Agresión azerí: se acerca la hora de los mapas

05 de diciembre de 2021

El intercambio de artillería pesada en la frontera de Armenia y Azerbaiyán pronto podría dar paso a los mapas soviéticos y la geolocalización, para frenar  la pérdida de territorios a manos de Bakú

La reunión trilateral de alto nivel entre los presidentes de Rusia, Vladimir Putin; y de Azerbaiyán, Ilham Aliyev; junto al primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan; celebrada en Sochi (Federación Rusa) el pasado 26 de noviembre fue el primer encuentro cara a cara entre los mandatarios desde que el 11 de enero de 2021 firmaron en Moscú una declaración conjunta sobre Nagorno Karabaj (Artsaj), complementaria del cese del fuego acordado el 9 de noviembre de 2020.

Más allá de la señal positiva que siempre supone un encuentro directo entre los líderes de los gobiernos de Armenia y Azerbaiyán para tratar temas de interés bilateral que acerquen, en cierta forma, la paz, la seguridad y la estabilidad en la región, la reunión de los mandatarios sugiere algunas lecturas posibles en torno al conflicto.

En primer lugar, el papel clave de Rusia, el único garante de la paz real que existe en la región y el único poder estatal o multilateral capaz de frenar, al menos temporalmente, la maquinaria militar, expansionista y armenófoba azerí.

Esa influencia rusa logró el cese del fuego del 9 de noviembre de 2020, la declaración conjunta a favor de la resolución diplomática del conflicto del 11 de enero, el establecimiento de un corredor entre Armenia y Artsaj a través de Berdzor (Lachín) y el desembarco de una fuerza de paz a la región, integrada por más de 2000 efectivos rusos con mandato por cinco años, prorrogables por otros cinco, si ambas partes lo ratifican.

Pero la mano de Putin también tiene sus limitaciones. Debió acceder al establecimiento de un centro de monitoreo conjunto ruso-turco en Aghdam y aceptar la presencia de militares turcos en el área en conflicto. Esto además de que todavía no se cumplió el artículo 8 del acuerdo de cese el fuego, en relación a la liberación de todos los prisioneros de guerra en poder de Azerbaiyán, varios de ellos con juicios sumarios iniciados y algunos ya con condenas firmes de hasta 20 años.

Además de tener que “tragarse el sapo” de las reiteradas violaciones al alto el fuego por parte de tropas azeríes en el este de Armenia. La última, este jueves 2 de diciembre por la mañana –hora local- con disparos hacia la población civil en Karmir Shughá, distrito de Martuní.

El hecho adquiere especial relevancia, más allá de que afortunadamente no hubo víctimas ni daños materiales, porque se da a menos de una semana del “encuentro trilateral positivo” en Sochi y dos semanas antes de una nueva reunión cara a cara, ya acordada entre Pashinyan y Aliyev en Bruselas. Será en el marco de la Cumbre de la Asociación Oriental de la Unión Europea el próximo 15 de diciembre.

La mesa de arena

Estos movimientos de Bakú siguen la vieja táctica de mantener la presión en el campo militar para “negociar”, supuestamente, desde una posición de fuerza. Y todo responde a la estrategia de dar siempre pasos adelante para eventualmente ceder en base las nuevas ganancias y no sobre sus posiciones originales.

En el plano práctico esto puede verse plasmado en la literal invasión de tropas azeríes a territorio soberano armenio desde el pasado 12 de mayo, en las provincias de de Gegharkunik y Syunik.

Pero justamente, la avanzada azerí ha logrado poner en agenda lo que tal vez sea el principio de la solución al conflicto armado, y el eje de la estrategia armenia actual. Es la delimitación de la frontera y la demarcación en el terreno, algo que desde la sovietización de Armenia y Azerbaiyán hace más de un siglo, nunca logró concluirse.

Para la Real Academia Española, delimitar es determinar o fijar con precisión los límites de algo. Es un concepto que difiere de la demarcación, que supone delinear o señalar los límites o confines de un país o terreno.

Así, la demarcación termina siendo la bajada a campo con señales y mojones concretos, a partir de las decisiones políticas tomadas en el proceso de delimitación de las fronterasnacionales.

Durante la reciente cumbre de Sochi Ilham Aliyev se mostró favorable a la delimitación de las fronteras entre ambos países.“La frontera entre Azerbaiyán y Armenia no ha sido delimitada, y hemos dicho reiteradamente que estamos dispuestos a iniciar el proceso de delimitación de inmediato”, destacó el mandatario.

