Una investigación del OCCRP reveló que British Petroleum ignoró la corrupción de Azerbaiyán en el Corredor de Gas del Sur

09 de febrero de 2022

Documentos filtrados muestran que dos empresas estatales de Azerbaiyán desviaron 1700 millones de dólares a Shah Deniz 2, que alimenta el Corredor de Gas del Sur a Europa. Investigación del Proyecto de denuncia de la corrupción y el crimen organizado (Organized Crime and Corruption Reporting Project – OCCRP).

En 2013, cientos de trabajadores de una fábrica dirigida por Bos Shelf, un fabricante estatal de infraestructuras de gas y petróleo en alta mar de Azerbaiyán, se declararon en huelga para exigir salarios y beneficios más altos.

“Nuestro salario es muy bajo”, expresó Igbal Damirov, un trabajador de la fábrica, a Radio Azadliq, Radio Free Europe. “No tenemos seguro de salud, los extranjeros nos castigan severamente por el error más común, nos despiden y nos insultan”.

La Compañía Estatal de Petróleo de Azerbaiyán (SOCAR), propietaria de Bos Shelf LLC, prometió investigar esto. Sin embargo, en 2017, los trabajadores hicieron un pedido público al presidente Ilham Aliyev para que interviniera, alegando que Bos Shelf se estaba apropiando indebidamente de su salario. Señalaban que su director general, Ikhtiyar Akhundov, robaba “millones cada mes” y empleaba familiares con salarios inflados.

“Hay nepotismo, latifundismo y gangsterismo en la planta. Los trabajadores que protestan contra esta injusticia son despedidos”, expresaron los empleados a través de un comunicado.

A lo largo de estos años, Bos Shelf fue uno de los contratistas principales en una expansión multimillonaria de las operaciones del gigante petrolero británico BP en la zona azerí del mar Caspio. Denominado Shah Deniz 2, por el vasto campo marino del que extrae, hoy bombea gas miles de kilómetros al oeste de la Unión Europea a través del Corredor de Gas del Sur.

Sin embargo, mientras sus trabajadores se quejaban de que apenas podían llegar a fin de mes, Bos Shelf seguía sacando provecho de la situación. Documentos internos de BP, analizados por OCCRP, muestran que la compañía y otra subsidiaria de SOCAR pudieron desviar juntas más 1700 millones del proyecto Shah Deniz 2, utilizando contratos inflados y cargos artificiales.

James O’Brien/OCCRP

A su vez, se determinó que gran parte del dinero se pagaría antes de que las ganancias se destinaran al presupuesto estatal de Azerbaiyán, lo que significa que no sería BP sino la población la que perdería. Casi al mismo tiempo, el director de Bos Shelf y su esposa comenzaron a comprar lujosas propiedades junto a la playa en la ciudad estadounidense de Miami y alrededores, según se develó en una investigación de la OCCRP.

Los ejecutivos de BP fueron alertados repetidamente sobre acusaciones de corrupción, pero, según tres personas que trabajaron en Shah Deniz 2, no tomaron ninguna medida. Una persona denunció a BP ante la Oficina de Fraudes Graves de Reino Unido en 2014, pero la agencia dijo que no había recibido suficiente evidencia para abrir una investigación.

“Estamos listos para investigar y enjuiciar donde sea que encontremos evidencia clara de fraude y corrupción”, dijo la oficina a OCCRP. Un portavoz de BP detalló que el gigante petrolero llevó a cabo la debida diligencia con sus socios de acuerdo con sus “políticas y procedimientos internos, lo que que refleja los requisitos legales locales e internacionales”, al igual que auditorías para garantizar que “los pagos a las entidades reflejen adecuadamente los términos contractuales para el bienes o servicios pertinentes”.

Aún así, no comentó directamente sobre las denuncias de malversación de fondos por parte de las empresas SOCAR, y solo expresó que estas preguntas “están dirigidas a esas entidades”.

SOCAR dijo que él y sus subsidiarias cumplen con las leyes anticorrupción de Azerbaiyán e internacionales, y que las autoridades estatales lo auditan regularmente, al mismo tiempo que lleva a cabo procedimientos internos de diligencia debida. Un portavoz comentó que tiene un estricto código de conducta que todos los empleados deben seguir, “que refleja el principio de tolerancia cero con todas las formas de corrupción”.

