Protesta de la FRA-Tashnagtsutiún. El caso Kocharyan. Debates por la asignación del presupuesto estatal.

Resumen semanal desde Armenia: Tarjeta amarilla para el Gobierno

28 de mayo de 2019

La paciencia se colma; pero al menos existen las advertencias que a veces sirven para encarrilar las cosas. Esta semana, la FRA-Tashnagtsutiún sacó tarjeta amarilla al gobierno de la nueva Armenia mediante una protesta que tenía como fin el reclamo de algunos sucesos que han empezado a oler mal. La Plaza de la Libertad, ubicada en la explanada del Teatro Opera, concentró a miles de ciudadanos disconformes con un paquete de políticas enmarañadas de la era Pashinyan. El malestar llegó a la superficie del vaso con las instrucciones del Primer Ministro de bloquear los accesos de los tribunales de justicia luego de la sentencia del juez de otorgar la libertad al segundo presidente de Armenia Robert Kocharyan.

Utilizando los mismos mecanismos de convocatoria de multitudes eufóricas que en los días de revolución, Nikol Pashinyan clamó por la independencia de la Justicia del resto de los poderes. El método fue, una vez más, un reto difícil para la preservación del orden constitucional. Sin embargo, no sólo este percance, sino una ola de asuntos críticos motivó al Cuerpo Supremo de la FRA-Tashnagtsutiún a responsabilizar a las autoridades gubernamentales por la situación alarmante en el país. Miles de ciudadanos convocados elevaron sus tarjetas amarillas bajo la consigna “Pónganse serios”, en contra de la nivelación del impuesto a las ganancias, el ajuste estructural del gobierno con decisiones como la disolución del Ministerio de la Diáspora, las declaraciones riesgosas sobre el conflicto de Artsaj, la inexistencia de pasos firmes hacia el desarrollo económico, entre otras.

Las quejas continúan: el miembro de la FRA-Tashnagtsutiún Gegham Manukyan acusó al gobierno de haber colocado a la revolución en una posicion de mayor importancia que a la lucha por la liberación de Artsaj, al tiempo que ahora promueven la expansión de la revolución allí. Pero, ¿no es que la revolución por la liberación nacional en Artsaj comenzó en 1988? Es hora de tomar las tizas y explicarle a los líderes del nuevo gobierno que los enemigos de la nación armenia se encuentran fuera de las fronteras, no entre la sociedad. La instauración de la dicotomía social que categoriza a los ciudadanos en negros y blancos, revolucionarios y antirevolucionarios promueve la existencia del fantasma del enemigo interno dentro de las bases civiles.

Por su parte, el miembro del Buró de la FRA, Armen Rustamyan dio cuenta de que las políticas perseguidas por las autoridades gubernamentales no coinciden con los desafíos que enfrenta el país. A su vez, los acusó de manifestarse en el nombre del pueblo e ir tras el alboroto del orden constitucional. “Es hora de dejar a un lado los egoísmos y esta situación de euforia”, subrayó Rustamyan. Mediante esta conflagración con el pasado y los antecesores, Pashinyan supone que la historia de Armenia ha comenzado a escribirse a partir de él. El y su revolución. Efectivamente existen decisiones que llevan a circunstancias de las que ya no habría retorno; y esta protesta masiva fue una forma de alertar sobre la delicada situación y evitar su deterioro. Al menos es de común conocimiento que luego de dos tarjetas amarillas, llega la roja.

Caso Kocharyan y la Justicia

En un intento de vincular a Kocharyan con la FRA-Tashnagtsutiún bajaron en pequeños paracaídas los rumores de que el ex presidente participaría de la convocatoria civil del partido. Sin embargo, no existieron hechos reales que alimentaran el sensasionalismo absurdo de los medios. Las últimas noticias sobre el caso Kocharyan giraron en torno a la decisión del juez de suspender los procedimientos y enviarlos a la Corte Constitucional. Pero los documentos de este caso no fueron los únicos. Para que no sufrieran la más triste de las soledades, fueron acompañados por otros casos como el del ex vice primer ministro Armen Gevorgyan, el ex ministro de Defensa Seyran Ohanyan y el ex secretario general de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva Yuri Khachaturov.

El ambiente continúa fastidioso en la esfera judicial. Las instrucciones de Nikol Pashinyan de bloquear los accesos de los tribunales de justicia promovieron un escándalo que culminó con un dejo de incertidumbre. La Unión de Jueces se hizo oir mediante un comunicado que declaraba su descontento frente a la ola de desprestigio contra sus funcionarios e instaba a la sociedad a respetar el principio de independencia de cada juez, su dignidad y su honor. La limpieza de remanentes del gobierno anterior comenzó poco tiempo después de la Revolución de Terciopelo y aún continúa. Esta vez la dimisión del cargo tocó la puerta del presidente de la Corte Suprema de Justicia Gaguik Harutyunyan. Mediante una carta, anunció que a partir del desenlace de los hechos en el Poder Judicial ve conveniente su retiro.