Y agregó: “Además, hemos sugerido a Armenia, públicamente, comenzar a trabajar en un tratado de paz para poner fin oficialmente al enfrentamiento, reconocer la integridad territorial y la soberanía de los demás y vivir en el futuro como vecinos, aprender a vivir como vecinos desde cero”.

Bellas palabras de un zorro con piel de cordero, que lo primero que tendrá que hacer para aprender a vivir como vecinos desde cero es desandar más de un siglo de armenofobia inoculada en la sociedad azerí desde las más altas esferas del poder político de ese país.

Por su parte, Nikol Pashinyan también se refirió, entre otros temas como la cuestión de los prisioneros de guerra, la invasión azerí a territorio soberano armenio y las recurrentes violaciones al alto el fuego por parte de Bakú, a la cuestión de los límites.

“Desde el 12 de mayo hemos tenido una crisis en la frontera entre Armenia y Azerbaiyán. Creemos que las tropas azerbaiyanas han invadido territorio soberano de Armenia. Por supuesto algunas fronteras entre Armenia y Azerbaiyán no han sido delimitadas o demarcadas, pero existe una frontera estatal que define el territorio soberano de la República de Armenia”, enfatizó Pashinyan.

Sobre este punto, el primer ministro armenio amplió: “… también he dicho más de una vez que Armenia está dispuesta a iniciar el proceso de delimitación y demarcación de la frontera”.

“Para nosotros también es vital abrir, desbloquear todas las conexiones económicas y de transporte. Estamos sinceramente interesados en resolver estos problemas y espero que los revisemos todos hoy”, afirmó durante el encuentro de Sochi.

El juego cartográfico

Durante los últimos meses el gobierno de Armenia en reiteradas oportunidades sacó a relucir los mapas de la época soviética como principal argumento para sostener sus derechos soberanos sobre territorios invadidos por tropas de Azerbaiyán.

Se habló de unos mapas de 1969 y de otros previos a la caída de la URSS, pero también hay mapas de las décadas de 1920, tras la sovietización y otros de los años 30. Y en todos hay diferencias en los límites internacionales, en general, con pérdidas territoriales para Armenia conforme pasaban los años.

La clave para la delimitación pasa por ver qué mapas se usarán. Obviamente, Bakú intentará cristalizar la situación actual y quedarse en los nuevos territorios usurpados. ¿Qué posición tomará el gobierno de Ereván?

En 1928 el Comisariado del Interior del Pueblo Soviético (NKVD) preparó una serie de mapas, que constituyeron la primera documentación cartográfica de la URSS.

En el caso de Armenia, hay un par de datos interesantes. En primer lugar, “geográficamente, Armenia era más grande que después”, señala el portal www.kavkaz-uzel.eu en su Geografía de la Unión Soviética, de finales de la década de 1920.

“En las profundidades del territorio de Armenia, no había dos enclaves azerbaiyanos y el enclave armenio de Artsvashen (en territorio azerí) aún no era un enclave y tenía conexión directa con Armenia. Además, al este de Jermuk la cornisa azerbaiyana aún no se ha formado en las profundidades del territorio armenio”, precisa el documento.

En cuanto al Oblast Autónomo de Nagorno Karabaj (NKAO) “todavía tiene, según el mapa, una frontera con Armenia pero no hay comunicación directa, ya que la carretera pasa fuera de ese contacto”. Pero la NKAO “tiene un área más pequeña de lo que era más tarde, cuando se incluyeron varios asentamientos azerbaiyanos”.

Tras los pequeños pero significativos cambios que tuvieron los mapas a lo largo de  siete décadas, en las que fronteras internacionales importaban poco al transformarse en límites fronterizos internos de la URSS, una vez más este nudo gordiano podría desatarse desde Moscú.

Recientemente, Valentina Matvienko, presidenta del Consejo de la Federación Rusa y senadora por San Petersburgo, aseguró: “Rusia ofreció su ayuda, teniendo en cuenta que los mapas del período soviético se conservan sólo en nuestro Ministerio de Defensa. Son precisos, definen con precisión las fronteras exactas entre Armenia y Azerbaiyán”.

Y agregó: “Las negociaciones se pueden llevar a cabo sobre la base de estos mapas. Armenia y Azerbaiyán apoyan este enfoque. Hay entendimiento y acuerdo, pero el proceso avanza lentamente. Por eso la tensión permanece”.

Carlos Boyadjian
Periodista

Compartir: