La “World Capoeira Federation”, un organismo de sportswashing de Azerbaiyán, llega a Sudamérica de la mano del Comité Olímpico Peruano, el Instituto Peruano del Deporte y FEDEPECA

En diciembre de 2025, Lima será sede del Primer Campeonato Sudamericano de Capoeira, un evento organizado por la Federación Deportiva Nacional Peruana de Capoeira (FEDEPECA) con el respaldo del Instituto Peruano del Deporte (IPD) y el Comité Olímpico Peruano. La competencia –que reunirá a capoeiristas de toda la región– estará avalada por la World Capoeira Federation (WCF), la federación internacional de Capoeira deportiva a la que FEDEPECA se afilió en agosto de este año.
Detrás de este torneo de Sudamérica asoma, sin embargo, una polémica poco conocida: la WCF fue creada por iniciativa de Azerbaiyán, un país sin tradición en Capoeira (una disciplina afro-brasileña que combina lucha, danza, música, acrobacia y cultura) como parte de la estrategia de sportswashing (blanqueo de imagen mediante el deporte) del régimen autoritario azerbaiyano.

Orígenes azerbaiyanos de la WCF
La World Capoeira Federation se presentó al mundo en 2011, cuando la idea de una federación internacional de Capoeira surgió durante el 3º Foro Mundial de Capoeira realizado el 18 de junio de ese año en Bakú, la capital de Azerbaiyán. El autor del proyecto fue de un tal "Jamil Huseyn". En octubre de 2011, la WCF se estableció formalmente y se registró legalmente en Tallin, Estonia, un dato llamativo que quizás buscó darle una fachada más neutral, aunque su impulso original provino de Bakú.
Azerbaiyán, un país del Cáucaso sin raíces históricas en la Capoeira, aparece así como cuna de la federación mundial de esta expresión cultural brasileña. La WCF se presenta como una organización “sin fines de lucro” dedicada a estandarizar reglas deportivas para la capoeira y lograr su inclusión futura en los Juegos Olímpicos. De hecho, se proclama como la única institución internacional que organiza campeonatos mundiales de Capoeira bajo normas deportivas unificadas. Entre sus objetivos declarados figuran la difusión de la Capoeira, la formación de árbitros y entrenadores, y la cooperación con organismos deportivos como el Comité Olímpico Internacional.
A partir de 2013, la WCF comenzó a organizar campeonatos mundiales y continentales abiertos a participantes de todas las escuelas de Capoeira, aplicando por primera vez estándares competitivos y de puntaje al juego de Capoeira tradicional. La sede favorita de estos eventos fue justamente Bakú, capital azerbaiyana. En mayo de 2018, la capital azerbaiyana fue sede del "Campeonato Mundial de Capoeira Deportiva" organizado por la WCF.
La estrategia de sportswashing de Azerbaiyán para ocultar los crímenes del régimen
El caso de la WCF se inscribe en un patrón más amplio: el régimen autoritario de Ilham Aliyev, presidente de Azerbaiyán desde 2003, invierte fuertemente en eventos deportivos internacionales como herramienta de propaganda y diplomacia blanda. Activistas de derechos humanos y organizaciones internacionales denuncian repetidamente que el régimen azerbaiyano busca “lavar” su imagen usando el brillo del deporte para distraer la atención de sus violaciones a los derechos humanos. “No debemos permitir que Azerbaiyán sportswash su espantoso historial de derechos humanos con el espectáculo deportivo”, advirtió Amnistía Internacional UK en 2019, recordando que el país atraviesa una represión siniestra contra periodistas, blogueros y opositores políticos. Reporteros Sin Fronteras, por su parte, describió a Azerbaiyán como “tierra de represión” detrás del eslogan publicitario “Tierra de Fuego” que lucía en las camisetas del Atlético de Madrid durante el polémico patrocinio del país caucásico al club español. Azerbaiyán ocupa el puesto 166 (de 180) en el ranking mundial de libertad de prensa, con decenas de periodistas y activistas presos, mientras Aliyev, quien curiosamente preside el Comité Olímpico Nacional azerbaiyano desde 1997, consolida un régimen dinástico autoritario.
En la última década, Bakú se convirtió en sede de grandes competencias internacionales a un ritmo inusitado. En 2015 organizó los primeros Juegos Europeos; desde 2016 alberga anualmente un Gran Premio de Fórmula 1; en 2017 fue sede de los Juegos de Solidaridad Islámica; en 2019 acogió la final de la UEFA Europa League y también partidos de la Eurocopa 2020. Más recientemente, el 21 de junio de 2025, la UFC (Ultimate Fighting Championship) realizó su primer evento de artes marciales mixtas en Azerbaiyán, en medio de protestas de grupos armenios que acusaron a la organización de “blanquear” con deportes a un régimen genocida. Lejos de ocultarlo, las autoridades azeríes celebran abiertamente esta política: “Gracias al inquebrantable apoyo del presidente Ilham Aliyev y su acertada política deportiva, Azerbaiyán ha ganado reconocimiento internacional en el mundo del deporte, y Bakú se ha establecido como un centro clave de eventos deportivos globales”, declaró orgullosamente Farid Gayibov, ministro azerbaiyano de Juventud y Deporte, al anunciar la sociedad con la UFC. La inversión petrolera sustenta este afán: solo por el Gran Premio de F1, Azerbaiyán pagó sumas astronómicas (34 millones de dólares en 2016 y 57 millones en 2023) para comprar su lugar en el calendario de la máxima categoría del automovilismo.
La llegada de la WCF a Sudamérica a través de Perú puede interpretarse dentro de esta geopolítica deportiva. Azerbaiyán obtiene beneficios intangibles: amplía su red de influencia, gana visibilidad positiva en nuevos continentes y se presenta como promotor de una actividad ligada a la cultura afro-brasileña y la inclusión juvenil. Cada federación nacional que se adhiere a la WCF y cada torneo auspiciado bajo su paraguas son, en el fondo, pequeñas victorias propagandísticas para Azerbaiyán, que consigue asociar su nombre a valores de deporte, arte y juventud para ocultar los crímenes internacionales del régimen. En el caso de Perú, el involucramiento del IPD y el Comité Olímpico local otorga a la WCF una legitimidad institucional valiosa: las máximas autoridades deportivas peruanas le abrieron las puertas de la región a una entidad con objetivos oscuros, probablemente sin advertir las implicancias.
El término "sportswashing" se utiliza para referirse a la práctica de usar eventos deportivos para mejorar la imagen pública de responsables de violaciones a los derechos humanos, corrupción, autoritarismo u otros problemas éticos. A través de la organización de grandes eventos deportivos, patrocinio de equipos o atletas, o la construcción de infraestructuras deportivas, estos países buscan desviar la atención de sus problemas internos y proyectar una imagen positiva y moderna ante el mundo.
El 27 de septiembre de 2020, Azerbaiyán, con el apoyo de Turquía, inició una guerra contra la República de Artsaj, una región de mayoría armenia que se independizó de la Unión Soviética en 1991. El 9 de noviembre de 2020, Azerbaiyán y Armenia firmaron una declaración trilateral con la mediación de Rusia para detener las operaciones militares. En diciembre de 2022, Azerbaiyán lanzó un bloqueo genocida contra la población de Artsaj restante. Durante casi 10 meses, la población de Artsaj, unas 120.000 personas en ese momento, no tuvo acceso a comida, medicamentos y bienes esenciales, mientras que Azerbaiyán obstruyó deliberadamente el trabajo del Comité Internacional de la Cruz Roja y se negó a cumplir con las resoluciones de la Corte Internacional de Justicia que la obligaban a abrir el Corredor de Lachin. En septiembre de 2023, Azerbaiyán inició una nueva ofensiva militar y provocó el desplazamiento forzado de toda la población nativa de Artsaj, que se exiliaron hacia Armenia. Durante ese período, Azerbaiyán capturó ilegalmente a decenas de personas de origen armenio y los mantiene presos bajo cargos falsos como rehenes y para enviar un mensaje a todo aquel que quiera luchar por el retorno de la población.
Denuncias internas: la carta del Mestre Paulão Ceará
Paradójicamente, la WCF contó en sus filas dirigentes y Mestres brasileños de renombre, atraídos por la promesa de llevar la Capoeira al deporte olímpico. El caso más emblemático es el del Mestre Paulão Ceará (Paulo Sales Neto), histórico capoeirista brasileño y cofundador del célebre Grupo Capoeira Brasil. Mestre Paulão fue elegido presidente de la WCF en 2018 y durante años fue la cara visible de la federación, respaldando la idea de una “Capoeira competitiva” con reglas claras pero sin perder la esencia cultural. “Haré todo lo posible por promover la capoeira deportiva en todo el mundo manteniendo sus aspectos culturales”, declaró al asumir el cargo. Sin embargo, con el tiempo su postura cambió drásticamente.
En marzo de 2025, Mestre Paulão Ceará presentó su renuncia indeclinable a la presidencia de la WCF a través de una carta pública explosiva, en la que denunció el funcionamiento autoritario dentro de la organización. "Por medio de la presente, presentamos formalmente nuestra renuncia al Consejo de Maestros de la Federación Mundial de Capoeira (WCF) y anunciamos la disolución inmediata de este organismo dentro de la estructura de la organización. Esta decisión responde directamente a la creciente imposición de directivas autoritarias por parte del Secretario General, Sr. Jamil Hussein, quien, además de demostrar un completo desconocimiento de la capoeira y su cultura, ha dirigido la federación de forma arbitraria, ignorando los valores fundamentales de este arte ancestral".
"La Capoeira no es una mera herramienta de mercado ni un producto para ser explotado en beneficio propio. Es un patrimonio cultural inmaterial, forjado a través de la resistencia y la tradición, con los Maestros como sus legítimos guardianes. Sin embargo, bajo la actual administración de la WCF, las voces de estos Mestres han sido sistemáticamente silenciadas, se han tomado decisiones sin dialogar con quienes realmente comprenden la esencia de la Capoeira, y la federación se ha desviado de su misión original para convertirse en un mero aparato burocrático al servicio de intereses ajenos a su historia y cultura", explicó.
"El comportamiento centralizado e imponente del Sr. Jamil Hussein viola los principios fundamentales de la Capoeira, que siempre se ha guiado por la colectividad, el respeto a los mayores y el diálogo entre sus practicantes. No apoyamos este modelo autoritario de gestión, que margina a los mismos Mestres que sustentan la Capoeira y debilita sus cimientos. Ante esta realidad, no vemos mayor espacio para nuestra participación dentro de la WCF, ya que la federación ha perdido su legitimidad como institución representativa de la Capoeira en su totalidad", marcó.
"Seguiremos defendiendo la Capoeira en su esencia más pura, libre de imposiciones externas y preservada como manifestación cultural e histórica. No permaneceremos callados ante los intentos de usurpar y manipular su identidad", cerró la carta firmada por Mestre Paulão Ceará (Presidente), Mestre Jean Pangolin (Presidente del consejo de Mestres), Mestra Brisa (Secretaria del consejo de Mestres), Mestre Yoji Senna (miembro del consejo de Mestres), Mestre Pança (miembro del consejo de Mestres) y Mestre Marcio (miembro del consejo de Mestres).