Opinión

Un crimen que despertó enojos y rencores

22 de enero de 2015

victimas-soldado-rusoHace muy pocos días un horrendo crimen que tuvo lugar en Gyumrí, la segunda ciudad de Armenia sacudió a todo el país. Una familia entera, compuesta por siete integrantes fue atacada por un recluta de nacionalidad rusa, que de acuerdo a sus superiores acababa de desertar.

En efecto, el soldado Valery Permyakov, empuñando su rifle de asalto irrumpió en la vivienda de Sergey Avetysian y mató al jefe de familia, su esposa, hijas, yerno y una nieta de sólo dos años. El séptimo integrante del grupo familiar, un bebé de apenas seis meses de edad, falleció una semana después como consecuencia de las graves heridas recibidas.

Lo poco habitual del salvaje crimen consternó de inmediato a la sociedad armenia y las manifestaciones públicas no tardaron en llegar provocando en algunos casos la violenta represión de las autoridades policiales. El reclamo popular exigía que el autor del magnicidio, que fuera arrestado apenas horas después, permaneciera encerrado en las cárceles locales y juzgado por la justicia de Armenia.

La demorada respuesta de las autoridades policiales y judiciales de Gyumrí no hizo más que exacerbar el dolor popular y generó multitudinarias protestas frente a las oficinas estatales. Hasta la intervención del arzobispo Mikael Ajapahian resultó infructuosa, fracasando en su intento de calmar a los manifestantes. El joven asesino, de sólo 18 años de edad, permanece en custodia en base militar rusa de Gyumrí, a disposición de las autoridades militares de ese país. Los vecinos se oponen a ese hecho pues sospechan que el crimen no tendrá el castigo adecuado.

La gravedad del hecho criminal motivó el arribo del viceministro de Defensa ruso, apenas horas después de detenido el asesino confeso. El ministro de Defensa armenio se reunió con su par en la base rusa de Gyumrí. Por el momento, las autoridades judiciales armenias ven dificultadas sus tareas, pues sólo tienen acceso a Permyakov en el destacamento militar ruso.

El enojo popular se dirigió también al presidente Sarkissian, tal vez porque éste no se manifestó con el rigor necesario. También fue censurado el Catolicós Karekín II, por haber abordado el tema después de tres días de ocurrido el crimen y sólo para solicitar calma a la población.

La contradictoria postura del fiscal Kevork Kostanyan, quien tiene a su cargo la causa, provoca más incertidumbre entre los familiares y allegados de la familia asesinada. El funcionario judicial no dejó en claro qué organismo juzgaría al acusado, tampoco quiso confirmar que Armenia solicitará la extradición de Permyakov. Pero aseguró que el detenido será enjuiciado en Armenia.

Este crimen desnuda algunas cuestiones que hasta el momento no eran tenidas en cuenta. La presencia de miles de efectivos militares rusos en Armenia ha generado siempre conflictos de todo tipo. Sin embargo, hasta el momento no se había producido un crimen de estas características.

El Gobierno armenio no dio a conocer cuáles son los acuerdos firmados al respecto con su contraparte rusa. Ese desconocimiento hace que la población se muestre indignada pues existe la creencia generalizada que finalmente el tremendo crimen quedará sin castigo.

Jorge Rubén Kazandjian

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