Opinión

La marcha de la muerte

15 de octubre de 2015


marcha-de-la-paz-turquia-1Una vez más la intolerancia causó decenas de muertes en Turquía. Una marcha por la paz y la justicia se transformó en instante en la marcha de la muerte. Esta vez los atentados fueron perpetrados contra los pacíficos manifestantes que hace pocos días se habían reunido en Ankara para reclamar por paz y justicia. Casi un centenar de muertos -al decir de las autoridades- y varios cientos de heridos, muchos de ellos en grave estado, fueron el trágico saldo de un hecho que difícilmente sea esclarecido alguna vez.

Las bombas no sólo destruyeron vidas sino también profundizaron la tensión existente entre las minorías kurdas y el gobierno de Ankara. En un principio las autoridades turcas se demoraron en buscar responsables, pero prontamente cayeron sobre las huestes del ISIS sindicándolos como los autores del sangriento hecho.

Sin embargo, cuando se producen atentados como éste, lo primero que se analiza es a quién/quienes favorece o perjudica lo sucedido. En este caso particular, la minoría kurda sospecha que la responsabilidad del crimen proviene del poder central de Turquía.

El contexto del actual estado de guerra en Siria y alrededores incluye la necesaria participación de los kurdos que ven en serio peligro su supervivencia en el norte de Siria, Iraq y también de Irán. La resistencia protagonizada por los voluntarios kurdos que enfrentan al ISIS incomoda a Turquía que no quiere bajo ningún concepto que su primera minoría gane una guerra que no comenzó pero que puede beneficiarla en gran medida si el ISIS es derrotado.

marcha-de-la-paz-turquiaTambién en Turquía el pueblo kurdo está en riesgo permanente. Las idas y vueltas de la política turca conspiran contra cualquier acuerdo, pues Erdogan y los suyos no dudan en trasgredir convenios acordados en aras de sus beneficios políticos. Así, de pronto los kurdos pueden pasar de “amigos” a “enemigos” en cuestión de horas. Es más, en los últimos comicios los kurdos ganaron gran cantidad de bancas en el Parlamento turco, sin embargo, las jugarretas de Erdogan, que fomentaron un autogolpe, hicieron que se convocara a una nueva elección, donde tal vez los kurdos no puedan revalidar los escaños conquistados.

La política represiva y de inseguridad interna desatada por Ankara va más allá de los supuestos frentes de guerra guerrilleros para adentrarse directamente en espacios socio-políticos, como ya se había visto en pasadas ocasiones. El mismo día del comienzo de la nueva campaña electoral una ola de represión dio como consecuencia el arresto y encarcelamiento de más de cuarenta personas, entre ellas el director del diario kurdo Ozgur Gundem, así como numerosos políticos y activistas, mientras que otros, como el conocido periodista Ahmet Akan, convalecen en el hospital después de haber sido atacado por varias personas cuando regresaba a su casa en Estambul.

Turquía se encuentra ante una encrucijada. A su frente interno con la confrontación con su minoría kurda se le suma la cuestión del ISIS, algo que a Erdogan le cuesta mucho enmascarar. Es que luego del apoyo casi manifiesto a la actual situación que lo obliga a atacar al terrorismo islámico, Erdogan se debe enfrentar a las urnas con un resultado más que incierto.

Jorge Rubén Kazandjian

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