Carta de lectores en Clarín

Comunicado de IARA en respuesta al embajador de Azerbaidján

19 de julio de 2018

Logo IARAA raíz de las opiniones vertidas por Rashad Aslanov, embajador de la República de Azerbaidján en Argentina, en el diario local Clarín del 9 de julio pasado, en la carta “El objetivo de Azerbaidján es recuperar la integridad territorial”, en respuesta a la nota titulada “Artsaj y Azerbaidján, ¿continuará la guerra?”, publicada el 2 de julio en el mismo medio, desde las Instituciones Armenias de la República Argentina (IARA) nos vemos en la obligación de aclarar algunos puntos.

La población de la República de Artsaj (Nagorno Karabagh) siempre se ajustó a derecho y a la legislación vigente. Su proceso de independencia transitó las mismas vías legales que el de la República de Azerbaiyán. Esta última, al proclamarse heredera de la República Democrática de Azerbaidján de 1918 -que nunca fue formalmente reconocida por la comunidad internacional ni por la Sociedad de las Naciones-, nunca tuvo soberanía oficial sobre Nagorno Karabagh. El proceso de independencia que comenzó en 1987 en la Región Autónoma de Nagorno Karabagh fue respuesta directa a las matanzas y persecuciones por parte del gobierno de la Azerbaidján soviética.

El 12 de mayo de 1994 la República de Azerbaidján, la República de Armenia y la República de Nagorno Karabagh firmaron un cese del fuego bajo el auspicio de Rusia, ratificados el 6 de febrero de 1995 bajo el auspicio de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Esto constituyó un reconocimiento oficial de Karabagh como una de las partes del conflicto por parte del propio gobierno de Azerbaidján. Las cifras de la población actual, las cuales intenta “desmentir” el Embajador, carecen de cualquier tipo de fuente oficial, ya que el gobierno de Azerbaiyán no tiene control sobre la región desde hace décadas y, por lo tanto, no pudo realizar un censo para determinar esos datos.

Cabe destacar que Armenia brinda asistencia militar al Ejército de Defensa de Artsaj en su frontera porque de ello depende la supervivencia de la población, la misma que sufrió una limpieza étnica cuando estaba bajo el dominio de la República Socialista Soviética de Azerbaidján. Armenia no reconoce la independencia de Artsaj porque, de hacerlo, modificaría el estatuto de una de las partes del conflicto, con lo cual se terminaría el proceso de negociaciones.

En ese sentido, al citar las resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU, se oculta al verdadero y único organismo encargado de la resolución del conflicto: el Grupo de Minsk de la OSCE. Cabe recordar que la posición oficial de Argentina es de apoyo al “proceso político del Grupo Minsk, aceptado por Armenia y Azerbaidján”, según el Ministerio de Relaciones Exteriores y Culto.

Hechas las aclaraciones históricas, recordamos que hay tres periodistas del diario Clarín en la lista negra del gobierno de Azerbaidján. A ellos se les prohíbe la entrada a Azerbaidján por haber visitado la República de Artsaj para ejercer su trabajo de informar sobre la situación en la región. El presidente de Azerbaiyán, Ilham Aliev, amenaza periódicamente con reiniciar la guerra contra Artsaj y Armenia mientras mantiene desde hace décadas una política estatal de racismo y xenofobia contra los armenios, sostenida mediante persecución y hostigamiento a opositores, activistas y periodistas.

Frente a este panorama, hacemos un llamado a los medios de comunicación argentinos a que evalúen en profundidad la decisión de publicar cada una de las cartas de respuesta de la Embajada azerbaijana. Entendemos la lógica democrática del derecho a réplica, pero también creemos en el rol social que cumplen los medios de nuestro país y en su rigurosidad periodística en términos informativos. Es por eso que pedimos a los editores responsables que consideren si cada publicación o nota sobre Artsaj tiene que venir acompañada de una “carta de respuesta” de una de las partes del conflicto que representa a un gobierno autoritario, negacionista del Genocidio Armenio y diametralmente opuesto a cualquier concepción de la libertad de prensa.

Comunidad Armenia de la República Argentina

 

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