24° aniversario de la recuperación de la Independencia de Armenia

Serge Sarkissian: “El 21 de Septiembre expresa el renacimiento de nuestro pueblo, sobreviviente del primer genocidio del Siglo XX”

22 de septiembre de 2015

serge-discursoSu Santidad Catolicós de Todos los Armenios, distinguido presidente de la República de Nagorno Karabagh, honorables invitados, compatriotas.

Felicito a todos nosotros con motivo del Día de la Independencia. La milenaria marcha del pueblo armenio completó cada página de nuestro calendario con infinidad de recuerdos. Se la llenó de lágrimas de alegría y también por el dolor de la pérdida, por la heroica determinación de luchar. Se la ha colmado de oraciones en muchas noches desesperanzadas y en las prometedoras victorias que llegan con los primeros rayos del sol de cada mañana. Se han llenado total y completamente desde la primera a la última línea sobre la que estamos escribiendo nuestra historia.

Nuestro pueblo recuerda muy bien cada página de lucha de su calendario. Recuerda a todos aquellos compañeros que cayeron en el largo camino y celebra cada día nuestra unidad victoriosa. Nuestro histórico calendario incluye páginas escritas en letras de oro que se han convertido en nuestro destino durante décadas, siglos y milenios. También se han transformado en las páginas del pasaporte que representa nuestra identidad nacional en el mundo.

Una nueva página escrita en moldes de oro inscribió nuestro pueblo en su memoria histórica, un día como hoy, hace ya 24 años. El 21 de septiembre de 1991 fue todo un pueblo el que anuncio casi unánimemente al mundo que había resuelto asumir nuevamente la carga, la responsabilidad y el honor de administrar su propio destino.

Y cada vez que a ese calendario le faltan ciento un días para finalizar el año regular, reiteramos nuestro compromiso y expresamos a gritos al mundo que estamos aquí, que nos mantenemos firmes y resueltos, que somos los dueños de nuestro propio destino y que el legado de nuestros antepasados nos pertenece. Somos los garantes del mañana sin nubarrones para nuestros hijos y el compromiso de atardeceres pacíficos para nuestros padres. Somos nosotros y nadie más.

La lengua en que nos expresamos es la armenia, es con la que oramos desde los albores de la civilización y la misma que se puede escuchar hoy en las más altas tribunas del mundo. Puede oírsela gracias a la unidad absoluta demostrada por nuestro pueblo hace veinticuatro años. Esa unidad no sólo nos ha concedido la independencia, también nos ha dado el poder para luchar y el espíritu para crear a lo largo de estas dos décadas y media.

serge-hablaEl estado, el Ejército, la economía de estado y la sociedad civil han sido los institutos que establecimos como inequívoca respuesta a la oportunidad que recibimos y los desafíos que se nos impusieron. Sin embargo, el fruto más dulce de nuestra unidad, es sin dudas nuestra hermosa y orgullosa generación que lucimos el día de nuestra independencia. La respuesta unida y altisonante a la llamada de la independencia, nuestro “Sí” obró un milagro. Dios a luz al soldado que está sólo a un centenar de pasos del bandolero mercenario de sangre fría. Dio a luz al soldado que sabe sin embargo, que exactamente esos cien pasos son los que nos separan de la serenidad, de las noches tranquilas y la seguridad de la existencia misma de sus hermanas y hermanos, madres y padres. Dio a luz al soldado que obliga al siniestro vecino a pagar duro cada vez que intenta desandar esos cien pasos.

Queridos compatriotas,

Este día tiene un significado natural no sólo para nosotros, sino también para la humanidad. Por azar o destino, en este mismo día, cuando nuestro triunfante pueblo celebra la
festividad de su voluntad de vivir de modo independiente y pacífico, en las Naciones Unidas se conmemora el Día Internacional de la Paz bajo el lema “Alianzas para la paz, dignidad para todos”.

Las campanas de la paz repican sonoramente para recordar a todos aquellos que fueron sacrificados y continúan siendo inmolados en los crímenes de la guerra. Suenan para recordarnos el fundamental derecho humano a vivir en paz y libres de violencia. Repiquetean para reclamar el cese el fuego y la paz para los niños y personas mayores, para las mujeres y los hombres.

Por desgracia, incluso en este Día Internacional de la Paz, los tañidos de la campana de la paz son amortiguados por el fuego de las ametralladoras y las explosiones y estruendos de las bombas y cohetes.

Del mismo modo, en nuestros pueblos de frontera, en nuestras montañas y valles, también este 21 de septiembre el bello sonido de las campanas es quebrado por las alertas de batalla. En el Medio Oriente, el pueblo que cobijó a los sobrevivientes del genocidio, abuelas y abuelos nuestros, se está retorciendo de dolor en medio de una guerra internacional a pocos pasos de nuestras puertas. Nuestro sonoro “Sí” de hace 24 años puede proporcionar hoy cálido refugio a nuestros hermanos y hermanas de sangre, que escapan de ese sangriento conflicto.

Queridos compatriotas;

La fundamental importancia del 21 de Septiembre es, quizás, el precio de nuestras decisiones para las generaciones futuras y nuestra responsabilidad, pues la marca que nuestras acciones puedan dejar o la inacción a la que podemos entregarnos, pueden afectar el destino de nuestros hijos y nietos. Esa marca puede ser una corona o un estigma.

sardarabad-1Los armenios debemos seguir este mismo mensaje en momentos en que nos encontramos en una etapa donde debemos tomar una disposición respecto a las reformas constitucionales. Cualquier decisión que tomes querido compatriota, debes recordar que de ella dependerá no sólo tu futuro, sino también el de tus hijos. También estarán en juego la seguridad y bienestar de tu familia y el de las próximas generaciones.

Que los rayos del 21 de Septiembre dispersen la oscuridad sobre nuestro futuro y pongan luz sobre las decisiones de nuestros compatriotas, tanto para aquellos que ya hayan decidido, como para los que aún están atrapados en las dudas de este crucial momento.

Frente este momento fundamental en camino al desarrollo de nuestro potencial y el equilibrio entre derechos y obligaciones, creo firmemente que debemos tener el coraje de avanzar hacia las enmiendas, escuchar el imperativo de esta instancia y escapar de las garras del temor a aceptar lo nuevo. Lo debemos hacer en nombre de nuestra descendencia, en aras de un futuro brillante para nuestro pueblo.

Queridos compatriotas,

El 21 de Septiembre expresa también el renacimiento de nuestro pueblo, sobreviviente del primer genocidio del Siglo XX, uno de las más graves crímenes contra la humanidad. En efecto, esta hoja del calendario también está teñida de la sangre de nuestros hermanos. Recordemos bien esas líneas, y sigamos haciéndolo por siempre pues la sangre de nuestros antepasados martirizados por la espada del Imperio Otomano en Van, Mush, Trabizon, Yerzingá, Marash, Aintab, Sepastia, Erzurum, Jarpert y tantos otros pueblos, corre aún por nuestras venas.

También es nuestro su legado hacer todo lo posible para que nunca más debamos enfrentar el peligro de la aniquilación y la masacre. Tenemos la convicción que en este mundo repleto de contradicciones y peligros nuestra única garantía es el estado libre, soberano e independiente de Armenia. Tenemos la certeza que la única fuente de poder del estado es su propio pueblo. Tenemos la confianza que la unidad popular es la única fuerza capaz de enfrentar y responder a los desafíos internos y externos.

El 21 de Septiembre es el símbolo de nuestra fe, nuestras convicciones y nuestra confianza.

¡Felicitaciones por el Día de la Independencia!

¡Viva la República de Armenia!

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