“Mi intención era que se hable del Genocidio Armenio”

11 de junio de 2019

El recuerdo de una abuela que huye del Genocidio Armenio y se radica en Argentina. Una situación repetida cientos de veces en el país, pero que aun así sirve de disparador para “El vestido de oro”, esta obra presentada en el Teatro Método Kairós, que combina elementos de la tragedia griega, el conflicto shakesperiano entre Montescos y Capuletos y las secuelas de la masacre cometida por el Estado turco contra el pueblo armenio.

La idea surge de Muriel Mahdjoubian Rébori, una de las actrices de la obra, cuya abuela, Margarita Serchejian, escapó de Estambul junto a sus dos tías y llegó al país en el barco “Antonio Delfino” con un vestido forrado de monedas de oro: “Empecé a hacer un recorrido hacia atrás sobre mi identidad para averiguar sobre mis orígenes, sobre cómo habían llegado mis abuelos. Me empapé en el tema y me dije ‘yo con esto algo tengo que hacer’”.

La historia, que cuenta con dramaturgia de Ana María Boerr, transcurre en la cocina de un restaurant armenio. Allí la hija de los propietarios (Mahdjoubian) se enamorará de uno de los chef (Fernando Arsenian), quien resulta ser de origen turco, desatando así el conflicto y reabriendo las heridas del Genocidio.

“Quería una historia de amor, al estilo de Romeo y Julieta, entre una armenia y un turco. Cuando contaba la idea me di cuenta que generaba algunas controversias para parte de la comunidad, lo que me dio la seguridad de que era la excusa perfecta para hablar del Genocidio”, detalla la actriz.

La ambientación, la escenografía y el vestuario (a cargo de Sabrina López Hovhannessian) y la veracidad de la trama desde el punto de vista histórico, hace que el público que no es parte de la colectividad se interese aún más en la trama. En este sentido Mahdjoubian explica: “A veces me doy cuenta que hay gente que no sabe que existió un genocidio, que no sabe dónde está el país Armenia. Mi intención entonces era aportar mi granito de arena para que esto se sepa y se hable”.

Por su lado, el director Marcelo Zitelli detalla: “Desde mi punto de vista, de alguien que no es armenio, me pareció que el trabajo fue muy importante para analizar el tema y ser un vínculo entre la comunidad y lo no armenio. Me parece una oportunidad extraordinaria para que se conozca la historia de verdad y nos demos cuenta que son patrones que se repiten”.

La trama no solo refleja los dramas vividos después del Genocidio Armenio, sino también la situación de Turquía y de sus perseguidos políticos. Para hacer que la ambientación y los diálogos fueran lo más verídicos posibles, los realizadores llevaron a cabo una amplia investigación, que incluyó visitas a varios restaurantes armenios, lectura de libros, entrevistas con directoras, maestras de colegios y escritores.

Cabe destacar además que la obra, que se presenta todos los lunes a las 21 hs, recibió una carta de felicitación por la Embajada de Armenia en Argentina, por “su importante aporte a la difusión de nuestra historia”. A su vez, la reacción del público, como comenta la protagonista fue altamente positiva hasta ahora: “Al público le encanta la obra, le gusta saber sobre la historia. El hecho de que vean la obra, se vayan y busquen algo de la armenidad hace que el objetivo esté cumplido”.

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