Unión Europea sería realmente una gran oportunidad para mostrar que este no es un club 'cristiano', que la islamofobia no está viva", recalcó.

También alertó de que Erdogan "está exportando la opresión" al resto de Europa, en relación al caso de Hungría, donde el mayor diario opositor, "Népszabadság", sufrió un cierre temporal y ha sido comprado por una empresa cercana al primer ministro húngaro, el conservador Viktor Orbán.

"Para Europa estos ataques a la prensa son algo nuevo, por eso es tan importante acabar con este tipo de agresiones. Si dejamos que Erdogan se salga con la suya, habrá más consecuencias en Europa", concluyó.

Dündar fue nominado al Premio Sájarov con el apoyo de La Izquierda Unitaria y Los Verdes, impulsores de una resolución sobre la situación de la profesión periodística en Turquía que se votará este jueves en el pleno.

Según datos de Reporteros Sin Fronteras, Turquía está en el puesto 151 (de un total de 180) en términos de libertad de prensa, y, desde el intento de golpe de Estado, las autoridades turcas han cerrado por decreto, al menos 125 centros informativos, que han provocado la pérdida de empleo de 2.500 profesionales; asimismo, han retirado 660 licencias de prensa y 49 pasaportes.

 

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