Esta primera entrega del informe sobre el uso de la lengua armenia en la diáspora pone en evidencia las dificultades por las que transita. Es una llamada de atención, una puerta al debate: nuestra identidad en juego.

¿Estamos perdiendo el idioma?

11 de junio de 2019

En esta primera entrega sobre el devenir de la lengua armenia en la diáspora, recorreremos los distintos puntos de vista al respecto y cómo se vive tanto en la comunidad como puertas adentro.

Si como dice Wittgenstein, y no se equivoca, somos seres de lenguaje, la identidad viene de la mano del idioma como ningún otro rasgo. La herencia étnica refiere a determinadas características que por supuesto evolucionan y se adaptan a los tiempos. Aunque también existe el riesgo, que es tal y contundente, de que el idioma se pierda. Entre las tantas razones, una es definitivamente la generacional. La primera generación nacida en tierra diaspórica la heredará inmediatamente, la próxima siguiente la habrá heredado como segunda lengua y finalmente la tercera ya ni siquiera puede contemplarla tal.

Con los más de cien años fuera del territorio, los armenios se enfrentan a una problemática mayor. Hasta dos generaciones atrás quizás estas disquisiciones se trataban apelando a argumentos conceptuales y evidencias basadas en las observaciones de un entorno familiar y escolar. Cuáles son las problemáticas a la que se enfrenta el idioma de un pueblo diezmado y obligado a la diáspora. En el caso de la lengua armenia, quienes sobrevivieron al genocidio y se refugiaron en distintos puntos tan disímiles del planeta como lo territorialmente inmediato (Grecia, Rusia, Líbano, Siria, Irán, Jordania) hasta Francia, Japón, Canadá o los diferentes puntos de Sudamérica, conservaron la lengua original de la Armenia histórica y es la que se mantiene cien años después.

Nada más importante que la lengua a la hora de la comunicación. La impronta cultural más destacada, la identidad misma de un pueblo: su idioma. Se cree que actualmente existen casi seis mil en todo el mundo y prácticamente la mitad de ellas corren peligro de extinguirse antes del final de este siglo. Esta derrota cultural tiene diferentes causas pero su peor consecuencia es la pérdida de la sabiduría ancestral de quienes nos han precedido. La primera lengua adquirida, la nativa, esos fonemas torpemente articulados, son los que pedagógica y culturalmente nos guiarán y serán la base de cualquier otro lenguaje que se adquiera a lo largo de la vida. Claro que en un país como Argentina, donde gran parte de su población desciende de inmigrantes, se puede dar la particularidad del bilingüismo (pueblos desterrados como el armenio se mantendrán vivos gracias a la impronta cultural de su idioma y así sus sucesores lo heredarán desde el primer día).

Hay dos idiomas armenios: el territorial y el diaspórico. El armenio oriental es uno de los dos dialectos modernos surgidos del krapar. Este armenio oriental es una lengua indoeuropea, que se habla en las montañas del sur del Cáucaso (Armenia y Artsaj) y en las comunidades armenias de Irán y Rusia. Se desarrolló desde principios del siglo XIX y se basa en el dialecto de la provincia armenia Ararat y de Ereván.

El armenio fue generalmente reconocido como una rama separada de la familia indoeuropea, Armenia fue considerada parte de la lengua persa por los eruditos occidentales hasta la década de 1870 cuando fue reconocida como un idioma indoeuropeo separado.​ El griego y el siríaco fueron los idiomas de la Iglesia apostólica armenia desde el día de su creación (301 dC) hasta el 405 dC, cuando Mesrop Mashtots inventó el alfabeto armenio.​

Hoy, en Armenia, un pequeño país étnicamente homogéneo, por supuesto el armenio es el idioma oficial. Pero si bien se habla como primera lengua por la mayoría de su población, el ruso sigue siendo el idioma extranjero más conocido entre la población.

También existe una minoría yazidí que usa el kurdo como primera lengua y resulta de esta manera la lengua minoritaria más grande de la Armenia actual. El griego, el ucraniano y el neoarameo asirio también tienen una presencia social en diferentes ámbitos. Si bien desde la caída de la Unión Soviética, Armenia ha sido el país con una política lingüística de desrrusificación muy destacada (la que más entre los ex países soviéticos), el ruso es hablado y comprendido por la totalidad de sus habitantes, amén de haber interferido en la misma lengua armenia distanciándola aún más del idioma armenio hablado por la diáspora que sí mantiene las viejas raíces de la Armenia histórica. Por ejemplo, existen universidades en ruso, inglés y francés en Ereván.