Bos Shelf aseguró que la compañía también había sido auditada regularmente por sus socios, ninguno de los cuales descubrió “hallazgos adversos significativos”. En un comunicado, SOCAR cuestionó que las protestas estuvieran relacionadas con la corrupción y dijo que los trabajadores querían que sus salarios se calcularan en dólares estadounidenses en lugar de la moneda local, lo que se solucionó rápidamente.

La investigación de OCCRP encontró que se desviaron cientos de millones de dólares del proyecto Shah Deniz 2 en 2014 y 2015, en un momento en el que el gobierno de Azerbaiyán estaba tomando medidas drásticas contra la sociedad civil y el periodismo independiente. En una resolución de septiembre de 2015 , el Parlamento Europeo comunicó que el país había “sufrido el mayor declive en gobernabilidad democrática de toda Eurasia en los últimos 10 años”.

“Las grandes petroleras, en particular compañías como BP, son socios dominantes y directos de muchos de los regímenes más autoritarios del mundo”, dijo Patrick Bond, autor de Politics of Climate Justice y especialista en economía del desarrollo en la Universidad de Johannesburgo. “Estos regímenes no podrían existir sin BP como su ‘inversor’ y los ingresos de recursos como el petróleo y el gas se utilizan para militarizar y aplastar la resistencia pública”.

Alexander Melnikov / Alamy Stock Photo.

Facturas astronómicas

Públicamente, BP ha destacado a Shah Deniz 2 como un gran éxito, entregado a tiempo y dentro del presupuesto, a pesar de haber sido construido durante un período de caída en picada de los precios del petróleo. El Corredor de Gas del Sur, de 33 mil millones de dólares, que alimenta uno de los proyectos de infraestructura energética más grandes del mundo, es hoy una de las piedras angulares de los intentos de la UE de diversificarse lejos del gas ruso y ha ganado elogios de los políticos estadounidenses.

Pero los correos electrónicos, las presentaciones y las cartas desde el interior de las primeras etapas de Shah Deniz 2 muestran que detrás de escena, algunos funcionarios de BP cuestionaban los costos injustificadamente altos y los cargos adicionales inexplicables del consorcio que lo estaba construyendo. Esto incluía las dos empresas propiedad de SOCAR, Bos Shelf y Star Gulf FZCO, así como una subsidiaria de la empresa de servicios petroleros Saipem.

Los cargos fueron particularmente problemáticos porque BP había acordado una contrato inusual con Bos Shelf y Star Gulf. Un acuerdo para uno de los contratos más grandes del consorcio muestra que a ambas empresas se les garantizó un margen de ganancia del 25% sobre todos los costos incurridos durante la construcción. De eso, el 9% se asignó como ganancia y el 16% restante se clasificó como “gastos generales corporativos”.

Normalmente, esta categoría cubre costos administrativos como IT, administración y suministros de oficina; gastos fijos que no deberían depender mucho del costo total del proyecto. Pero, según los términos del acuerdo de BP con las dos empresas propiedad de SOCAR, sus beneficios y gastos generales aumentaron automáticamente incluso cuando se incrementaron costos totalmente ajenos.

Los datos presupuestarios de BP muestran que Bos Shelf y Star Gulf ya habían cobrado más de 500 millones de dólares a mediados de 2015. Extrapolando los datos, esto indica que durante el transcurso del proyecto Shah Deniz 2, que se desarrolló entre 2014 y 2021, las empresas cobraron más de $1700 millones en gastos generales corporativos y ganancias en tres contratos.

De acuerdo con las proporciones del Acuerdo Marco, más de 1.100 millones de este monto se clasificarían como gastos generales corporativos. Sin embargo, el presupuesto de BP incluía 400 millones para gastos administrativos, que duplicaban mucho de lo que Star Gulf y Bos Shelf debían proporcionar.

“Estos contratos están plagados de normas generales poco detalladas que no están relacionadas con los costos reales o los puntos de referencia competitivos, como el 25% de los costos fijos netos asignados arbitrariamente a las empresas propiedad de la élite azerí para ‘gastos generales corporativos’ y ‘ganancias’”, expresó James Henry, investigador financiero y execonomista de la consultora de gestión estadounidense McKinsey. “Podrían llamarlo ‘decoración de interiores’”, comentó refiriéndose a las finanzas embellecidas, “porque eso es lo que son”.

