Preocupación

¿Cómo pueden afectar a Armenia las sanciones estadounidenses a Rusia?

09 de agosto de 2017

putin trumpEreván (Armenian News Network).- Una mayoría absoluta del Congreso de Estados Unidos adoptó un nuevo paquete de sanciones contra Rusia, Irán y Corea del Norte. La pregunta que surge es cómo estas acciones pueden afectar y que consecuencias traerán para Armenia.

Algunos pueden pensar que el malentendido político actual entre Washington y el Kremlin no va a afectar panorama regional. Podríamos estar de acuerdo con esta declaración hace dos años, pero hoy la situación es diferente. Somos testigos de una crisis cada vez más profunda de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia. Esto no para de preocupar a Ereván. Es que cada brecha creada entre las dos superpotencias reduce las oportunidades de maniobra política para Armenia, cuestiones que son vitales para la país.

Se trata de un caso raro para la historia estadounidense, donde 517 de 530 legisladores se unen alrededor de un proyecto de ley, independientemente del partido o la facción parlamentaria a la que pertenezcan. Además, por primera vez en dos décadas, corporaciones petroleras como Exxon Mobil y Chevron no pudieron influir en la decisión del Congreso. De hecho, el poder legislativo desempeña la función de defender los intereses globales de Estados Unidos. Durante los últimos ocho años, la abrumadora mayoría de congresistas y senadores catalogaron como débil la postura del demócrata Barack Obama, cuya política ha cuestionado el liderazgo mundial de Estados Unidos. Muchos republicanos esperaban que el nuevo presidente cambiara la situación, obligando a la comunidad mundial a reconsiderar la posición de Washington.

Sin embargo, los escándalos políticos dentro de la administración y el deseo del propio Trump de establecer un diálogo con Rusia, obligó a la elite del partido a actuar independientemente. El deseo de los republicanos de demostrar al mundo que América no ha ido a ninguna parte y que no renuncia a sus posiciones (ni en Siria, ni en Ucrania) junto con el deseo de los demócratas de vengarse del actual presidente, acercó a ambos partidos. Ahora, habiendo adoptado estas sanciones, el Congreso condenó a sus aliados y grandes contribuyentes europeos a pérdidas económicas.

Hasta la fecha, las compañías petroleras estadounidenses sólo pueden participar en los proyectos donde la participación rusa no supera el 33%. También es evidente que las elites del partido están listas para "matar" el proyecto "Nord Stream 2" para evitar el fortalecimiento de Rusia en Europa. En otras palabras, se envió un mensaje claro: los europeos deberían comprar energía a sus aliados y no a sus rivales.

Según el nuevo documento, el Congreso prohíbe al presidente tomar decisiones independientes sobre la cancelación o restricción de las sanciones. Así, el Capitolio sacó a la Casa Blanca del juego, ya que la mayoría absoluta de votos superará cualquier intento de tratar de imponer un veto.

Entonces, ¿cómo puede esta situación amenazar a Armenia? En primer lugar, no debe olvidarse que EE.UU. y Rusia son dos de los tres  copresidentes permanentes del Grupo de Minsk de la OSCE, encargada de la solución del conflicto de Nagorno-Karabagh. Esto significa que la estabilidad relativa en la frontera se mantendrá mientras Washington y Moscú estén interesados ​​en sostener el statu quo. En los primeros años, ambos estados encontraron coincidencias en sus miradas con respecto al conflicto. Sin embargo, hoy no solo hay un deterioro de las relaciones, sino también un reagrupamiento de fuerzas e intereses. Azerbaidján representa más del 80% de las últimas compras de armas ofensivas rusas. Esto indica el aumento del peso político ruso después del estancamiento duradero del vínculo entre norteamericanos y azeríes que comenzó bajo la presidencia de Obama.

Cabe destacar que las relaciones entre Estados Unidos y Turquía también están en crisis. Es que desde el país americano no ocultan su disgusto frente al régimen de Erdogan, que en la desesperación, mira cada vez más hacia Moscú. Recientemente, Turquía y Rusia firmaron un acuerdo para la compra de sistemas de defensa aérea S-400. Algunos militares estadounidenses expresaron su preocupación por este acuerdo, ya que es la primera vez que Moscú suministra estos sistemas a un miembro de la OTAN. Por otra parte, hace cinco años, los norteamericanos se negaron a brindar su tecnología antiaérea a Ankara porque no querían fortalecer su posición militar y política en la región. La Casa Blanca sabe que una Turquía fuerte siempre es impredecible y agresiva (recordando por ejemplo la ocupación del norte de Chipre en 1974).

Vendiendo armas a los turcos, Moscú quiere comprar peso político. Sin embargo, el precio que tendrá que pagar para una mayor profundización del diálogo político tanto con Ankara, como con Bakú es un detalle aún no revelado. Por otro lado, si Estados Unidos bloquea "Nord Stream 2" y continúa restringiendo las esferas energética, bancaria y militar-técnica de Rusia, este tendrá que buscar otras alternativas de ganar dinero. Bajo tales condiciones, se venderán más armas a los países que están fuera de la influencia estadounidense. Uno de estos estados es Azerbaidján, que seguramente aprovechará el deterioro de las relaciones entre Estados Unidos y Rusia, obteniendo dividendos políticos, militares y técnicos.

A su vez, la crisis entre Estados Unidos y Rusia significa el deterioro de la situación económica en Armenia. No tiene sentido comentar los escenarios posibles en este campo ya que el bienestar económico de Armenia depende directamente de la posición de Moscú. En tales condiciones, Ereván debe llevar a cabo una serie de medidas políticas y diplomáticas. En primer lugar es necesario fortalecer el trabajo diplomático entre los países de la Unión Económica Eurasiática. Este trabajo debe incluir no sólo elementos de diálogo político, sino también cooperación con los principales medios de comunicación que influyen en la toma de decisiones políticas. Desafortunadamente, las actuales misiones diplomáticas armenias en estos países no tienen suficientes competencias profesionales para hacer frente a una tarea tan difícil.

En segundo lugar, es fundamental encontrar nuevos impulsos para el desarrollo del diálogo con Washington. El congreso armenio de Estados Unidos, con lugar en la Cámara de Representantes (que incluye al presidente Paul Ryan, uno de los republicanos más influyentes) debe centrarse plenamente en las cuestiones diplomáticas para fortalecer así las relaciones entre Estados Unidos y Armenia.

Vale destacar que la participación de Estados Unidos en los procesos regionales permite mantener el equilibrio en la región, siempre y cuando este tenga mecanismos para sobornar a Bakú y Ankara. En tercer lugar, Armenia necesita buscar su lugar en el cambiante Oriente Medio. La situación actual, en la que Irán e Israel tienen que negociar, crea grandes oportunidades para Ereván.

Por último, es importante prestar atención también a la formación de otros centros de influencia (China, India o Japón, por ejemplo) que estarían interesados ​​en estos procesos regionales.

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