Iglesia Evangélica Congregacional Armenia "Santísima Trinidad"

El poder de los colaboradores

20 de noviembre de 2017

La sinergia es el principio que dice que dos o más personas que trabajan  juntas, pueden lograr más que la suma de cada una dEVANGELICOSe ellas trabajando por separado. Esta ley se aplica en cualquier grupo humano, aunque sus integrantes tengan cualidades diferentes, se constituyan para tener objetivos comunes.

Un famoso ejemplo de esto, es el estudio realizado hace años con dos caballos. El primero podía tirar un carruaje con una carga de diez mil kilos. El segundo podía tirar uno de catorce mil kilos. ¿Qué piensan que podría resultar tirando enganchados uno junto al otro, en la misma dirección?

La mayoría de las personas pensaría que el resultado sería de  aproximadamente  veinticuatro mil kilos, ¡pero la respuesta es cuarenta y nueve mil kilos! La suma es mayor que la combinación de las partes. Claro que esto tiene una implicancia negativa también. Si se les hubiera permitido a los caballos tirar en direcciones opuestas, la cantidad total que habrían tirado había sido mucho menor que la cantidad que tiraban en forma individual.

Desde las uniones básicas de una familia, hasta las más complejas, como las Empresas, las Instituciones, Iglesias, Partidos Políticos, etc. requieren la aplicación de este mismo principio que les permitiría potenciar sus esfuerzos y lograr resultados positivos. El desconocimiento de sus leyes se traduce, sin excepciones, en fracaso.

Podemos ver en el mundo que los líderes individualistas caen con el crecimiento de su ego personal, que los aísla y produce el alejamiento de los integrantes de sus equipos o grupos de trabajo.

En el libro “Liderazgo con poder” escrito por el Pastor Brian J. Dodd, se refiere a este mismo tema, aplicado a la Iglesia de Cristo y señala que una enseñanza que enfatiza la Biblia desde los escritos más antiguos, que para cada creyente,  no solo es imprescindible su Fé en Dios, sino así también, la integración de cada uno en su colaboración y participación en los objetivos definidos.

El Apostol Pablo escribe a la Iglesia de Corinto (1 Cor. 12:12) “De hecho, aunque el cuerpo es uno solo, tiene muchos miembros, y todos los miembros, no obstante ser muchos, forman un solo cuerpo”.

Nuestro concepto de liderazgo en las Iglesias (así como en otras Instituciones) debe ser una práctica del “nosotros”. Es un esfuerzo en equipo, y podemos decir que incluso muchos analistas seculares señalan el desafío a las empresas en este mundo individualista de crear equipos de alto desempeño. Y dicen con toda franqueza que el individualismo es la razón por la cual no se forman equipos: existe una “resistencia natural a avanzar más allá de los roles y responsabilidades individuales”. En términos bíblicos, esa resistencia se llamaría “la carne”; La alienación, el aislamiento y una arrogancia donde rige el “yo” son los frutos amargos de la caída del hombre, y de la naturaleza caída que hemos heredado cada uno de nosotros.

El cristianismo es una misión de equipo. Los cristianos tipo Llaneros solitarios son ex cristianos o personas espiritualmente enfermas, ya que carecen del elemento indispensable de la fraternidad como parte de su dieta espiritual.

Liderar “en Cristo”, en las palabras del Apostol Pablo – es un esfuerzo de equipo en la cual cada persona contribuye con sus dones y su compromiso  y el todo es mucho más sano y fuerte que cualquier individuo.

A pesar de que el compromiso nace de una forma natural, uno, como líder o miembro del grupo puede promocionar el compromiso en la organización. Se puede inculcar el compromiso en la cultura de la organización. Aunque sea invisible, el compromiso es una cualidad real acerca de la cual se puede hacer algo si así se desea. El compromiso surge cuando las personas:

 

El compromiso disminuye cuando se verifica todo lo contrario: los integrantes de estos equipos no se comunican bien, no cultivan las buenas relaciones, ni se apoyan mutuamente, quedan atrapados en conflictos sin resolver y no viven a la altura de estos principios cristianos. La teología del “nosotros” que predica el Apostol Pablo, nos permite actuar y liderar de manera nueva.

Los líderes individualistas causan divisiones; solo el liderazgo de equipo  nos une y posibilita la imagen correcta de la nueva vida en Cristo. Dice el Apostol Pablo en 1 Corintios 3: 6-7: Yo planté, Apolos regó, mas Dios ha dado el crecimiento. Así que ni el que planta es algo, ni el que riega, sino Dios que da el crecimiento.

Ing. Eduardo Armen Hayetian

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