Otros detalles en los documentos de BP plantean dudas sobre dónde terminó el dinero pagado a Star Gulf y Bos Shelf. Los registros que abarcan varios meses muestran que tendían a cobrar por los mismos pedidos, en los mismos días, en las mismas monedas. Por su parte, las facturas muestran que el dinero salió de Azerbaiyán en dólares a la cuenta de Star Gulf en Dubái y a la cuenta de Bos Shelf en Luxemburgo.

Star Gulf cobró a una tasa de entre el 35% y el 50% de su compañía hermana, según muestran los registros. Pero mientras que Bos Shelf aparentemente fue responsable de construir los vastos sistemas de producción submarinos del proyecto, Star Gulf no tenía empleados, no enumeró gastos relacionados con el trabajo y su papel en la construcción no está claro. Incluso, debido a que Star Gulf poseía la mitad de Bos Shelf, se le pagó dos veces.

El Proyecto de Denuncia de la Corrupción y el Crimen Organizado (OCCRP) pudo encontrar poca información sobre Star Gulf, que está registrada en Emiratos Árabes Unidos. Henry describió al país como “uno de los diez paraísos financieros más secretos del mundo”.

Gran parte de los gastos y márgenes de las empresas SOCAR debían financiarse con los primeros flujos de gas de Shah Deniz 2, antes de que las ganancias llegaran al presupuesto estatal de Azerbaiyán, según muestran los documentos. Esto significaba efectivamente que serían pagados con cargos al erario público.

Historial de sospechosos de Saipem

Saipem, el tercer contratista que integró el consorcio, entonces propiedad parcial del gigante energético italiano ENI, tiene antecedentes de acusaciones por corrupción. En 2010, una de las subsidiarias de la empresa acordó pagar a las autoridades estadounidenses una sanción de 240 millones de dólares por participar en un plan de sobornos de diez años a funcionarios del gobierno nigeriano a fin de obtener contratos para construir instalaciones de gas natural licuado. Meses después, la compañía dijo que pagaría otros 30 millones de dólares para resolver una investigación nigeriana sobre el esquema.

En septiembre de 2018, un tribunal italiano declaró culpables de corrupción a Saipem y a su exdirector general Pietro Tali por pagar sobornos en Argelia. Tali fue condenado a cuatro años y nueve meses de prisión, se ordenó el embargo de la empresa por poco menos de 200 millones de euros y se le impuso una multa de otros 400.000 millones. Sin embargo, el veredicto fue anulado en 2020, cuando un tribunal de apelaciones italiano absolvió a Saipem y a su propietario, ENI, y levantó la incautación de activos.

SOCAR negó que sus empresas fueran corruptas, pero se negó a hacer otras declaraciones, asegurando que no puede revelar detalles financieros porque se toma en serio sus “obligaciones de confidencialidad contractual con los socios”.

Las planillas del presupuesto de BP muestran cómo el consorcio infló los costos generales corporativos. Cobró cerca de 79.000 dólares al mes por suministros de oficina, fotocopias e impresión; 4.600 millones para heladeras, cafeteras y café; y 932.000 para comprar cuatro autos para su equipo administrativo. A menudo, los gastos se duplicaron en otras líneas presupuestarias.

A veces, los costos eran casi literalmente astronómicos. En una presentación de agosto de 2014 analizando los cargos del consorcio, un funcionario de BP calculó que cobraría alrededor de 150 millones en alquiler por las instalaciones del lugar de trabajo durante el transcurso de los 41 meses del proyecto, lo que era equivalente a 45 millones por año.

Esto es solo 2,5 veces menor de lo que Rusia paga a Kazajstán por el Cosmódromo de Baykonur (90×85 km), que incluye cientos de kilómetros de vías férreas y carreteras, quince plataformas de lanzamiento de cohetes, dos aeródromos, fábrica de misiles, viviendas, oficinas para el personal, etc.

Edin Pasovic/OCCRP

Pero el tema más polémico, al parecer, fueron los costos laborales. Ya en febrero de 2014, los datos internos de BP estimaron que las cifras de Bos Shelf sobre las horas de trabajo necesarias para construir la infraestructura submarina estaban sobrevaloradas entre 15 y 25 millones de dólares.

En otra presentación de enero de 2015, un funcionario estimó que los socios de BP habían cobrado 84.000 horas hombre en 11 semanas extra. Un informe indica que el consorcio cobró un equivalente de alrededor de 400 empleados ese mes, en base a una jornada laboral de 10 horas, aunque otros datos muestran que solo unas 144 personas estaban empleadas en ese momento.

