Opinión

La independencia de Grecia, como camino libertario en Asia y en América

09 de marzo de 2016

Batalla-de-Liberación-griegaUna mirada comparativa entre la lucha de liberación de América y Asia apela a la historia protagonizada por Grecia, quien por muy conocida, facilita nuestras reflexiones. El heroico triunfo de los habitantes de Viena marcó el rumbo para concretar esos ideales de libertad, logrados mediante una valerosa resistencia que todavía recuerdan con escozor los actuales panegiristas de una época imperial muy criticable, que el actual gobierno de Ankara busca propagandizar.

El Imperio Otomano comenzó su humillante opresión sobre la nación griega después de la caída de Constantinopla,  en el fin del Imperio Bizantino. Los siglos que sucedieron al año 1451 tienen testimonios de diversas resistencias contra la dominación turca, pero recién a comienzos del siglo XIX, llegó la guerra de la independencia helénica. Esos movimientos fueron influenciados por la Revolución Francesa, cuya herencia positiva incluye la transformación de una sociedad que gemía bajo el Sultán.

En marzo de 1821, influenciados por la Iglesia Ortodoxa Griega, los campesinos aprovecharon una disputa contra el gobernador del territorio y su jefe el Sultán, por negarse satisfacer sus demandas impositivas. Esta circunstancia puso nuevamente en relieve la necesidad de la libertad de todos los pueblos que sufrían esa opresión. La ola solidaria tuvo entre sus propulsores al renombrado poeta Lord Byron, una personalidad romántica, que cayó en Messolonghi cuando participaba de la revolución griega. La Causa Griega tuvo muchos adherentes en diversos países europeos, los que coincidían con la tradición clásica que se transmitió a través del Imperio Romano a ese continente.

Mencionemos al historiador Thomas Gordon, escocés helenista, quien escribió la primera historia de esta revolución en inglés. La simpatía se extendió a monarcas europeos de diversos países. El asesinato del Patriarca Gregorio V de Constantinopla hizo crecer la afinidad europea.

En 1821 Aléxandros Ipsilantis, máximo dirigente de la Philikí Hetairía, entró en la antigua capital de Moldavia (territorio colonizado por los turcos) con un pequeño ejército y meses después, en 1822, su hermano Dimitros convocó una asamblea que proclamó la independencia de Grecia en el teatro de Epidauro.

Después del grito de libertad de marzo de 1821, se desató la guerra de la independencia y este movimiento internacional por la libertad y los derechos humanos, encontró ecos solidarios también en América de la mano de los literatos del Caribe y de América del Sur.

El poeta cubano José María Heredia, escribió varios poemas que se explayan al respecto. Uno de ellos, se titula “Grecia como camino hacia la libertad”. Resulta muy comprensible esa expresión, cuando en esos mismos años Sudamérica buscaba liberarse del Imperio Español, como ocurrió antes en las colonias inglesas del Norte, respecto del Imperio Británico. Esa lucha se desarrolló también en otros países balcánicos, como Serbia, Rumania, Bulgaria, etc.

Otras expresiones también se escucharon en América del Sur, -hay datos históricos de la correspondencia que mantenía el libertador de Argentina y Chile, Don José de San Martín, con una gran personalidad política y literaria como Anatole France, a quien las comunidades armenias agradecemos y admiramos.

En el año del 101° Aniversario del 24 de Abril de 1915  repasamos hechos -unos más conocidos que otros- que ayudan a comprender la etapa actual, que sintetizamos con la consigna de Reconocimiento, Reparación y Restitución, como ideas que forjan relaciones ecuánimes entre todos los pueblos y sociedades.

Carlos Hassassian

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