El filántropo Samvel Karapetyan fue arrestado bajo cargos falsos por defender a la Iglesia Apostólica Armenia, mientras se intensifica el autoritarismo de Nikol Pashinyan

18 de junio de 2025

El empresario y filántropo armenio Samvel Karapetyan fue arrestado el 18 de junio en Ereván, acusado de “incitación pública a la toma del poder”, luego de declarar públicamente su apoyo a la Iglesia Apostólica Armenia y criticar al gobierno de Nikol Pashinyan. Su detención se produjo pocas horas después de una serie de amenazas públicas emitidas por el propio primer ministro, en lo que numerosos sectores políticos y religiosos calificaron como un acto de persecución con motivaciones políticas.

El Comité de Investigación de Armenia informó que Karapetyan fue imputado bajo el artículo 422, apartado 2, del Código Penal, que castiga con penas que van desde una multa hasta servicio comunitario y, excepcionalmente, prisión. No obstante, las autoridades solicitaron su prisión preventiva, medida que sus abogados calificaron de “ilegal” y de “abuso flagrante del derecho penal para fines políticos”.

Karapetyan, fundador del Grupo Tashir y uno de los benefactores más reconocidos de la comunidad armenia mundial, había manifestado un día antes: “Un pequeño grupo, olvidando la historia milenaria de la Iglesia Armenia, atacó a la Iglesia y al pueblo. Siempre he apoyado a la Iglesia Armenia y seguiré participando directamente”.

Nikol Pashinyan publicó en sus redes sociales una serie de amenazas directas: “¿Por qué los ‘clérigos’ prostitutos y sus ‘benefactores’ prostitutas se han vuelto tan activos? No se preocupen, los silenciaremos de nuevo. Esta vez, para siempre”. Poco después, las fuerzas de seguridad rodearon la residencia de Karapetyan, iniciando una operación que concluyó con su arresto y el de varias personas de su entorno.

Desde la Madre Sede de la Santa Echmiadzín se emitió una dura condena a lo que calificaron como una persecución motivada por razones políticas. “Condenamos enérgicamente esta persecución. Instamos a las autoridades de la República de Armenia a que cesen de inmediato estas acciones ilegales”, declaró la Iglesia Apostólica Armenia.

En paralelo, la “Alianza Armenia” advirtió sobre la gravedad de la situación: “En el contexto de acontecimientos excepcionalmente peligrosos en la región, esas manifestaciones irresponsables y esas acciones ilegales del gobierno estatal son destructivas y requieren unidad nacional”.

El escándalo se amplió con la inesperada destitución del director del Servicio de Seguridad Nacional (NSS), Armen Abazyan, quien según Pashinyan “no podía haberse negado a cumplir ninguna de mis instrucciones”. La decisión fue interpretada por analistas como parte de una purga interna tras los acontecimientos vinculados a Karapetyan.

Mientras tanto, el Primer Ministro intentó justificar sus acciones, alegando que su enfrentamiento no es con la Iglesia sino con quienes, según él, “violan sus normas y valores”. Afirmó que “la República de Armenia es un país democrático” y advirtió que no tolerará amenazas. “Quienes confundan democracia con debilidad se quedarán con el sabor amargo del Estado”, declaró.

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