El problema parece haber llegado a un punto crítico cuando BP rechazó una solicitud del consorcio de 30.000 horas adicionales, citando una productividad deficiente. Los intercambios se volvieron cada vez más intensos a medida que BP exigía más información sobre cómo se calculaban los costos laborales.

“En lugar de trabajar con el contratista para encontrar un resultado mutuamente aceptable al estancamiento, la compañía parece conformarse con redefinir continuamente la naturaleza del contraro”, escribió el representante del consorcio en una carta.

Cuando se le preguntó acerca de los sobrecostos, un gerente de Bos Shelf lo desestimó como “un caso de subinformación”, y agregó ácidamente: “Este trabajo de infraestructura de aguas profundas es lo que sabemos hacer, por lo que le pido que sea paciente y nos permita hacer nuestro trabajo”. Sin embargo, un funcionario de BP consultó ante esto: “Si esto es lo que saben hacer, ¿cómo es posible que se equivoquen tanto al estimar?”

Para abril de 2015, los ejecutivos de BP habían elaborado un plan para negociar con el consorcio sobre cómo reducir costos. Incluso sabían que tenían que jugar un juego político para mantener a SOCAR de lado.

Si bien el consorcio tenía “potencialmente más influencia sobre SOCAR que BP”, decía el documento confidencial. “Debido a la naturaleza un tanto comprometida del equilibrio de poder, esta negociación debe abordarse de manera colaborativa”.

Un portavoz de BP dijo que habían realizado la debida diligencia en sus contratos con las empresas propiedad de SOCAR y tenía sus propios procedimientos de auditoría para garantizar que los costos estuvieran justificados. Sin embargo, se negó a comentar acerca de los detalles comerciales de los contratos.

El presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, en el centro, asiste a la ceremonia de inauguración del Gasoducto Transanatolio de Gas Natural, la primera parte del Corredor de Gas del Sur, en 2018.

Haciendo la vista gorda

Las preocupaciones sobre la malversación de fondos en Shah Deniz 2 no solo fueron planteadas por los empleados de BP. En 2018, Khuraman Abil, exjefa del equipo administrativo de Bos Shelf, presentó una demanda en un tribunal de Bakú alegando que la empresa le había retenido 214.000 dólares de su salario y que la habían despedido injustamente por denunciar corrupción.

El tribunal falló en contra de Abil, quien había trabajado para Bos Shelf durante 16 años antes de ser despedida. El mismo explicaba que su caso no tenía fundamento y que el reclamo llegó demasiado tarde. A pesar de esto, apeló a través del sistema judicial notoriamente corrupto de Azerbaiyán a la Corte Suprema, que finalmente desestimó el caso.

Pero un documento de los salarios de los empleados, que según Abil le fue enviado accidentalmente mientras trabajaba para Bos Shelf y que contiene datos que también se encuentran en los archivos de BP, indica que la compañía se quedó con la mayor parte de su pago.

También muestra que BP pagó a Bos Shelf un poco menos de 3300 dólares por mes por su salario. Sin embargo, en los documentos judiciales, Abil asegura que recibió solo 1100 y que Bos Shelf convirtió en 803 manat (alrededor de 470 dólares) utilizando una tasa de cambio punitiva. Los recibos de sueldo confirman que recibió mucho menos de lo que BP le pagaba a Bos Shelf.

Abil expresó que Akhundov, el director de la compañía, retuvo el pago y las vacaciones de muchos de los trabajadores de Bos Shelf mientras empleaba a su familia con salarios inflados. Al mismo tiempo, ella y otro ex trabajador de Bos Shelf dijeron que la compañía infló el precio de los bienes y servicios que cobraba a BP, incluido el repintado de maquinaria vieja y la facturaron como si fuera nueva.

“Digamos que si algo cuesta un manat, hacen documentos falsos que dicen que el mismo bien o servicio cuesta 100 manats. ¿Cómo ha trabajado BP en Azerbaiyán durante 30 años? Una compañía cuerda no vendría nunca aquí”, le comunicó Abil a OCCRP.

Por su parte, un ex trabajador de Deep Water Jacket Factory, Arif Javadov, comentó que también vio a personas en Bos Shelf facturando por bienes inexistentes, como piezas de grúas, y luego quedándose las ganancias.

