Tercera parte

Khachardzan: Agua, bendición para un pueblo

03 de noviembre de 2016

Kacharz-4A todos nos ha pasado que en algún momento, por distintas razones nos han cortado el suministro de agua en nuestros hogares, aunque el lapso de la suspensión del servicio fuera por tiempo limitado, seguramente nos hemos sentido angustiados por carecer, aunque fuera momentáneamente, del vital elemento que es parte esencial de nuestra vida cotidiana, de manera que no nos resulta difícil imaginar cómo viven aquellos en la carencia por completo de agua potable.

Estando en Khachardzan, admirando los tonos de verde de las imponentes montañas que separan prácticamente este pueblo armenio de Azerbaidján, observé a una viejita bajando desde los Kacharz-3pedregosos senderos con dos baldes de agua, agua con visibles sedimentos de arena, acercándome a ella pregunté de donde venia y porqué tenía que realizar esa difícil tarea: ”No tenemos agua hijo, tengo que hacer este viaje de dos kilómetros para traer estos baldes, los tenemos que cuidar para que nos dure todo el día, en el invierno con la nieve es mucho más difícil”.

Como a cualquier ser humano con alguna sensibilidad, la escena nos conmovió, creo que en ese momento comenzó esta historia.

Conectados con el Fondo Armenia, pedimos una investigación completa para la provisión de agua potable para todo el pueblo. Después de un complejo y prolongado estudio, dada las Kacharz-2características difíciles del terreno, recibimos finalmente el presupuesto. La cifra escapaba por muy lejos a nuestras buenas intenciones.

Pero las cosas ocurren por algún designio desconocido, en rueda de amigos y desde un mero comentario respecto al tema, el matrimonio de Diana y Daniel Avakian, quienes conocen bien al pueblo, se incorporaron de inmediato al proyecto, pronto Cristina y Carlos Terzian, sin dudar, adherirían al gran desafío.

Largos meses de trabajo arduo, luchando contra las inclemencias del tiempo y la hostilidad del terreno, la empresa constructora logró realizar un trabajo encomiable. Un reservorio de cien mil Kacharz-1litros controlado en las alturas de la montaña, recibiendo agua pura y abundante desde las cumbres, distribuidas por cañerías subterráneas hasta la entrada a cada vivienda del pueblo, el Centro Médico y la Escuela con conexión directa, sin depender ya del camión que suministraba agua semanalmente a los tanques de sus edificios.

El 23 de septiembre último la vida de Khachardzan cambió su rostro a partir del acceso al irreemplazable líquido, se abren nuevas y amplias expectativas que van mucho más allá de mejorar simplemente la calidad de vida.

Antes de descubrir el grifo que permitiera surgir agua por primera vez, ceremonia a cargo de Diana, Hilda y Cristina, me tocó decir las palabras del protocolo, quiero rescatar solamente parte de ellas para la reflexión: “Hoy el pueblo de Khachardzan debe ser tomado como ejemplo de unidad de patria y diáspora, como pueden ver, no hay imposibles cuando actuamos juntos los armenios, hombro a hombro, corazón a corazón, no esperen nada de los ajenos, solamente los mueven sus propios intereses”.

 Arto Kalciyan

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