Un café con Herminia Jensezian
En estos días TADRON Teatro completa sus veinte años de existencia en la esquina de Armenia y Niceto Vega. Motivo suficiente para charlar con su directora y rescatar desde la memoria los momentos que construyeron su trayectoria y mostrar además de los premios recibidos, su compromiso con los derechos humanos y su pasión por el teatro.
Ocupando una mesa del bar del teatro, y mientras aguardamos el “surch café” la charla nos lleva a los primeros días de este emprendimiento que ya completa dos décadas de labor ininterrumpida.
Lo que alguna vez fue un parripollo derivó en un centro de cultura teatral y un espacio singular donde los reclamos de justicia se canalizan a través de múltiples expresiones artísticas.
Algunas paredes cambiaron de lugar para delimitar la sala donde las gradas rodean la escena, y generan un contacto directo entre público y artistas. Los elementos vintage que decoran el bar donde desarrollamos la charla, exponen con claridad el espíritu del lugar, y demuestran que la escenografía no es sólo exclusividad de las obras teatrales.
Herminia rememora los inicios de este proyecto que tuvo sus orígenes en el Conjunto Teatral de Exilio George Sarkissian de Hamazkaín, y que alcanzó con enorme sacrificio y dedicación un grado de excelencia y profesionalidad que hoy exhibe con orgullo.
La gratitud por sus maestros es evidente cuando observamos que la fotografía de George Sarkissian se intercala con otras que tapizan una de las paredes del bar, junto a programas, crónicas periodísticas y algún afiche publicitario de las más de trescientas obras que se ofrecieron en estas dos décadas.
Sus otros dos maestros -Juan Carlos Gené y Gastón Breyer- la sala lleva su nombre- también están presentes, junto a los premios que ha recibido y que ostenta con orgullo en la puerta de la sala donde precisamente los recuerda.
Es imposible hablar de TADRON sin hacer referencia al ciclo "Teatro x la Justicia". Se entusiasma su directora cuando recuerda que el ciclo creado hace doce años y que comienza cada 24 de Abril rememorando el genocidio impune cometido contra los armenios, ofrece durante dos meses y en forma gratuita obras donde se ponen de manifiesto, temas referidos a la violación de los DDHH, la violencia de género, los desaparecidos, la apropiación clandestina de bebés y muchos otros donde se advierte la falta de justicia.
No disimula su alegría cuando relata la forma en que se enteró de la nominación y la premiación de los Trinidad Guevara en 2012 y el reciente ACE 2017 por los veinte años de trayectoria.
Hubo un tiempo para evocar algunos momentos memorables de estas dos décadas: cuando se llevó "La Nona" de Roberto Cossa traducida al armenio a Ereván en el marco del 1er Intercambio Teatral Argentino-Armenio, junto a la obra de Levón Shant,"Unainutiun" (Vanidad).
También recordó "El Gran Silencio" - de Berdj Zeituntzian -cuya puesta se llevó a cabo en el salón del Centro Armenio, hoy sala Siranush, y que rompió con las premisas tradicionales en materia de escenografía teatral. Estructuras tubulares, imágenes metafóricas y un contacto directo con el público rodeando la escena, le permiten evocar las palabras de su maestro Gastón Breyer"...me hubiera gustado hacer a mí esa escenografía".
La charla discurrió entre recuerdos y anécdotas, y ahí surgieron las puestas callejeras de "Héroes" recorriendo la vasta historia armenia o el montaje interpretativo "NomeolvidO" mezclando danza y actuación con Vahram Ambartsoumian y Kalust Jensezian en ese reclamo permanente de justicia por el pueblo armenio.
Saboreando algún postre oriental, damos vuelta el pocillo para anticipar lo que el destino nos habrá de regalar desde la borra de café, Herminia Jensezian nos deja una última frase muy actual, sobre la tan cuestionada libertad de expresión: "La escena te da la libertad que ningún otro medio te puede dar. En la escena podes reclamar, podes exigir, podes canalizar y expresar desde lo artístico todo reclamo de justicia."
Entrevistó Edgardo Kevorkian