Ana Arzoumanian, escritora, dice al respecto: “Hay tres vías: las iconográficas, las redes, que no son los libros ni las escuelas, yo no creo que las escuelas puedan hacer sobrevivir a la lengua o muy poco, como una herramienta mínima, pero sí las redes considerando que hay un ida y vuelta en términos de comunicación muy potente y la tercera vía de las escrituras que son en otras lenguas cuando una escritura que es en otra lengua se pueda considerar armenio, sí trabajar la lengua que sea armenia. Y hay un tercer punto que tiene directamente que ver con el primero y tiene que ver en cómo sobreviven los pueblos como el pueblo que sobrevive no por la lengua sino por el valor iconográfico. Por ejemplo, un escritor escribe en otra lengua que no sea la armenia para hacer sobrevivir cierto imaginario que no corresponde a su país de nacimiento o residencia sino a su devenir diaspórico. Los judíos lo trabajan muy bien este punto y nosotros no lo hemos hecho: considerar a Kafka como un escritor judío, considerar a Celan como escritor judío a pesar de que no hablaban la lengua o la hablaban muy poco y sobre todo, no la escribían, es más, escribiendo siempre en alemán. Por ejemplo, si hoy hablamos de escritor que escriba en turco sería un escritor armenio más allá de la temática porque Kafka no escribía solo de lo judío porque es más fácil decir que si es armenio escribe sobre lo armenio, no, puede escribir sobre otras cosas, la cuestión es si maneja un imaginario que corresponda a es pueblo de origen y en ese caso maneja todo ese campo como Kafka y Celan mucho más aún, desde ya. Aunque ni siquiera esté mencionada la Shoá más allá de algún poema más directo. El valor iconográfico de la lengua, debemos remontarnos a las primeras escrituras, manuscritos lo caligráfico no como una lengua comunicacional sino como una imagen. Por otro lado hay una abismo o una grieta entre el armenio oriental y el occidental que, por ejemplo, otra vez a partir de las redes hace que fluya más más allá de las diferencias y uno se vea obligado a leer y a escribir. Los armenios de Armenia escriben en su lengua y nosotros nos vemos obligados a leer y entender eso y ahí se produce un ida y vuelta y ellos al igual se encuentran en esa doble vía de escritura y lectura donde se produce la verdadera resistencia: en las redes”.

Por su parte, Luciana Minassian, abogada y docente, coincide que es en Twitter donde se entera antes que en otro lado sobre las noticias referentes a Armenia. Las lee en inglés, turco y armenio. Escribió una columna para media.am sobre las dificultades a las que se vio enfrentada en sus viajes a Armenia: “En 2016 tuve el honor de asistir a una reunión de casi dos horas con el ex Ministro de la Diáspora. El problema era que me costaba entender muchas palabras, puedo decir que casi no entendí una oración completa. No tuve el coraje de decirle a mis otros dos colegas. Me sentí muy avergonzada. El siguiente viaje fui a un taller de abogados en el Tribunal Constitucional. El Presidente de la Corte pronunció su discurso en armenio, lo que resultó muy complicado para mí, sobre todo porque los términos políticos y legales aún eran desconocido por lo que una vez más la señora de Argentina se sintió demasiado tímida para pedir una traducción ya que todos los demás parecían estar lidiando con eso perfectamente bien. En ese mismo viaje fui invitada a la Universidad Estatal de Ereván a dar una clase explicando nuestras actividades en Argentina, que pronuncié en inglés y mi anfitrión me tradujo al armenio. Inmediatamente después conocí al adorable personal, que después de reírse por mi barrera del idioma, me alcanzaron dos libros con un curso de idioma armenio occidental y oriental. ‘Vuelve y estudia un poco’ dijeron cuando me fui, con una sonrisa en el rostro. Cada vez que no entendía algo, le preguntaba a cualquier persona ‘¿Por qué insisten en que estudie armenio occidental? Cada vez que vengo aquí termino lidiando con esta situación’. Todos respondieron lo mismo: ‘Luciana, esto es para preservar la identidad cultural, nuestra herencia, el lenguaje que casi perdimos debido a deportaciones y masacres hace más de cien años’. Al día siguiente asistí a la conferencia de prensa de Talish que comprendí completamente debido a que la noche anterior me enviaron una versión en inglés del Segundo Informe Provisional sobre Violaciones de DDHH. Volví de Talish a Ereván con algunos periodistas, mi ArmEnglish estuvo bien durante todo el viaje de montaña… Entonces, en esa cadena de pensamientos, pasé una hermosa cena en la que los únicos idiomas hablados, simbólicamente, eran el turco y el armenio, y no puedo expresar con palabras lo emocionante que fue la experiencia. En el viaje de junio de 2018 decidí no ocultar mis pobres expresiones armenias y durante un viaje a Gyumri que se organizó en nombre de mi padre que murió en mayo de 2017. Conclusión, o no conclusión en absoluto, continuaré visitando la Patria con la mayor regularidad posible donde me siento como en casa, seguiré hablando mi armenio occidental no muy confiable y me comprometo a utilizar menos inglés y más armenio en el futuro. Desde 2009, he estado utilizando principalmente la plataforma Twitter, y creo que los usuarios locales armenios de Twitter han aumentado probablemente en estos dos últimos años. Me tomó algo de tiempo tener un montón de cuentas de Twitter de Armenia de las que podría beneficiarme. Facebook parece tener una audiencia más amplia en Armenia, aunque me parece un poco más lento en términos de tiempo, es decir, si quiero estar al día con las noticias armenias, siempre las obtendré primero en Twitter y luego descubriré que son publicado en FB al día siguiente. La única excepción a esta situación con FB, creo que ocurrió durante Velvet Revolution, debido al que había muchas transmisiones en vivo, y una que disfruté especialmente porque tenía traducciones al inglés. Todos los días me levanto y religiosamente, en lugar de noticias locales, voy a Twitter y me entero de las noticias armenias”.

Así es como nos enfrentamos a distintas interpelaciones que tienen un solo denominador: nuestra cultura. Continuamos en los próximos números.

Lala Toutonian
Periodista
latoutonian@gmail.com

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