Armenia celebra el 34º aniversario de su independencia

La República de Armenia celebra el 21 de septiembre el 34º aniversario de su independencia, proclamada tras el referéndum del 21 de septiembre de 1991 en el que el 95% de la población adulta acudió a las urnas y el 99,5% votó afirmativamente a la pregunta: “¿Está usted de acuerdo con que la República de Armenia sea un Estado democrático independiente fuera de la URSS?”. Dos días más tarde, el 23 de septiembre, el Consejo Supremo declaró formalmente la soberanía del país y comenzó la República de Armenia.
Desde entonces, Armenia adoptó su primera Constitución el 5 de julio de 1995 y la actual el 6 de noviembre de 2015, ambas mediante referéndum nacional. La bandera tricolor rojo, azul y albaricoque, el escudo de armas retomado de la Primera República de 1918-1920 y el himno basado en la letra de Mikael Nalbandyan y la música de Barsegh Kanachyan se consolidaron como símbolos estatales. En 2025 se realizó una nueva edición del himno oficial.
El primer ministro Nikol Pashinyan emitió un mensaje con motivo del aniversario, en el que sostuvo que con el tratado de paz firmado el 8 de agosto de este año “ese sueño de 1991 ha vuelto a llenar la República de Armenia”. “Después de haber pasado por el sufrimiento y el sacrificio, hoy hemos llegado a este punto, y de esto se trata la agenda para establecer la 'cuarta República', de no perder nunca más la oportunidad de cumplir un sueño”, afirmó. Pashinyan llamó a los ciudadanos a convertirse en “padres y madres” de una nueva Armenia “independiente, soberana, democrática, pacífica, protegida, desarrollada, libre y feliz”.
El anuncio de la “cuarta República” se enmarca en la estrategia oficial de presentar la firma del acuerdo con Azerbaiyán y la iniciativa denominada “Encrucijada de la Paz” como un nuevo comienzo para el país. El discurso fue recibido con duras críticas desde distintos sectores políticos y sociales.
Felicitaciones internacionales
A nivel internacional, Pashinyan recibió mensajes de felicitación de numerosos jefes de Estado y de gobierno. El presidente de Rusia, Vladimir Putin, y el primer ministro Mijaíl Mishustin destacaron las “buenas tradiciones de amistad y respeto mutuo” y expresaron confianza en que las relaciones bilaterales se desarrollarán en beneficio de ambos pueblos. Desde China, el consejero de Estado Li Qiang recordó la visita reciente de Pashinyan a Pekín y la reunión con Xi Jinping, en la que se elevó el vínculo al nivel de “asociación estratégica histórica”.
El presidente de Kazajistán, Kassym-Jomart Tokayev, subrayó las reformas emprendidas por Armenia en sus años de independencia y expresó reconocimiento hacia Pashinyan como “estadista con visión estratégica”. También enviaron mensajes los presidentes de Egipto, Abdel Fattah Al-Sisi; de Tayikistán, Emomali Rahmon; de Turkmenistán, Serdar Berdimuhamedow; y de Uruguay, Jamandu Orsi, así como el primer ministro de Bulgaria, Rosen Zhelyazkov, y el de Moldavia, Dorin Recan. Todos destacaron la importancia de profundizar la cooperación bilateral y regional.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, felicitó a Armenia recordando la cumbre del 8 de agosto en Washington, donde se rubricó el acuerdo de paz con Azerbaiyán. “Seguiremos fortaleciendo nuestros lazos a través de nuestra alianza estratégica, que fortalecerá a ambos países y creará nuevas oportunidades de cooperación en áreas como la energía, la inteligencia artificial, la tecnología y la infraestructura de transporte”, escribió. Trump también mencionó la “Encrucijada de la Paz” y el programa TRIPP como símbolos de la nueva etapa.
Los mensajes de la oposición
Dentro del país, las reacciones fueron de fuerte contraste con el tono oficial. El tercer presidente, Serzh Sargsyan, llamó a decir “No” a los “gobernantes capituladores y renegados” y advirtió que “la tercera República no es simplemente un número, sino el resultado de la lucha del pueblo armenio por la libertad”. “Aquellos que hablan de la república con nuevos números intentan borrar nuestra memoria, distorsionar la historia, negar el pasado y rechazar las victorias”, agregó en un mensaje público.