Javadov aseguró que en 2013, el director de la empresa, Akhundov, recibió una carta de un remitente anónimo sobre el robo de bienes. También explicó que Akhundov descubrió varios artículos con un valor de dos millones de dólares, pero no hizo nada. Poco después, el director despidió a varios de los presuntos denunciantes, incluido a Javadov.

“Ikhtiyar Akhundov inspeccionó cinco almacenes y cargó las mercancías en el almacén principal. No devolvió los bienes”, dijo Javadov a OCCRP. “Durante los tres meses de transporte de la mercancía, nadie fue sancionado. Las agencias de aplicación de la ley no lo notaron. En la época de Stalin, se fusilaba a la gente por delitos  de este tipo”, detalló.

SOCAR cuestionó las acusaciones de Javadov y Abil, diciendo que ambos fueron despedidos debido a cambios normales en el personal. Un vocero agregó que en ambos casos sus gerentes habían considerado insatisfactoria su conducta y desempeño. “Varias instancias, incluido el Tribunal de Apelación y el Tribunal Supremo, confirmaron que las afirmaciones planteadas por Khuraman Abil eran infundadas”, dijo el portavoz en un comunicado.

Javadov y Abil dijeron que escribieron varias cartas a organismos y funcionarios gubernamentales de Azerbaiyán quejándose de la corrupción, incluso a la oficina del presidente Aliyev, a SOCAR y a BP. Ambos dijeron que BP había prometido investigar sus acusaciones y luego no tomó ninguna medida específica.

En un correo electrónico de 2017, en respuesta a una queja que Abil le envió al director ejecutivo de BP, Robert Dudley, un alto funcionario de la compañía petrolera dijo que sus problemas salariales eran “asuntos para resolver entre el empleador y el empleado” y desestimó las acusaciones de corrupción.

“Me gustaría confirmar que nuestra investigación no ha revelado ningún caso en el que BOS Shelf haya utilizado los activos de BP para pagar sobornos”, escribió Gary Jones, presidente regional de BP para Azerbaiyán, Georgia y Turquía.

Después de plantear los problemas con Bos Shelf a BP durante tres años, Abil dijo que creía que la compañía petrolera británica sabía lo que estaba pasando. “BP hace la vista gorda ante esto. Esto es un juego en conjunto con BP”, manifestó.

Aún así, un portavoz de BP no respondió a las preguntas sobre las quejas de Abil y Javadov, y solo dijo que cumplió con sus obligaciones de diligencia debida y que cualquier acusación de corrupción debe dirigirse a sus socios.

Funcionarios y reporteros asisten a una ceremonia de inauguración del oleoducto Bakú-Ceyhan en Sangachal, Azerbaiyán, en 2002.

“Trabajaban como animales”

No fueron solo Bos Shelf y Star Gulf los que inflaron los costos en Shah Deniz 2. También estaban los subcontratistas, en cuyos acuerdos las dos empresas que eran propiedad de SOCAR también cobraban un margen del 25%.

Como en cualquier proyecto importante de petróleo y gas, el consorcio contrató a varias empresas más pequeñas para que proporcionaran equipos especializados o para realizar trabajos específicos. Sin embargo, la investigación de OCCRP planteó interrogantes sobre varias de estas empresas y en relación a dónde terminó el dinero que se les pagó.

Uno era Caspian Business Services (CBS), dirigido por el cuñado de Akhundov, Rauf Habible. Hasta 2012 había sido alcalde de Quba, una ciudad ubicada en el norte de Azerbaiyán, pero fue despedido después de que los duros comentarios que hizo sobre la población local desencadenaran disturbios violentos que terminaron con 25 personas enfrentando cargos criminales.

Abil aseguró que CBS creció rápidamente después de 2013, cuando se le encomendó a la empresa la renovación de un edificio de oficinas para el proyecto Shah Deniz 2. También explicó que CBS redujo costos al emplear trabajadores desesperados para hacer el trabajo pesado de demoler el interior de las oficinas y construir talleres afuera. “Lo vi con mis propios ojos. Trabajaban como animales y les pagaban poco. Un trabajador del campo viene a Bakú, trabaja 17 horas al día y gana 16 manats”.

A su vez, Abil explicó que CBS nunca participó en una licitación para trabajar en Shah Deniz 2, y que OCCRP no pudo encontrar evidencia en los documentos de BP de que lo haya hecho. No obstante, los registros muestran que Bos Shelf contrató a la empresa para trabajar en partes de la nueva base marítima y para construir infraestructura.

