Cómo fue el plan Lukashenko de venderle armas a Aliyev para atacar Artsaj

En la guerra de los 44 en Artsaj los armenios lucharon contra una formidable coalición de países, integrada por Turquía, Azerbaiyán, mercenarios de Libia y Siria, y países que vendieron armas como Israel, Bielorrusia y hasta Ucrania.
“A confesión de parte, relevo de pruebas”, reza una máxima de hierro en la jerga judicial, y en el caso de Bielorrusia y su vínculo estratégico con Azerbaiyán, fue confirmado taxativamente por Alexander Lukashenko, líder indiscutido del país y considerado por la mayoría de los analistas políticos como “el último dictador de Europa”.
“Recordé nuestra conversación antes de la guerra (en referencia a la guerra de los 44 días), antes de su batalla por la libertad, cuando estábamos hablando filosóficamente durante el almuerzo juntos. Luego llegamos a la conclusión de que se puede ganar una guerra", señaló el presidente Alexander Lukashenko dirigiéndose a su homólogo azerí, Ilham Aliyev durante una visita a la ciudad ocupada de Shushí en mayo de 2024, respaldando explícitamente las acciones militares de Azerbaiyán contra Artsaj.
La toma de partido de Bielorrusia a favor del régimen de Bakú y en contra de Armenia y los armenios de Artsaj viene de larga data, pero cobró fuerza luego de la decisión del gobierno del primer ministro Nikol Pashinyan de congelar la participación de Armenia de la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC)en 2024.
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“Su política llevará a Armenia a la destrucción”, amenazó unos meses despuésy sin medias tintas el dictador bielorruso, en referencia a las decisiones de Pashinyan de alejarse del bloque militar encabezado por Rusia y de acercarse a Occidente.
Hay que recordar que, pese a la norma que emana de los documentos fundacionales de la OTSC que obliga a los países signatarios a asistir con ayuda militar a los miembros que fueran atacados por un país agresor de fuera del bloque, ningún socio de la OTSC intervino a favor de Armenia cuando Azerbaiyán atacó Artsaj e invadió más de 200 kilómetros cuadrados de la República de Armenia.
Esa decisión fue tomada a instancias de Rusia, y obedecida por el resto de países sin cuestionamientos, permaneciendo hasta el día de hoy bajo ocupación azerílos territorios fronterizos en Armenia y toda Artsaj.
Para la misma época, en tono despectivo y atravesado por una ideología antiarmenia y racista, Lukashenko declaró en una entrevista brindada a la televisión rusa en agosto del año pasado: “¿Quién necesita a los armenios? Nadie. Que desarrollen su economía y dependan de sus propios recursos. ¿Qué es Francia? ¿Quién es Macron? Mañana, cuando Macron se haya ido, todo el mundo se olvidará de los armenios".
Dictadura aliada de Putin
La República de Belarús, más conocida en los países de habla hispana como Bielorrusia, se declaró independiente el 25 de agosto de 1991, en medio de la debacle de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), que terminó en la disolución formal del bloque de 15 repúblicas en diciembre de ese año.
Alexander Grigórievich Lukashenko integró el Consejo Supremo de Bielorrusiadesde el 25 de agosto de 1991 hasta el 20 de julio de 1994, cuando fue designado presidente de su país, el cargo que ocupa en forma ininterrumpida hasta la actualidad.
Con 71 años recién cumplidos, Lukashenko lleva 31 años ejerciendo con mano de hierro el poder en su país. En este juego autoritario, el líder bielorruso siempre supo rodearse de autócratas de su misma especie, destacándose su vínculo indestructible con Vladímir Putin (en el poder desde 2000), del que los ucranianos pueden dar fe, y también con el autócrata de Bakú, el presidente Aliyev, en el cargo desde 2003.
En junio de 2024, el diario Politico informó, citando documentos filtrados, que Bielorrusia había entregado armamento a Azerbaiyánen los años anteriores a la guerra de 2020, cuando Bakú se preparó con un plan meticuloso y detallado destinado a armarse con tecnología de última generación para atacar Artsaj, cuando lo creyera conveniente. Y en ese momento llegó en 2020, en plena pandemia de Covid-19.
Algo parecido hizo Israel en grandes volúmenes, y en menor medida también Ucrania, que según se supo durante la guerra proveyó el fósforo blanco, prohibido por las convenciones internacionales, para la fabricación de bombas usadas para deforestar la zona boscosa cercana a Shushí y así facilitar el ataque final a esa ciudad en noviembre de 2020.
