El Papa León XIV canonizó al arzobispo Ignacio Maloyan, asesinado por Turquía durante el Genocidio Armenio

El Papa León XIV proclamó santo al arzobispo armenio Ignacio Choukrallah Maloyan, asesinado en 1915 por negarse a renunciar a su fe durante el Genocidio Armenio perpetrado por el Estado turco, actual República de Turquía. La canonización se celebró el 19 de octubre en la Plaza de San Pedro, durante la Misa del Domingo Mundial de las Misiones, junto con otros seis nuevos santos de la Iglesia Católica.
“Voy a vivir y morir por la causa de mi fe. Me enorgullezco en la cruz de mi Dios y Señor”, fueron las palabras que Maloyan dirigió a sus verdugos antes de ser ejecutado por un oficial otomano. Su asesinato se produjo en Mardin, Turquía, en el contexto del plan de exterminio sistemático que se cobró 1.500.000 víctimas entre 1915 y 1923, y que continuó en la actualidad mediante la guerra, bloqueo genocida y limpieza étnica de la población armenia de Artsaj (Nagorno Karabaj) por parte de Azerbaiyán y Turquía.
Nacido en 1869, Maloyan fue ordenado sacerdote en 1896 tras formarse en el convento de Bzommar, en el Líbano. En 1911 fue nombrado arzobispo de Mardin, donde trabajó por la renovación espiritual de su comunidad y la devoción al Sagrado Corazón de Jesús. En junio de 1915 fue arrestado junto con decenas de católicos armenios, torturado y finalmente fusilado por negarse a convertirse al Islam.
Su beatificación fue celebrada por San Juan Pablo II el 7 de octubre de 2001. En América Latina, la Eparquía Armenia San Gregorio de Narek de Buenos Aires recordó que su canonización representa “un reconocimiento universal del sacrificio del pueblo armenio y de la fe que sostuvo a sus mártires”.
Durante la homilía, el Papa León XIV destacó que “los santos mantienen viva la fe en Cristo” y describió a Maloyan y a los otros nuevos santos como “lámparas capaces de difundir la luz de Cristo en un mundo herido por el mal”.
El Pontífice subrayó que “la fe es el vínculo de amor entre Dios y su pueblo”, invitando a los fieles a perseverar en la oración incluso en medio de las pruebas. “Así como la respiración sostiene la vida del cuerpo, la oración sostiene la vida del alma”, dijo.
Junto a Ignacio Maloyan, fueron canonizados Pedro To Rot, Vincenza Maria Poloni, María del Monte Carmelo Rendiles Martínez, María Troncatti, José Gregorio Hernández Cisneros y Bartolo Longo.
Con esta canonización, el mártir armenio Ignacio Maloyan se convierte en el primer santo de la Iglesia Católica nacido en Mardin.


La historia de Ignacio Maloyan
Ignacio Maloyan nació en 1869, en Mardín. A los 14 años ingresó al convento de Bzommar, en el Líbano. En 1896 fue ordenado sacerdote y adoptó el nombre de Ignacio, en memoria del famoso mártir de Antioquía. Luego fue obispo de Mardín y mártir durante el Genocidio Armenio perpetrado por el Estado turco.
Según cuenta la Parroque de Narek, el 30 de abril los soldados turcos rodearon el Obispado Católico Armenio y las iglesias en Mardín bajo el argumento de que eran escondites para armas. El 3 de junio de 1915, soldados turcos se llevaron al obispo Maloyan arrastrado con cadenas a los tribunales con otras veintisiete personalidades católicas armenias. Durante el juicio, el jefe de la policía, Mamdooh Bek, pidió al Obispo convertirse al Islam. El obispo respondió que él nunca traicionaría a Cristo y su Iglesia. Mamdooh Bek le golpeó en la cabeza con la parte trasera de su pistola y ordenó que le pusieran tras las rejas. Los soldados le encadenaron los pies y las manos, lo arrojaron sobre el suelo y le golpearon sin piedad.
Luego de la matanza de varios cristianos a los ojos del obispo Maloyan, llegó el turno de éste. Mamdooh Bek pidió entonces a Maloyan de nuevo a convertirse al Islam. El soldado de Cristo contestó: "Yo he dicho que voy a vivir y morir por la causa de mi fe y la religión. Me enorgullezco en la cruz de mi Dios y Señor". Mamdooh se enfadó mucho, le apuntó con su pistola y disparó a Maloyan. Antes que él respirara su último aliento gritó en voz alta: "Dios mío, ten piedad de mí; en tus manos encomiendo mi espíritu".
Mons. Ignacio Maloyan fue beatificado el 7 de octubre de 2001 por S.S. Juan Pablo II. Su memoria como Beato, obispo y mártir, se celebra el 2º sábado de Pentecostés.