Centenario de la creación de Homenetmen

La otra trilogía

16 de julio de 2019

Tras la finalización de las celebraciones del 100° Aniversario de Homenetmen, al amparo de las palabras escritas y recitadas, surge, sin duda, una pregunta en la mente del individuo armenio: ¿Dónde debemos buscar el secreto de esta gran institución de educación física?

Realmente, ¿dónde debemos buscarla?

¿Tal vez en su juramento?

Ese juramento con el cual iniciaron el camino las generaciones de Homenetmen en noviembre de 1918. La primera de esas generaciones juró por la recuperación de las tierras ancestrales y por los valores nacionales. La segunda generación, con el ejemplo de la primera, renovó su juramento de retornar a la patria y enarbolar la bandera tricolor en el corazón de Ereván, tras la caída del régimen tiránico. Y la tercera generación llevó la bandera tricolor desde Ereván hasta la cumbre del Ararat y juró enarbolarla, un día bendito, sobre el territorio de Armenia Unificada.

¿Tal vez en la grandeza de su objetivo?

Ese objetivo que durante 100 años se propuso construir un hombre dentro del individuo y un armenio dentro del hombre. Preparar una generación responsable y consciente que habiendo transitado por el crisol de la vida del scoutismo y del deporte armenio, por su entorno sano, y habiendo trabajado en todas las áreas de la vida pública, se convierta en una fuerza buscada, en una presencia buscada, y con su compromiso, su sacrificio y su confiabilidad se diferencie del resto.

¿Tal vez en sus valores espirituales?

En esos valores que se constituyeron en los fundamentos que guiaron a la institución. Fue ese espíritu el que aglutinó a la generación salvada del Genocidio poniendo las bases de Homenetmen. Fue ese espíritu que en los años 1930 y 1940 le dio ímpetu y equilibrio a sus trabajos y frente a los valores nacionales, sembró sentimientos de respeto y desvelo en el interior de los socios.

Fue, también, ese espíritu que se convirtió en la fuerza de la expansión de la institución en las décadas de 1970 y 1980, en la fuerza que la consolidó, en la fuerza creadora de la estructura Inter Comunitaria, y finalmente, luego de la Independencia de Armenia, con el reconocimiento del movimiento scout y deportivo, alistó a las generaciones bajo su bandera y miles se consagraron a la tarea de construir al hombre y al hombre armenio.

¿Tal vez en la capacitación de sus socios?

Esa capacitación sembrada en el interior del hombre Homenetmenagan de dar sin regatear, de ofrendarse, ofrecer sus sentimientos, como un hombre abnegado, caritativo y patriota, que sabe sacrificar una parte de su tiempo para ser útil a sus semejantes. Hombre que sabe, en los momentos de dificultades y de alegrías, decir “siempre listo” con todas sus posibilidades, y elevarse permanentemente, elevando también a quienes se quedan con los ojos sorprendidos ante los proyectos y los objetivos de Homenetmen.

¿Tal vez en la tarea desarrollada?

El trabajo en la condición previa para alcanzar el éxito en cualquier actividad. La mayor riqueza que puede tener un hombre, esa que jamás se puede quebrar, es la riqueza del trabajo. El hombre Homenetmenagan, con su capacitación y su trabajo, sabe muy bien que todas las realizaciones y las conquistas institucionales son el resultado del trabajo continuo e incansable. Todo aquello que hoy disfrutan los socios de Homenetmen como si fuesen comodidades naturales: las instalaciones de Homenetmen, los campos de deportes, el respeto moral, la autonomía económica, el reconocimiento internacional, etc., todo ello es el resultado del trabajo obstinado y permanente de las sucesivas generaciones a través de décadas. Nada es fruto de la casualidad o de la suerte. Nada es fruto de la prodigalidad de un gran sorteo. Allí se amasó el sudor y el sacrificio de muchos consagrados: testigos son los informes, la historia es la prueba.

O tal vez, el secreto de la perdurabilidad secular de esta gran institución ¿son sus normas no escritas o su compromiso de ofrendarse? ¿Su ideología? ¿Su organización? ¿Su disciplina? ¿El hechizo creado? ¿Su pasado? ¿Su convocatoria? ¿La consciencia de esa convocatoria? ¿Su palabra? ¿Su mundo particular? ¿Su historia? ¿Su trilogía fundadora? Posiblemente sea todo eso, pero también y más allá de todo eso, otra particularidad: la fe.

Una fe cercana a “la locura”, que no se puede explicar con la lógica corriente. Los grandes objetivos e los ideales exigen una gran fe. Primero el hombre debe creer en la posibilidad de sus objetivos, en la importancia y en la justicia de los mismos, para luego hacerlo creer a los otros.

La fe del Homenetmenagan se orienta hacia el mañana. La fe del Homenetmenagan es, al mismo tiempo, integral. Por una sociedad mejor, por la construcción de una juventud sana que asuma todo tipo de sacrificios, con ilimitado fervor y voluntaria abnegación, convirtiendo lo imposible en posible y con las mínimas posibilidades registrar los máximos logros.

También hay fe sobre Homenetmen. Esa fe con la que se han expresado en forma escrita y oral los dirigentes armenios y no armenios, así como las autoridades de la Iglesia Armenia. Esa fe que lleva a nuestro pueblo por miles a los campos de deportes para alentar a los equipos de Homenetmen. También esa convicción de que Homenetmen hace si quiere. Puede si es necesario. No hay cosa imposible para esta institución. Las celebraciones del 100° Aniversario de la institución en todo el mundo son la prueba, desde Ereván hasta Moscú, desde Sidney hasta las Américas, Europa y Medio Oriente.

Y, finalmente, existe una tercera forma de fe: la fe del Homenetmenagan hacia Homenetmen. Con el pensamiento, con la palabra y con el trabajo ligado a los objetivos de la institución, a su pasado y a su ejemplaridad moral. Una fe que no se conquista desde el primer día en que uno se convierte en socio de la institución, sino que se obtiene respirando Homenetmen, viviendo en Homenetmen y asumiendo los valores de Homenetmen.

La trilogía de esta fe es el secreto de la perdurabilidad de Homenetmen durante un siglo. La garantía del éxito de esta gran institución, está en su fortaleza interior, en la ejemplaridad de sus socios, en el desinteresado comportamiento y el trabajo solidario de ellos, gracias al cual se guían a numerosos simpatizantes y por su intermedio esta institución centenaria juega un rol importante en la vida de nuestro pueblo.

Editorial de Marzig

La filial 111 de Homenetmen será en Artsaj

Luego de los festejos del centenario de Homenetmen la Comisión Central, encabezado por su presidente Karnik Mgrdichian, se reunió con el presidente de Artsaj Bako Sahakian quien expresó su disposición para cooperar en este sentido. La nueva filial se inaugurará en agosto con un gran festejo popular.

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