Vivencias del Hama Homenetmenagán Panagum

“Yo no nací en mi Madre Armenia, la armenidad nació dentro mío”.

28 de septiembre de 2018

hamahomenetmenagan

Desde aquel momento en el que me subí al avión rumbo a Armenia había cosas en mi, dudas, ansias y sobre todo miles de sentimientos que estaban por explotar. Aterrizar y estar en mi querida Madre Patria, un sueño hecho realidad.

Desde que tengo memoria, mi familia, el colegio y el club, me inculcaron y enseñaron día a día la identidad armenia; todas aquellas costumbres, principios, comidas, bailes y canciones que conforman ese sentimiento, ese que es igual en toda la diáspora, que recorre nuestras venas y nos llena de orgullo. Así somos, homenetmenagán, tashnagtsagán y scouts de todas las regiones del mundo, que bajo la yerakuin, hermanos somos. Tuve la gran suerte de formar parte del Hamapanagum de 2018, formando parte así de los eventos de los cien años de Homenetmen a nivel mundial y de la primera independencia armenia, donde es inexplicable la cantidad de hermosos recuerdos y anécdotas que nos llevamos.

Para finalizar, quiero remarcar una frase que un ieghpair del Líbano me mostró: “Ես սփյուրքի զաւակեմ։ Ես չեմ ծնել Մայր Հայրենիքում, ա լՀայրենիքը ծնվել է իմ մեջ։” “Yo soy hijo de la Diáspora: Yo no nací en mi Madre Armenia, la armenidad nació dentro mío”.

Oportunidad única la vivida, y agradecida eternamente a quienes me ayudaron a concretar este sueño.

Mishd badrasd

Zoe Ketchian

 


 

“La mejor experiencia de mi vida

Desde chicos nos inculcan y nos hablan de Armenia, de las atrocidades que vivieron nuestros ancestros, de los monumentos en homenaje a los mártires del Genocidio y de las batallas ganadas, y sobre todo, ese monte que nos pertenece, el Ararat... “tan cerca y tan lejos a la vez” dicen.

No voy a olvidar nunca ese escalofrío y piel de gallina que sentí cuando pise Armenia. Me sentía en mi casa, y sentía que unos días después iba a comenzar la mejor experiencia de mi vida: el Hama Homenetmenagán Panagum.

Uno de tantos momentos vividos allí, fue la visita al Dzidzernagapert. Es inexplicable lo que sentí al ver ese enorme monumento del cual nos hablaron toda la vida.

Fuimos todos los ieghpair y kuir del panagum después de un acto. Pensé que no iba a poder disfrutarlo mucho por el simple hecho de que íbamos con miles de chicos más. Pero nada de eso sucedió.

Apenas bajamos del micro estallé en lágrimas, nos íbamos acercando y cada vez estaba más emocionada. Nos dieron una vela y dos flores para colocar frente a la llama. Y eso hice, pero antes hice una promesa. Luego, me senté a reflexionar sobre lo que nuestra institución genera.

Gracias a ella conocí Armenia por primera vez, y tuve la suerte de que fue para la conmemoración del Centenario. Compartí momentos que no voy a borrar de mi memoria, conocí personas increíbles e historias hermosas.

El hecho de saber que somos miles con el mismo escudo, el mismo himno, que cantamos las mismas canciones y llevamos los mismos colores armenios, me genera algo que ningún otro club hubiera hecho.

Anush Leylek

 

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