Colegio Armenio Jrimian

Proyecto Murales: Nuestras paredes son de todos

09 de mayo de 2018

Murales-1Transitar el último año de colegio no es tarea sencilla. Cada día te sentís más cerca de la puerta de salida, una salida a un mundo exterior, distinto, no ajeno pero sí desafiante. Y mientras ese torbellino de sentimientos arrasa en el interior de cada uno, al mismo tiempo, aparecen los recuerdos de ese pasado cercano, de los juegos al aire libre, las manos llenas de colores cansadas de pintar, lo difícil que podía ser dividir y multiplicar, y ni hablar del problema de que no te toque la figurita que querías para el álbum.

Esa complejidad y diversidad de problemas y soluciones, buenos e intensos momentos que se viven a lo largo de todo el recorrido estudiantil se condensan en tercero polimodal o, ahora, sexto año. Y digo tercero polimodal, porque en ese momento, cuando era una estudiante del Jri, todavía se llamaba así. Un día vino un profe, Doru le decían, y con los ojos bien abiertos, como si siempre estaría sorprendiéndose de lo que ve, nos invitó a sumarnos a esta locura de muralear.

Ahora entiendo, que desde ese momento, nosotros pasamos a ser completamente los protagonistas, porque cada decisión que se tomaba con respecto al proyecto la proponíamos desde el curso. Además de elegir y hacernos cargo de lo que pensábamos, entendimos lo que es poder convivir y consensuar respetando las ideas y deseos del otro.

Murales-3De la mano del Profe Doru y con la dire Sandra Raubian bancando nuestras idas y vueltas durante todo el año, pintamos una reinterpretación de una obra de Arshilé Gorky y sumamos al mural del “Niño” que está en Nivel Inicial hecho por la promoción egresada un año anterior a nosotros, a la “Niña”.

Cuesta mucho resumir lo que este proyecto significó en su momento, significa ahora cada vez que paso y veo los murales que pintamos con mis compañeros y los que pintaron las otras promociones, y no imagino lo que me pasará en un futuro con las huellas que vayan dejando los nuevos estudiantes egresados.

La muestra fotográfica en el Espacio Cultural de la Asociación Cultural Armenia me parece que logra plasmar tanto la importancia territorial que marca la decisión de pintar un mural en una pared, sea del cole o de un edificio del barrio, como también el “no lugar” que puede tener. Nuestros murales son itinerantes, ahora están en el cole, en la muestra fotográfica del espacio cultural, están en el recuerdo de cada estudiante que pintó o pensó el boceto, de cada vecino que pasa y se queda un segundo mirándola, en cada directivo que sostiene este proyecto a lo largo del tiempo motivando a nuevos egresados a seguir realizando intervenciones. Los murales están todo el tiempo en nuestro deseo constante de salir a jugar al aire libre y tener las manos llenas de colores cansadas de pintar.

 Gabriela Paredes Adra (Promoción 2011)

 


Testimonios

Analía Markarian (Promoción 1989 y fotógrafa) transmitió:

"Desde que pisé las veredas de mi querido Jri, y vi esa obra maravillosa no pude dejar de sentir que es parte de mi, y yo parte de esto. Porque Jri es mi historia, el arte es mi historia. Orgullosa de mis raíces y emocionada por la obra que estaba viendo. Intenté captar con mi cámara aquello que los motivó, que los movió y los animó a gestar cada uno de estos murales. Fue un inmenso placer para mi sumar mi granito de arena. Felicito a los que pensaron en grande y agradezco que me hayan convocado a participar y formar parte."

Sandra Raubian (Directora del Nivel Secundario) expresó:

Salir del calor confortable del aula y de las prácticas convencionales… La osadía y la impertinencia de docentes que buscan incomodar-se… La confianza en que propuestas inusuales puedan mejorar aprendizajes…

Jóvenes expectantes, atentos a nuevas consignas, con ganas de que el despliegue lúdico vaya de la mano del nivel académico. Todo eso y más se requiere para aventurarse a enseñar distinto y a sembrar un proyecto.

Después, la constancia del que propone, la paciencia de los que acompañan diariamente los obstáculos cotidianos que surgen, la Institución que acompaña, el enriquecimiento que se logra cuando se escuchan las voces de los protagonistas, hacen el resto.

