Capítulo 5°

Madagh, almuerzo popular en Khachardzan

15 de noviembre de 2016

Kalc-21Kalc-4_gMadagh es una antigua tradición dentro de la Iglesia Armenia, se realiza a manera de agradecimiento a Dios por salvarnos del infortunio, concedernos buena salud y por la paz de los seres queridos fallecidos, según las enseñanzas de la iglesia.

El propósito principal de la ofrenda es dar un regalo a Dios y conceder limosna a los pobres, el énfasis está en brindar alimento a los necesitados, siendo descripto como la forma más pura de dar Gracias. El deseo de las familias que participamos en las mejoras del pueblo, coincidió en limitar los actos protocolares, dando prioridad a reunir a los lugareños en un gran almuerzo compartido para sellar definitivamente nuestra hermandad.

En los días previos al 23 de septiembre, fecha de los tres eventos inaugurales, el pueblo se movilizó de manera inusual, como resultado se sacrificaron doce corderos, hubo vegetales y frutos del lugar, quesos, fiambres y repostería preparados por manos khachardzantsíes, bebidas artesanales y la exquisita miel, característica del lugar.

Kalc-3Kalc-2Así fue que cuatro largas hileras de mesas, prolijamente decoradas en la amplia superficie del flamante Centro Deportivo, recibieron a más de doscientos comensales, armenios de acá y de allá, el medio centenar de la Diáspora no cabía en su asombro, los habitantes del pueblo tampoco, tal vez fue la hora de descubrir que al juntarnos nos sentimos felices, unidos, fortalecidos.

Nueva visión, nuevos conceptos, nueva actitud nos esperan. Interminables brindis, a la usanza de la Madre Patria, abrazos, elogios y agradecimientos, la diversidad de idiomas no importó, el único idioma imperante fue sin dudas, el del corazón.

Kalc-1Aquellos que por distintas razones no pudieron participar del multitudinario almuerzo recibieron sus raciones en el gran espacio, antesala al aire libre del edificio y en su en su propia vivienda, tarea a cargo de la Unión de Jóvenes de Khachardzan.

Tan difícil y a la vez tan fácil, movilizados por la decisión, resulta procrear este tipo de acontecimientos que les llega muy hondo a nuestros compatriotas, cambiando sus nulas expectativas, creando un nuevo mundo de esperanzas, motivándolos para la lucha diaria por la supervivencia.

Los lugareños nos miran con profundos sentimientos en sus ojos, con palabras que quisieran decir y no pueden, paralizados por sus propias emociones, abrazándome muy fuerte un pueblerino entre lágrimas me susurró –Dios hizo el milagro de enviarlos a nuestro pueblo, no sabemos qué hacer, cómo agradecer- Mi querido amigo, somos gente buena nada más, hay millones en la Diáspora como nosotros, tal vez todavía no han comprendido la necesidad de unirnos, involucrarnos, participar, trabajar juntos, defender nuestra soñada República y luchar por la fortaleza y el bienestar de nuestro pueblo.

Arto Kalciyan 

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