Almá-Atá, la narrativa que distorsiona la verdad

30 de agosto de 2025

Los Protocolos de Alma-Atá de 1991 fueron acuerdos que formalizaron la disolución de la Unión Soviética y la creación de la Comunidad de Estados Independientes (CEI), asegurando el reconocimiento internacional de Rusia y estableciendo la continuación de la membresía en la ONU.

El 11 de agosto, Armenia y Azerbaiyán publicaron el Acuerdo de Paz acordado entre ambos países, que no fue firmado hasta el momento.

Uno de los fundamentos legales sobre los que se basa el tratado de paz es que ambos países ya habían firmado el Acuerdo de Almá-Atá, el mismo que fue utilizado por el primer ministro de Armenia Nikol Pashinyan para reconocer la integridad territorial de Azerbaiyán y desestimar la independencia de la República de Artsaj (Nagorno Karabaj).

El Acuerdo de Almá-Atá en sí mismo no creó ninguna obligación legal internacional vinculante para Armenia hacia Azerbaiyán, especialmente porque Azerbaiyán no se unió a la Comunidad de Estados Independientes (CEI) hasta el 24 de septiembre de 1993.

Los compromisos de respetar la integridad territorial y la inviolabilidad de las fronteras, como se describen en el Acuerdo sobre la Creación de la CEI del 8 de diciembre de 1991 y la Declaración de Almá-Atá del 21 de diciembre de 1991, no abordan la determinación o el reconocimiento de las fronteras reales entre los estados miembros de la CEI, ni especifican los territorios que abarca cada estado. El reconocimiento mutuo formal de las fronteras entre los miembros de la CEI se estableció solo con la adopción de la Carta de la CEI el 22 de enero de 1993, de la cual Azerbaiyán no era parte en ese momento.

Armenia ratificó el acuerdo fundacional de la CEI el 18 de febrero de 1992, pero con reservas explícitas precisamente por la cuestión de Nagorno Karabaj. En particular, ya el 26 de diciembre de 1991, cuando el Consejo Supremo de Armenia ratificó el Protocolo del Acuerdo fundacional de la CEI, declaró su intención de presentar reservas.

La Cláusula 10 de la decisión del Consejo Supremo del 18 de febrero de 1992 afirma claramente el reconocimiento de Armenia de la República de Nagorno Karabaj como un estado independiente con derecho a unirse a la CEI. Desde entonces, Armenia se había negado constantemente a reconocer a Nagorno Karabaj como parte de Azerbaiyán, una posición reafirmada en la decisión del Consejo Supremo del 8 de julio de 1992 y firmemente consagrada en la Constitución de Armenia del 5 de julio de 1995.

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