Azerbaiyán condenó a 18 años de prisión a un joven por comunicarse con un historiador armenio

23 de mayo de 2025

Un joven azerbaiyano fue condenado a 18 años de prisión por mantener conversaciones online con un historiador armenio el 20 de mayo. El acusado, Igbal Abilov, fue hallado culpable de “alta traición” y de “colaboración con los servicios especiales armenios”, aunque el único vínculo demostrado fue un intercambio académico con el profesor Garnik Asatrian, reconocido especialista en estudios iranios y lenguas orientales.

La comunicación se habría producido por Skype mientras Abilov residía en un tercer país. Lejos de tratarse de una operación de inteligencia, el contacto fue con un académico no vinculado a estructuras militares ni de seguridad, que actualmente dicta clases en la Universidad Estatal de Ereván y en la Universidad Ruso-Armenia (Eslava).

Para el tribunal de Bakú, sin embargo, este contacto fue suficiente para justificar una de las penas más severas previstas en su legislación. La decisión generó repudio entre defensores de los derechos humanos, académicos y organizaciones internacionales que advierten sobre el peligro de criminalizar el pensamiento independiente y el diálogo intercultural.

“La sentencia contra Abilov es un intento deliberado de sembrar miedo y desalentar cualquier tipo de acercamiento entre pueblos vecinos”, declaró un portavoz del Caucasus Peace Initiative. “Este tipo de acciones no solo violan derechos fundamentales, sino que atentan contra cualquier posibilidad de reconciliación duradera en la región”.

El gobierno de Azerbaiyán justificó la condena alegando que Abilov habría seguido “instrucciones” de agentes armenios para “incitar la hostilidad interétnica”. No obstante, no se presentaron pruebas públicas que sustenten esa acusación. El proceso judicial estuvo rodeado de opacidad y se basó, según trascendió, principalmente en conversaciones privadas.

La figura del profesor Asatrian dista de ser la de un agente encubierto. Con décadas de trayectoria académica, es autor de numerosos estudios sobre culturas del Cáucaso y ha participado en múltiples conferencias internacionales. Considerar su diálogo con un joven como una amenaza a la seguridad nacional es, para muchos, una maniobra política que apunta a restringir la libertad de expresión.

“El mensaje es claro: en Azerbaiyán, hablar con un armenio puede costarte la vida entera en prisión”, advirtió una organización de juristas internacionales con sede en Ginebra. “Eso no solo es una injusticia individual. Es un mensaje político peligroso”.

La comunidad académica armenia, por su parte, reiteró su compromiso con el intercambio intelectual y la cooperación internacional. En un comunicado, la Universidad Estatal de Ereván lamentó el encarcelamiento de Abilov y calificó el fallo como “un atentado contra la libertad de pensamiento y la dignidad humana”.

Mientras tanto, diversas entidades de derechos humanos llamaron a la comunidad internacional a presionar por la liberación de Igbal Abilov y a exigir a Azerbaiyán que respete los estándares mínimos del debido proceso y los tratados internacionales que ha suscrito.

“El derecho a aprender, a hablar, a cruzar fronteras con ideas no debería ser castigado con décadas de cárcel. Si queremos un Cáucaso Sur en paz, debemos empezar por defender el valor del diálogo”, concluyó un representante de la Federación Armenia de Derechos Humanos.

La Relatora General de la Asamblea Parlamentaria para la Paz y el Desarrollo (APCE) para los presos políticos, Azadeh Rojhan (Suecia, SOC), hizo la siguiente declaración en relación con la condena de Igbal Abilov, historiador y etnógrafo talysh, por alta traición en Azerbaiyán:

“Estoy profundamente preocupada por el veredicto del Tribunal de Delitos Graves de Lankaran, de 20 de mayo, que condenó al Sr. Abilov a 18 años de prisión, tras declararlo culpable de traición e incitación al odio. La base fáctica de los cargos se relacionaba con sus intercambios profesionales con académicos armenios, ya que el Sr. Abilov, historiador y etnógrafo, realizaba investigaciones sobre la historia y la cultura de la minoría talysh.

La libertad académica, que garantiza la libertad de investigar y difundir el conocimiento y la verdad sin restricciones, está sin duda protegida por el derecho a la libertad de expresión. Es una piedra angular de las sociedades democráticas, y los investigadores deben estar protegidos de cualquier injerencia política indebida. Insto a las autoridades azerbaiyanas a que revisen con prontitud los cargos contra el Sr. Abilov y liberarlo, junto con todas las demás personas, incluidos defensores de derechos humanos, periodistas y académicos, que están encarcelados por ejercer su derecho a la libertad de expresión”.

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