Los correos electrónicos muestran a los empleados de BP cuestionando las auditorías de las ofertas de la compañía, incluida una que solicita 60.000 AZN (76.500 dólares) para construir un bloque innecesario de baños y otra que infló “groseramente” el costo de un nuevo taller, en algunos puntos más de un 50%.

No obstante, BP aprobó el contrato.

Un portavoz de BP se negó a comentar sobre las preguntas en relación a los subcontratistas de Shah Deniz 2 sin acceso a los documentos filtrados y solo especificó que “estas consultas también debían dirigirse a las contrapartes relevantes”.

CBS no fue el único subcontratista que cobró de más. Las facturas muestran que una empresa contratada por Bos Shelf para capturar perros callejeros cercanos cobró 460 manats (270 dólares) por animal, que era aproximadamente lo mismo que el salario de un mes de un trabajador de la fábrica en ese momento.

CBS se encontraba entre los proveedores “titulares” del consorcio, subcontratistas que tenían relaciones a largo plazo con las empresas propiedad de SOCAR que se administraban en gran medida de forma independiente de BP. En la teoría, BP estaba destinada a controlar a los proveedores más pequeños y examinar a cualquier empresa a la que se le adjudicara un contrato de más de 250.000 dólares sin una oferta competitiva, pero una evaluación interna de BP describió el proceso de presentación de informes de Bos Shelf como “un procedimiento extremadamente deficiente que no nos da control alguno”.

La experta en contra del lavado de dinero Eryn Schornick manifestó que los procesos de contratación y licitación limitada “son una desviación importante de los principios fundamentales de transparencia y competencia”. “Cuando se combina con una relación preexistente entre los contratistas y subcontratistas, genera posibles señales de alerta de corrupción como sobornos, coimas y favoritismo”, detalló.

En algunos casos, la investigación de OCCRP encontró que los subcontratistas involucrados en Shah Deniz 2 parecían ser compañías ficticias encendieron las alarmas sobre posible lavado de dinero.

“Esta compleja red de estructuras corporativas, empresas asociadas y relaciones personales y profesionales que llegan a paraísos fiscales extraterritoriales muy alejados de Azerbaiyán plantea serios indicios de corrupción”, dijo Schornick.

A su vez, agregó: “La aparente falta de información sobre las personas que poseen o controlan estas empresas puede ser una de las formas en las que se utilizaron empresas ficticias para disfrazar esquemas de sobornos o de lavado de ganancias”.

Riesgos de lavado de dinero

Un empleado senior de BP señaló a un contratista contratado por el consorcio como un potencial lavado de dinero. Los informes de OCCRP muestran que tenía vínculos con otros subcontratistas que generan más interrogantes.

Gulf Stream

En un correo electrónico, un funcionario de BP cuestionó una factura por cables y equipos de montaje de uno de los subcontratistas principales, Gulf Stream. Señaló que esta compañía dio una dirección en Letonia en su contrato, pero en realidad estaba registrada en el Reino Unido, donde los registros corporativos mostraban que era propiedad de dos empresas de las Seychelles.

Gulf Stream se había registrado previamente en Nueva Zelanda con un director llamado Emin Aliyev, que según el funcionario “es el mismo nombre que el gerente de adquisiciones de BOS (Shelf)”. El hecho de que la empresa no tuviera sitio web y que ninguno de sus números de teléfono funcionara también levantó las alarmas.

Sin embargo, un gerente de BP parecía reacio a sacudir la cuestión y respondió que deberían plantearle el problema a Bos Shelf. “No es nuestro trabajo examinar todas las empresas que utiliza el contratista. Es nuestro trabajo garantizar el cumplimiento de los requisitos y procesos contractuales”.

Luego envió un correo electrónico al departamento legal de BP en el Reino Unido para confirmar las responsabilidades de BP cuando se trataba de verificar a los subcontratistas. Al final, se tomó la decisión de no pagar la factura de Gulf Stream porque no se habían seguido los procedimientos adecuados.

Caspian Support Solutions (CSS)

El informe de OCCRP muestra que Gulf Stream también estaba conectado a otros dos subcontratistas de Shah Deniz 2 registrados en Reino Unido. Uno de ellos fue Caspian Support Solutions (CSS), que proporcionó varios de los servicios generales corporativos que serían marcados como demasiado caros, incluidos el transporte y el catering.