Por su parte, se ha comunicado que los fiscales solicitarían el retiro del juez Davit Grigoryan del Tribunal de Jurisdicción General que llevó adelante el caso Kocharyan. Hace algunos días, junto a las instrucciones de bloqueo de tribunales de justicia, Pashinyan exhortó a la desvinculación de los jueces y al despliegue de investigaciones sobre cada uno. Sin perder tiempo, esta semana comenzó un proceso de entrevistas y evaluación de quiénes podrían ser los próximos funcionarios judiciales. Sin embargo, no sólo la esfera judicial protagonizó un movimiento de idas y venidas de funcionarios, sino también el ámbito educativo. Hace algunos meses, las protestas estudiantiles a favor de la renovación de las autoridades de la Universidad Estatal de Yerevan fueron antecedentes de un malestar que traspasó el perímetro de lo político. Finalmente, a pesar de la tenacidad del rector Aram Simonyan para mantenerse en su cargo, esta semana presentó su renuncia. “En este mundo, todo tiene un comienzo y un fin”, manifestó, responsabilizando al nuevo gobierno de su decisión. Con una carta que explicaba la situación de la institución, se despidió y dio media vuelta.

Del campo educativo al cultural

El Teatro Opera también había sido víctima de la extirpación de funcionarios cuando, hace unos meses, su director Constantine Orbelian fue despedido. Los argumentos giraron en torno a la imposibilidad de ejercer el cargo de director general y director artístico simultáneamente, y a su desconocimiento de idioma armenio. Como contrapartida, el reconocido artista presentó esta semana una demanda contra la orden de despedirlo emitida por la ministra interina de Cultura Nazeni Gharibyan en marzo. Pero su represalia no terminó ahí, sino que también demandó la orden en la que el Primer Ministro la asignaba para cumplir las funciones de Ministra de Cultura a partir de enero.

Punto para la adminsitración pública

Esta semana, el Primer Ministro convocó a las autoridades de la administración pública a una reunión para discutir sobre la asignación del presupuesto estatal. En primera instancia, aseguró que este año se espera una recaudación de 62 mil millones de drams adicionales (1 millón de dram son 2.100 USD). ¿En qué serán destinados? Se proporcionarán 7 mil millones de drams a la construcción de carreteras, 6,8 mil millones de drams al aumento de salario de personal militar y 3,5 mil millones de drams para el aumento de salarios de docentes. Para los fondos restantes, que formen fila los sectores que quieran ser beneficiados. Pashinyan instó a su gabinete a tomar decisiones pensadas al respecto. También anunció que, de acuerdo con los datos del primer trimestre de este año, el PBI ha marcado un crecimiento del 71%, aunque enfatizó en que esto no es un indicador de la actividad económica, sino un indicio que marca los primeros pasos de la revolución de la economía en el país. Según lo manifestado por el mandatario, es evidente que el estímulo del crecimiento económico sería el destino de estos fondos públicos. Gran parte de la revolución que se pretende hacia el desarrollo económico apunta hacia la atracción de inversiones extranjeras. Esta dirección al menos no se ausenta en las palabras del Primer Ministro y de su equipo de asuntos económicos, aunque en los hechos aún no hay mucho por decir.

Las acciones concretas en este sentido siguen un ritmo lánguido que se limita a una activa agenda de reuniones con autoridades de diferentes países en busca de presentar las favorables condiciones y oportunidades de inversión en Armenia. Una de las últimas visitas oficiales de Pashinyan fue a China, donde se reunió con el presidente Xi Jinping y su primer fruto fue la erradicación de la visa para ciudadanos armenios en un periodo de 90 días. Una puerta que se abre para dar luz a una cooperación bilateral más activa. Pero no todas las puertas se abren. Esta semana han cerrado su ciclo todas las escuelas del país dando comienzo a la temporada de vacaciones de verano para estudiantes de primaria y secundaria. El presidente de Armenia Armen Sargsyan y el ministro de Educación y Ciencia Arayik Harutyunyan felicitaron a los niños y jóvenes que culminaron el ciclo lectivo con la “Ultima campanada” (“Verchin zanq”). Por su parte, Pashinyan organizó un festejo para egresados de colegios fronterizos. Una transmisión en vivo por Facebook mostró su arribó al salón de fiestas donde decenas de jóvenes celebraban el fin de las clases. Luego de días de tensión política, Pashinyan intentó poner su mente en blanco. Bienvenido verano.

Betty Arslanian
Corresponsal en Ereván
beatrizarslanian@gmail.com

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