El “amigo azerí”
Volviendo a Bielorrusia la venta de armamento a Bakú, que claramente iba a ser utilizado para atacar a los armenios de Artsaj, se llevó a cabo a pesar de que tanto Bielorrusia como Armenia pertenecen a la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), liderada por Rusia, no así Azerbaiyán, el país agresor.
Además, el 14 de junio, el gobierno armenio llamó a consultas al embajador armenio en Minsk, un mes después de que Lukashenko hiciera nuevas declaraciones a favor de Azerbaiyán durante una visita a ese país. En ese momento, Nikol Pashinyan declaró que ni él, ni otros funcionarios armenios visitarían Bielorrusia mientras Lukashenko estuviera en el poder, cosa que hasta el momento se cumplió.
Lo que motivó esta medida fue que, durante su visita de mayo a Azerbaiyán, Alexander Lukashenko aseguró que no solo estaba al tanto de los planes del gobierno de Aliyev de intentar reconquistar Artsaj por la fuerza, sino que también acompañó fervorosamente esos planesdurante sus reuniones con el presidente azerbaiyano antes de la guerra de 2020.
De acuerdo con documentos desclasificados recientemente, a pesar de que Armenia y Bielorrusia eran y son socios y aliados en la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC), el gobierno de Minsk le vendió durante años armamento de avanzada a Azerbaiyán, principal enemigo de Armenia por décadas.
“El fabricante de armas privado bielorruso Tetraedr vendió equipos y servicios que permitieron a Azerbaiyán modernizar sus sistemas antiaéreos, según correos electrónicos de la empresa e informes internos”, dicen los archivos desclasificados a los que accedieron OCCRP (Proyecto de denuncia sobre crimen organizado y corrupción), y sus socios, Hetq en Armenia y Buro Media, un medio dirigido por periodistas bielorrusos en el exilio.
Según el informe los sistemas de misiles tierra-aire Pechora-2TM de la compañía fue clave en la destrucción de drones armenios durante elconflicto, estimando al menos el derribo de 11 drones o vehículos aéreos no tripulados.
La información filtrada menciona que Tetraedr firmó por lo menos 16 contratos para abastecer al ejército de Azerbaiyán. Entre ellos se destacan dos contratos, por más de 13 millones de dólares para reparaciones, mantenimiento y soporte técnico de los sistemas Pechora-2TM, firmados poco después de una visita a Minsk del ministro de Defensa azerí, Zakir Hasanov en octubre de 2017.

Pandora Papers
Un dato interesante es que la contraparte de Tetraedr, en al menos nueve de estos contratos, no era el Ministerio de Defensa de Azerbaiyán, sino una empresa intermediaria privada con sede en las Islas Vírgenes Británicas, un paraíso fiscal en el Caribe, llamada N.P.O. Navigation Systems.
Los analistas destacan que operar a través de intermediarios no es necesariamente algo ilegal, aunque “cuanto mayor es la falta de transparencia en el comercio de armas, mayores son las oportunidades para que los funcionarios corruptos obtengan beneficios personales”.
La filtración de los conocidos Pandora Papers sobre registros corporativos offshore, que llevó a cabo el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación, y entre otros denunció que la familia Aliyev usó empresas offshore para comprar activos y fugar dinero por casi 700 millones de dólares, menciona el historial de propietarios de N.P.O Navigation Systems.
Los documentos señalan que entre 2006 y 2020, la empresa fue propiedad de Sotel Alliance Ltd, otra empresa de las Islas Vírgenes Británicas y hasta diciembre de 2016 los beneficiarios reales fueron dos empresarios azerbaiyanos, Fuad Seyidaliyev y Arif Rahimov.
Ambos se desempeñaron como representantes legales y altos ejecutivos de la empresa azerbaiyana Azairtech service, que tenía vínculos con el ejército azerbaiyano, e incluso se menciona una empresa conjunta con Tetraedr de Bielorrusia.
A principio de 2020, y luego de lo que se supone fue una venta simulada a una persona de confianza de Seyidaliyev y Rahimov, la empresa fue transferida en sólo dos meses al ciudadano israelí David Sutovsky, quien había sido director de N.P.O. Navigation Systems. Un circuito bastante poco transparente por el circulaban millones de dólares de Bielorrusia que terminaban en tecnología militar provista al ejército de Azerbaiyán, que sólo meses después apuntaron a la cabeza y las casas de los armenios de Artsaj.
Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar