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Luego de renunciar Sarkissian, los armenios quieren ver cristalizadas las mejoras

03 de mayo de 2018

descontento_30Ereván (RFE/RL).- Con la renuncia del primer ministro Serge Sarkisian, muchos armenios consiguieron lo que querían. Ahora, mientras los políticos mantienen conversaciones sobre cómo proceder, los mismos armenios buscan obtener lo que necesitan.

La decisión política de Sarkissian, de aprovechar los cambios constitucionales para pasar de su cargo de presidente hacia el de un nuevo y más poderoso primer ministro provocó once días de protestas callejeras que acabaron empujándolo a renunciar.

Pero la animosidad más profunda por su manejo de la economía y la corrupción se ha estado construyendo durante una década, con casi un tercio de las tres millones de personas que vive por debajo del nivel oficial de pobreza, según el Banco de Desarrollo.

Como país pobre, Armenia se ve obstaculizado por las severas restricciones comerciales de Turquía con el cierre a lo largo de su frontera occidental, impuesto por Ankara en solidaridad con Azerbaidján. Su economía depende enormemente de las remisiones de su lejana diáspora en Rusia, Europa Occidental y los Estados Unidos, así como del comercio con el estado eslavo, en términos más generales y con su otro socio comercial importante, Irán.

"Sarkissian no manejaba Armenia como un país, lo manejaba como su propio feudo", dijo Varaztad Mkrtchyan, el comandante de 51 años del Batallón Eagle 30 que luchó en la guerra de cuatro días en abril de 2016 en el territorio de Nagorno Karabagh. "Su gente estaba bien, mientras que el resto estábamos cada vez peor, año tras año", había agregado el militar.

Sarkissian ha ocupado importantes puestos en el gobierno desde que Armenia recuperó su independencia de la nota-4Unión Soviética en 1991, incluido el de presidente desde 2008 hasta comienzos de este mes, cuando finalizaron los dos mandatos que limita la constitución.

Durante ese período, la economía del país, profundamente entrelazada con Rusia, fue una verdadera montaña rusa, incluyendo una contracción del 14.1 por ciento en 2009. Si bien ha habido indicios de que la economía se está fortaleciendo -el PIB saltó un 7.5 por ciento anual el año pasado tras una miserable expansión del 0.2 por ciento en 2016-, pocos de los que se consideran cercanos al exmandatario perciben beneficios reales.

El desempleo se ha mantenido alto, oscilando entre el 17 y el 19 por ciento. Mientras tanto, el salario mensual promedio es de menos de 400 dólares. Muchos manifestantes, ya molestos con sus intentos de extender su mandato en un puesto renovado, acusaron a Sarkissian de mantenerlos en la pobreza mientras enriquecía a quienes lo rodeaban.

"Me gustaría vernos viviendo en un país mejor y sintiendo que la situación está mejorando día a día y no al revés", dijo Mikael Ghugassian, un programador de 23 años de edad.

nota-2Tome un paseo por el sur de las protestas en la Plaza de la República de Ereván y entre en la zona industrial de Kordzranayin. En la época soviética, sus fábricas estaban llenas de actividad, empleando a miles de personas. Ahora, las fábricas permanecen en silencio y las ventanas rotas marcan las fachadas donde los gerentes se mezclaban con los trabajadores del piso.

Las prostitutas caminan por las calles rotas en la noche, evitando la basura mientras hacen su oficio en zonas con poca luz. De hecho, cuando un fotógrafo de RFE/RL intentó tomar imágenes de los edificios, surgió un personaje turbio que intentó intimidarlo, a pesar de que es una calle pública.

Otros apuntan al mercado de Pak Shuka, que se transformó en un moderno centro comercial por su propietario, Samvel Aleksanian, un empresario y legislador del Partido Republicano, pese a la protesta del público para mantener el edificio histórico.

"La corrupción y la injusticia están sofocando al país. Si quiere abrir una pequeña empresa, necesita sobornar a un funcionario. Los fiscales quieren sobornos, los maestros quieren regalos. Es imposible seguir tolerando esto", dijo Mushegh Hachatrian, de 52 años, manifestante desempleado. ¿Quién es el responsable? Serge Sarkissian, por supuesto", agregó.

Durante su tiempo en el poder, el expresidente intentó caminar por la delgada línea entre Oriente y Occidente. Aunque Armenia pasó dos décadas después de la desintegración de la Unión Soviética en un camino hacia el oeste, Sarkissian aseguró vínculos comerciales y políticos más estrechos con Moscú.

Permitió a Rusia extender su presencia militar en Armenia y se unió a la Unión Económica Euroasiática dirigida por Vladimir Putin. Los lazos más profundos con el Kremlin han dejado la economía de Armenia vulnerable a las luchas económicas de Rusia debido a las fluctuaciones en los precios de la energía y a las sanciones occidentales al país eslavo por su anexión de Crimea y su apoyo a los separatistas en el este de Ucrania.

"Las protestas reflejan agravios acumulados hacia las políticas gubernamentales de por lo menos última década", afirmó Anahit Shirinian, una experta en política de Armenia y el sur caucásico del Instituto Real de Asuntos Internacionales del Reino Unido.

nota-1"La gente está descontenta con el bajo rendimiento de la economía, la falta de sentido de la justicia, la emigración, y que los resultados de las últimas elecciones no hayan reflejado su voto”, agregó el especialista

Por su parte, el principal activista opositor Nigol Pashinian dice que el viejo sistema de gobierno debe cambiar y que cualquier nueva administración que surja de las protestas debe ser igual para todos, de modo que los ciudadanos se beneficien de una economía en mejoría.

También ha tratado de calmar los temores de represalias entre los empresarios de que enfrentaran consecuencias por cómo manejaban sus negocios. "Apelo al sector empresarial preocupado por este movimiento, temeroso de las vendettas, que estaban listos para irse y llevarse sus riquezas. Les digo que no habrá venganzas: construiremos un país de igualdad y unidad nacional", explicó el líder opositor luego de la renuncia de Sarkissian.

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