Unión Juventud Armenia y Birthright

Cristian Minasian cuenta su experiencia en Gyumrí

07 de noviembre de 2017

Cristian-minasian-2Cristian Minasian de Córdoba, tercer beneficiario del Fondo de Ayuda a Voluntarios para Birthright Armenia de Unión Juventud Armenia de Sudamérica, nos cuenta en esta nota algunas anécdotas sobre su experiencia en Gyumrí:

“Cuando llegué a las oficinas de Birthright conocí a la nueva voluntaria Gayané Malayan, quien formaría parte del equipo de voluntariado en Gyumrí. Dos horas de viaje nos separaban de un nuevo comienzo. Al llegar a nuestro destino, Karén -nuestro coordinador- nos esperaba para llevarnos a nuestras casas, la noche ya estaba por encima nuestro, solo era llegar y conocer la familia que me esperaba con una sonrisa y una buena cena. Gevorg Lekhyan y Lusya Lekhyan  serían mis padres en mi estadía y estaba muy contento de conocerlos.

Al día siguiente me encontré con algunos voluntarios, quienes rápidamente me brindaron confianza y una bienvenida con un cálido abrazo. Gyumrí es la segunda ciudad más grande de Armenia. Recorrimos la municipalidad, iglesias y museos.

Sona, quien se encarga de coordinar que nos sintamos cómodos en nuestros lugares de trabajo, nos llevó a las entrevistas, donde nuevamente sumariamos experiencias a nuestras vidas. La Escuela Andanik era mi primer lugar de trabajo, luego Instituto Shirag, y finalmente CGT. Mi voluntariado constó en dar clases de español en los tres lugares. En el Centro Andanik, los alumnos eran los más pequeños -de 12 hasta 17 años-, en Shirag ya tenía alumnos más grandes de 16 a 22 años, y por último, el desafío mayor fue en CGT, donde había más cantidad de alumnos y todos eran mayores de 20 años. 

Las clases de armenio continuaban con otro sabor. La profesora Rosa, una personita única de corazón y paciencia gigante, era la que tomaría las riendas de mis clases. Quiero destacar su paciencia para conmigo, supo llevar las clases de una forma muy dinámica, que hicieron los martes y jueves diferentes.

La unión que se genera entre los voluntarios es algo con mucha magia, energía y buenas vibras… Rápidamente formas parte del grupo, la comunicación siempre, pero siempre es posible, ¡en cualquier parte del mundo! Aquí con mis compañeros, que ya pasan a ser como una gran familia, pudimos tener largas charlas contando de nuestras vidas y experiencias.

Los servicios comunitarios de los días viernes en la escuela Arevik eran fabulosos ya que el grupo completo participaba y el día de trabajo ya era una fiesta. El trabajo de servicio voluntario a mi parecer, es una linda experiencia ya que se colabora con entidades públicas y la labor realizada se ve día a día hasta su fin e inauguración.

Las horas en la oficina tienen un color muy alegre. Los voluntarios en las oficinas nos juntamos hablar, compartir un café -mates en mi caso- y una actividad que a todos nos gusta realizar que es hacer osos de peluches, usando un molde y toda tu imaginación para darles vida, que luego son entregados a hospitales de niños donde las sonrisas se dibujan por sí solas.

Mi experiencia en la casa de familia fue muy positiva… Compartir con ellos es muy importante ya que les interesa saber de nuestras costumbres, cultura, etc. Han sido personas muy buenas conmigo y recomiendo a todo voluntario hospedarse en casas de familia para ver más de cerca cómo son en Armenia. Son personas muy conservadoras, detalle a tener en cuenta en el caso de Gyumrí.

Para cerrar mi experiencia en Gyumrí, quiero decir que en todo momento disfrute mi estadía en esa ciudad, el staff de Birthright impecable, compañeros que se hacen familia, los Havak (reuniones) tienen sabor, los foros personalidad.

Si después de tu día en Armenia terminas cansado es porque esa jornada fue aprovechada”.  

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