Un perfil literario de la primera gran pluma armenia.

Raffi: la narrativa como resistencia

30 de julio de 2019

¡Oh, felices noticias! ¡Oh, noticias alegres y dulces!
¡Qué alegría, bella musa, para los hombres tristes y dolientes!
Cuéntanos, revela si es posible.
¡Que un cadáver se despierte y vuelva a vivir!

El funeral de Raffi fue multitudinario, el primero en acoger a tanta gente. Así lo cuenta Khatchik Samuelian en su biografía: “Una semana después de la actuación de Samvel, Shirvanzadeh y un amigo de Raffi fueron a visitarlo. Raffi, que parecía estar recuperado de su enfermedad, estaba en el balcón regando las flores. Shirvanzadeh le preguntó: ‘¿Qué estás haciendo? Te vas a resfriar’, ‘No importa, todavía tengo algunos años para vivir. ¡Que exploten mis enemigos’, dijo Raffi con calma. Pero el 23 de abril volvió a la cama y el 24 de fue su último día de vida. ‘El de Raffi fue el primer gran funeral público. Nunca antes había ocurrido algo así’, observó Shirvanzadeh. ‘¿Quién era ese hombre?, se preguntaba con asombro la gente. De hecho, fue un fenómeno. Un hombre pequeño y modesto que vivió en uno de los distritos más antiguos y deteriorados de la ciudad había muerto, un hombre que salió de su casa cada mañana con un bastón en la mano, la cabeza a un costado, con la barbilla contra el pecho, y regresaba cada tarde con papeles debajo del brazo. No había nada en él que demostrara grandeza o singularidad. De repente, había muerto y tenía a toda la ciudad a sus pies. Bajo un diluvio, todos los comerciantes de Tiflis se presentaron ante su casa con sus coloridas banderas de seda; los alumnos armenios y sus profesores; las filas del clero y el personal de todos los periódicos, armenios y no armenios, y cualquier persona conectada con el mundo de la literatura y editorial. Los trabajadores armenios, refugiados de la Armenia turca, y miles de mujeres y niñas. El funeral de Raffi tuvo lugar el 29 de abril. Las tiendas y las escuelas armenias se cerraron por luto. Todo Tiflis se vistió de negro. Bajo el aguacero, la gente acompañó a su querido escritor al cementerio de Khojivank. Primero, fueron los representantes del mundo literario que llevaron sus restos desde su casa, luego en la calle un grupo de trabajadores tomaron su lugar, y luego se fueron turnando distintas personas, profesores, miembros de diferentes gremios, imprenteros…”. Su muerte fue un trágico preludio de lo que acaecería algunos años después: partió un 24 de abril de 1888 en Tiflis, por entonces parte del Imperio Ruso.Los quiebres culturales sociales resultan la respuesta a tiempos turbulentos. Y esa identificación cultural se ve amenazada frente a la épica de la contienda, se desdibuja el concepto de nación ante los enfrentamientos bélicos y la poesía debe hacerse cargo: hay que renacer cual ave Fénix. El orden social se ve sacudido frente a la violencia. Walter Benjamin destaca dos funciones de la violencia como medio para fines de derecho: la primera función de la violencia es creadora de derecho, pues una vez fundado, el derecho tiende a monopolizar toda otra violencia que le sea exterior. La segunda función de la violencia es conservadora de derecho, pero dicha conservación no puede ser realizada más que a través de una violencia legal a la violencia natural por el control de la violencia general. Esto es: la poesía, la literatura en general, la prosa, no están para echar un manto de tranquilidad frente a la crueldad sino para enfrentarla, tanto héroes como desertores. De no lograr una libertad cultural, las minorías étnicas siempre son absorbidas por el Imperio. Y claramente Raffi así lo sintió. Nacido como Hagop Melik-Hagopian en 1835 en la Antigua Persia (actual Georgia), hijo de una familia de comerciantes textiles y el mayor de sus hermanos.

Hagop era el hijo mayor de Melik Mirzabeg y su esposa Jeyranouh Khanoum. De parte de su padre, el linaje ascendía por muchas generaciones de meliks (lords armenios de larga herencia) de la aldea de Payajoug y por lo tanto mantuvo el estatus aristocrático bajo el Sha que se dedicaban a la fabricación de armas.

Estudió bajo la severa mirada del sacerdote, Hair Mser, y como luego bien detallará en Chispas, una de sus obras más emblemáticas, todos los alumnos eran sometidos a castigos corporales por fallar en sus lecciones. Da una descripción muy vívida de estos acontecimientos y con un tono de denuncia que nadie antes se había atrevido. A los doce años es enviado a Tiflis para estudiar en lo que era el centro intelectual armenio más destacado. Enfrentado a necesidades económicas, el joven Hagop se vio obligado a abandonar sus estudios y ayudar a su padre. Dio por concluida su educación formal pero fue un genio autodidacta. Así, viajó mucho por Persia, Rusia y Turquía. En estos viajes comerciales por la Armenia histórica pudo dar cuenta que los armenios eran maltratados por kurdos y otomanos. Como digno intelectual, supo que la acción llegaría de mano de la interpretación. Escritor prolífico, comienza a publicar en diferentes diarios y publicaciones. Así, jugó un papel muy importante en el despertar del letargo de la gente. Los escritos patrióticos de Raffi fueron leídos por prácticamente todos los jóvenes armenios de la época y las generaciones posteriores. En sus novelas, Raffi representaba personajes de héroes nacionales y revolucionarios armenios. De hecho, hay una conocida frase armenia que dice: “No hay luchadores por la libertad armenios (feddayiners) que no hayan leído a Raffi”.

Consideró que enseñar a la población el idioma armenio era una medida fundamental y vital pero sintió que carecían de una literatura secular lo suficientemente atractiva como para ayudar a alcanzar ese objetivo.

Fue a través de estos trabajos que generaciones de armenios aprendieron a leer armenio, se familiarizaron con su historia y adquirieron los estándares críticos mediante los cuales podían evaluar sus vidas y la sociedad. Se convirtió en el primer escritor armenio profesional en ganarse la vida con sus escrito. Lo de Raffi fue la narrativa como puñalada. Lo siniestro se adapta a lo cotidiano y esa mirada única desde el mismo epicentro subyace en ello. Una gramática mayor.

Lala Toutonian
Periodista
latoutonian@gmail.com

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