Claudia Cardinale, la “Mayrig” del cine, falleció a los 87 años

La actriz italiana Claudia Cardinale, una de las figuras más reconocidas del cine europeo de posguerra, falleció el 23 de septiembre en Francia a los 87 años. Su partida generó un fuerte eco en las comunidades armenias de todo el mundo ya que es recordada de manera especial por su papel en la película Mayrig (Madre en armenio) dirigida en 1991 por el cineasta franco armenio Henri Verneuil.
Más allá de su extensa trayectoria junto a maestros como Federico Fellini, Luchino Visconti o Sergio Leone, para los armenios Claudia Cardinale será siempre Araxi Zakarian, la madre que, junto a Omar Sharif (Hagop), encarna la lucha y la dignidad de los sobrevivientes del Genocidio Armenio perpetrado por el Estado turco.
La película comienza con el juicio contra Soghomón Tehlirian en Berlín, quien ajustició al ministro turco Talaat Pashá, y en paralelo narra la llegada al puerto de Marsella de cientos de exiliados y en especial en la familia Zakarian. Desde allí, los refugiados intentan rehacer su vida en un país extraño y desconocido. Los tropiezos, las privaciones y el esfuerzo de Hagop, Araxí y las tías para criar al pequeño Azad, alter ego de Verneuil, son el corazón de esta primera parte que más tarde continuaría con 588 Rue Paradis.
El propio Verneuil eligió a Cardinale para representar a su madre. La actriz, en reiteradas entrevistas, reconoció que aquel papel la marcó profundamente: “Tuve la suerte de interpretar a la madre en esta película y conocer la historia armenia”, dijo en reiteradas oportunidades. Desde entonces, los armenios comenzaron a llamarla afectuosamente “nuestra Mayrig”, símbolo de resiliencia, ternura y fortaleza.
El film, acompañado por la conmovedora música de Ara Gevorgian y el canto tradicional Dle Yaman, se convirtió en una obra emblemática de la memoria armenia en el cine. Con Mayrig, Claudia Cardinale no solo encarnó un personaje sino que se transformó en madre simbólica de la diáspora y en voz de la tragedia y la esperanza de un pueblo.

Su vínculo con los armenios trascendió la pantalla. En 2010 visitó Ereván para el Festival Internacional de Cine “Golden Apricot”, donde recibió un homenaje y fue recibida como una madre adoptiva de la comunidad. “Después de Mayrig, todos los armenios se me acercan para darme las gracias”, recordó emocionada.
Claudia Cardinale deja un gran legado en la historia del cine mundial, pero para los armenios su recuerdo quedará ligado para siempre a la imagen de Araxí Zakarian, esa madre que, tras sobrevivir al genocidio, sostuvo con entereza a su familia. Una figura que encarna, en la pantalla y en la memoria colectiva, el amor y la fuerza de miles de “mayrig” que mantuvieron viva la identidad armenia en la diáspora.