Y el proyecto Murales no escapa a todo eso: nació loco, pensado como poco posible y a corto plazo. Pero nueve promociones a punto de egresar aprendieron con él, multiplicaron cultura, salieron a la calle y dejaron huella. ¡Y no serán los últimos! (la promoción 2018 prepara sus colores).

Y los nenes que participaron del mural de las “manos” cuando estaban en Jardín o en Primaria, ayer y hoy son los que usaron esas manos, más grandes ya, para bellas producciones colectivas que respiran arte, ciudadanía e historia.

Y así seguirán otros.

“Seremos eternos” escribió la promoción 2017 en un mural: ¿quiénes, los jóvenes? ¿O los aprendizajes? Ambos. Son un buen equipo. Siempre.

Graciela Ainajyan (Directora de Gestión Educativa) compartió:

Murales, un proyecto provocador que cumple diez años de vida.

Intervenir las paredes del exterior de la escuela, conquistarlas, apropiarse de ellas, trabajar en la vereda, desarrollar la clase en la calle provoca. Provoca y desafía, provoca deseo, provoca el interés de los estudiantes, provoca miedo, miedo a salir a la calle, salir de lo tradicional, del aula, salir de lo cómodo.

Murales-5En el mural quedan las marcas de todos y de ninguno en particular. Se trata de reconocer todo el mural como propio, nadie puede decir es “mío” solamente. Es una construcción colectiva donde se negocia, se opina, se duda, se desarrolla la autonomía, la creatividad. Se logran aprendizajes auténticos y significativos, que articulan el adentro y el afuera.

Insertar la actividad cultural en la vida cotidiana y habilitar instancias de participación de la gente en ella, es también una forma de sensibilizar, concientizar y movilizar a la sociedad para una valorización positiva del espacio público.

Se trata de transformar esa apatía en algunos casos, y maltrato en otros hacia lo que es de todos, pareciera que si es de todos, nadie lo cuida. Transformar ese maltrato agresivo en una actitud responsable y solidaria, demanda poner en marcha acciones que motiven una apropiación creativa del lugar.

Nuestras paredes son paredes que hablan, paredes que dicen, son paredes que transmiten la identidad y la cultura institucional. No hace falta entrar a la escuela para entender su proyecto, si uno de detiene a mirar las paredes puede comprender de que se trata nuestro proyecto institucional.

Rubén Dorumian (Prof. de Arte) sintió:

“Un día llegué al colegio y estaba todo pintado de verde... de verde seco, y estaba limpio, estaba todo bien,Murales-4 pero estaba todo verde, seco… Pensé que venía bien un poco de color porque somos muchos los que vivimos acá muchas horas. Y venía bien porque nosotros somos como animales, necesitamos el color sino sería todo monocromático... De repente encontré que un día en ese verde había un aerosol estallado que decía “Roberto algo…”. Algo tenían con Roberto. Y ahí había que buscar cómo se juntaban las dos puntas de las cosas. Era el espacio de todos, nuestro espacio que nos contenía y nos permitía transitar. Pero transitábamos por ahí todos. Los que estábamos adentro, los que estábamos alrededor, los que viven y van a vivir a los costados.

Entonces, ¿la pared es un muro que separa o la pared es un vehículo que une? Yo no pensé nada de todo eso. El color vino y el deseo de los nenes de 2, 3, 4 años que somos todos de pintar la pared del living de nuestras casas. Había que encausar el propio deseo y el deseo del color de venir a manifestarse.

Hubo un marco institucional que entendió que era la forma de encausar este proyecto. Este proyecto es un cauce para todos estos niños de 2, 3, 4 años que todos somos, no que fuimos, porque somos de distinta forma, sino que somos cuando una pared está pintada.”

Victoria Abajian (curaduría) manifestó:

“Gracias a la confianza de la asociación cultural de armenia tuve el privilegio de poder trabajar en la curaduría de la exposición "MURALES, saberse parte". Es un privilegio para mí poder trabajar con el registro fotográfico de un trabajo que lleva diez años de desarrollo, logrando que estudiantes, docentes y toda la comunidad educativa se comprometa con la cultura y el contexto en el que se emplazan estas composiciones. La calidad del trabajo pone en manifiesto el amor con el que los chicos/as del Colegio Armenio Jrimian crecen, preparándose para pasar a una nueva etapa.

En lo personal, la muestra me permitió conocer más de la maravillosa cultura armenia de la que soy parte.”

 

 

 

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