Gulf Stream y CSS están vinculados a través de un hombre azerbaiyano llamado Rustam Mammadov y tres compañías extraterritoriales.

1. De 2016 a 2019, CSS fue propiedad parcial de Mammadov.

2. Los registros corporativos muestran que Mammadov también controla una empresa del Reino Unido llamada GTS Solutions Allianse LLP.

3. Tres empresas offshore que solían tener directores y funcionarios en GTS, una de Seychelles y dos de Belice, también tenían funcionarios en Gulf Stream.

4. Mamadov renunció a su participación en CSS en octubre de 2019, el mismo mes en que la empresa cambió su nombre y Gulf Stream se disolvió.

El experto en lavado de dinero Schornick dijo que estas relaciones “plantean serias dudas sobre corrupción” y un potencial de lavado de dinero. OCCRP no pudo comunicarse con Mammadov, mientras que CSS no respondió a la solicitud de comentarios.

Rapid Solutions Ltd

El otro subcontratista relacionado, Rapid Solutions Ltd, estaba vinculado a CSS a través de su exdirector, Howard Lyn, que también había sido director de CSS y que recientemente fue nombrado director de la Cámara de Comercio Británica de Azerbaiyán.

Los contratos muestran que la empresa fue clasificada como proveedor titular de varios servicios, lo que significa que Bos Shelf manejó esta relación independientemente de BP. Rapid Solutions no respondió a una solicitud de comentarios.

Lujosas Propiedades

Alrededor de la época en que Bos Shelf estaba cobrando de más por el trabajo en Shah Deniz 2, su director, Akhundov, salía a gastar en propiedades. En junio de 2015, el mismo año en que Akhundov fue nombrado hombre del año por la revista Oil & Gas Year, respaldada por SOCAR, él y su esposa, Balajakhanim Ismayilova, compraron un departamento de 3 millones de dólares en Miami, en un lujoso complejo frente al mar llamado The Setai Residences.

Dos años más tarde, Akhundov compró otro por 5,5 millones. Los registros de propiedad muestran que no obtuvo ninguna hipoteca para comprar estas propiedades, por lo que se adquirieron en efectivo.

Una búsqueda en los registros de propiedad de Florida revela que Ismayilova es propietaria de otra propiedad de cinco dormitorios un poco más al norte, en Fort Lauderdale, que compró por 2 millones en 2017. Akhundov también figura como exgerente de una empresa registrada en Florida que posee dos propiedades comerciales en San Francisco.

Las imágenes publicadas en las redes sociales muestran a Ismayilova con una gran vida, con vacaciones en las islas Seychelles, Tulum, La Habana y París. Una foto de noviembre de 2016 mostraba a la pareja y su hija cenando en el Ritz London con Dominique Roussat, gerente comercial sénior de Bos Shelf, y su familia.

No está claro cómo la familia de Akhundov acumuló tanta riqueza. Su salario no está incluido en los documentos de BP, aunque según se conoce, otros altos ejecutivos de la empresa ganaban entre 470.000 y 500.000 al año.

La esposa de Akhundov es abogada y pasó dos décadas trabajando para el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. En 2018, cofundó Crystal Law Firm con su madre, la exjefa del Departamento Legal del Gabinete de Ministros de Azerbaiyán, Hagigat Ismayilova.

En tanto, vecinos de Crystal Law le dijeron a un reportero que nunca habían visto a nadie en el lugar. Varias personas aseguraron que Akhundov era el dueño del apartamento y que incluso solía vivir allí, aunque como Azerbaiyán no tiene una base de datos pública de propiedades, OCCRP no pudo confirmarlo.

La expansión Shah Deniz 2 está completa y Bos Shelf ahora trabaja en el desarrollo del campo de petróleo y gas Absheron de Azerbaiyán con el grupo Total de Francia. Star Gulf, mientras tanto, desapareció en silencio. En 2019, dejó de cotizar en las cuentas de SOCAR y fue reemplazada por otra empresa registrada en Emiratos Árabes Unidos llamada Bos Shelf International FZCO. El único documento corporativo que OCCRP pudo encontrar, muestra que la firma es propiedad exclusiva de Ilham Nuriyev, el mismo nombre  de una persona comenzó a trabajar para Bos Shelf en 2020 como representante en Bakú.

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