El exministro de Asuntos Exteriores, Vartan Oskanian, acusó a Pashinyan de “oportunismo” al hablar de una cuarta República. “Hablar de una ‘cuarta República’ no es más que un cínico intento de presentar el fracaso como un renacimiento”, afirmó. Según Oskanian, Armenia necesita un proceso de renovación auténtico que sane las heridas y restaure la confianza en la democracia, pero “Pashinyan es la última persona en este mundo que puede liderar tal transformación”.
El segundo presidente, Robert Kocharyan, envió un breve mensaje de felicitación a los compatriotas y señaló que “el futuro de nuestra Independencia depende de la determinación y la devoción de cada uno de nosotros a nuestra patria”.
Desde prisión donde se encuentra ilegalmente detenido por el régimen de Pashinyan, el arzobispo Bagrat Galstanyan, líder del movimiento opositor “Lucha Sagrada”, difundió un mensaje en el que proclamó: “¡Viva la Armenia libre e independiente, con su Artsaj infranqueable!”. Criticó la “Armenia falsa” que atribuyó al actual gobierno y reafirmó la fe en una patria “bendecida por su Santa Etchmiadzín” y unida en torno a su identidad histórica.
Los líderes de la Iglesia también se expresaron. El Catholicos de Todos los Armenios, Karekin II, recordó que la independencia fue un anhelo acariciado durante siglos y pidió unidad para superar las dificultades actuales. “Nuestro amor por el Estado debe convertirse en celo por la renovación, confianza y cuidado mutuo”, dijo. El Catholicos de la Gran Casa de Cilicia, Aram I, señaló que el fortalecimiento de Armenia es responsabilidad de todos los armenios y llamó a no separar a la diáspora de la patria: “Separar o separar a Armenia y la diáspora es una herejía nacional”.
El empresario Samvel Karapetyan, actualmente detenido por motivos políticos por el régimen de Pashinyan, también envió un saludo a través de redes sociales: “Feliz 21 de septiembre, nuestra festividad principal. Protegeremos y fortaleceremos la Independencia de la República de Armenia”.
La FRA llamó a combatir el plan de la "cuarta República" de Nikol Pashinyan: "Es el final del programa de desnacionalización de Armenia por parte de Turquía y Azerbaiyán"

En Ereván, la juventud de la Federación Revolucionaria Armenia (FRA - Tashnagtsutiún) organizó una marcha desde el Matenadaran hasta la estatua de Aram Manukyan, fundador de la Primera República. Durante el acto, Ishkhan Saghatelyan pronunció un discurso en el que denunció la intención de Pashinyan de “desmantelar la tercera República” y afirmó que el modelo de “cuarta República” responde al plan de Azerbaiyán y Turquía de imponer a Armenia un Estado pequeño, débil y dependiente. “Una de las principales amenazas a la independencia y soberanía de Armenia es el propio Nikol Pashinyan”, afirmó Saghatelyan, llamando a formar un frente nacional contra el programa oficial.
"Hoy nos imponen un falso contraste: supuestamente existe una 'Armenia histórica' y una 'Armenia real'. Pero es un contraste imaginario. No hay disputa entre la Armenia histórica y la real. La Armenia histórica es nuestra realidad. Es nuestro pasado el que nos dio la independencia. Es nuestra historia la que nos obliga a construir un futuro", agregó el dirigente. "La verdadera Armenia es la continuación de nuestra Armenia histórica, el Estado creado como resultado de nuestra lucha, el protector de nuestra identidad y la garantía del futuro".
"La verdadera Armenia soberana es la Armenia armenia. La verdadera Armenia no puede estar exenta de historia. En la verdadera Armenia, la Iglesia Apostólica Armenia no puede ser objeto de ataques. En la Armenia real, el hecho del Genocidio Armenio no se puede negar. En la verdadera Armenia, la página de Artsaj no se puede cerrar. En la verdadera Armenia ninguna exigencia estatal puede ser mayor que nuestra declaración de independencia".
"Es el final del programa de desnacionalización de Armenia por parte de Turquía y Azerbaiyán, que encapsulará el régimen de Nikol bajo el modelo de la 'cuarta República'. El modelo de la nueva república que imaginaban es el siguiente: un Estado que debería tener la constitución exigida por Azerbaiyán,
un Estado que renuncia a su pasado, a su patrimonio histórico y cultural y a los derechos colectivos de su pueblo, un Estado que debería tener fuerzas armadas limitadas y depender completamente de la voluntad de Azerbaiyán y Turquía para su economía y seguridad. Este monstruoso plan se convertirá en realidad si Pashinyan se reproduce y cambia la Constitución a través de un referéndum, tratando de convertir al pueblo en sus cómplices".