El robo descarado de las propiedades “abandonadas” por los armenios en el genocidio de 1915 (parte II)

La apropiación continuó durante la guerra civil y el ascenso del Kemal Atatürk al poder. Se armó todo un sistema de exacción y toma ilegal de esos bienes, que continuó con distintas normativas hasta entrada la década de 1920.
Hace algunos días presentábamos en estas páginas el sistema burocrático-administrativo organizado desde el Estado turco-otomano a partir de 1915 para apropiarse indebidamente de los bienes y activos que los armenios tuvieron que dejar al ser obligados a marchar deportados a otras regiones del Imperio.
Se recordaba allí que, durante la Conferencia de Paz de Versalles de 1919, tras el fin de la Primera Guerra Mundial, que entre otros objetivos tenía desmembrar el Imperio Otomano, que había sido derrotado en aquella conflagración mundial, la delegación armenia, había planteado a las potencias triunfantes un reclamo por las propiedades perdidas y apropiadas por el Estado turco.
La delegación, liderada por Avedís Aharonián, en representación el gobierno de la República Democrática de Armenia y Boghós Nubar Pashá, siendo la voz de los armenios de la diáspora, presentó un documento (Tableau Aproximatif des Reparations et indemnities pour les Dommages Subris par le Nation Armenienne en Armenie de Turquie et dans la Republique Armenienne de Caucase) estimando la pérdida total de los bienes durante el genocidio en 14.500 millones de francos franceses de la época, casi 100.000 millones de dólares estadounidenses”de la actualidad, según destaca el historiador armenio-estadounidense Garabed Moumdjian en su ensayo “Emval-i Metruke”, Ottoman and Turkish Republican Laws PertainingtoArmenian “Abandoned Properties,” 1915-1930”.
Para dejar en claro, “Emval-i Metruke” es un concepto que empezó a usarse en el final del Imperio Otomano para referiste a los bienes saqueados a los armenios y considerados por los turcos como “propiedades abandonadas”.
Entre la normativa sancionada por el Estado turco para dar un marco legal a la rapiña, se encuentra la Ley de Deportacióndel 14 de mayo de 1915; una decisión del Gobierno del 30 de mayo de 1915, ordenando que los bienes de los armenios se entregaran o vendieran a refugiados musulmanes; una ley del 10 de junio de 1915que calificaba a las propiedades de los armenios como “bienes y activos abandonados”, o de “propietarios desconocidos”; y la Ley de Liquidación del 13 de septiembre de 1915.
La Orden de Liquidación del 24 de noviembre de 1915 estableció la constitución de 33 Comisiones de Liquidación, ordenadas por regiones, cada una con un expediente y una cuenta base general abierta a tal fin, más 14 subcuentas discriminando por tipo de activo confiscado, por ejemplo, para efectivo, cuenta bancaria, cuentas por cobrar, posesiones, ingresos por ventas, activos transferidos a la tesorería, etc.
Nuevos tiempos
Con el fin de la Gran Guerra y los dudosos juicios que se hicieron a los jerarcas del régimen que llevaron al Imperio Otomano a la Guerra, el proceso de legalización de apropiación de los bienes de los armenios – también de los griegos caídos en desgracia, no se detuvo.
Vale recordar que al momento de comenzar las sesiones de la Corte Marcial que juzgaría a los más responsables del gobierno, el 28 de abril de 1919 los tres pashás, Talaat, Djemal y Enver, ya habían escapado a Alemania y fueron juzgados en ausencia.

Mientras tanto, el andamiaje legal sobre las “propiedades abandonadas” seguía su curso, con marchas y contramarchas. El nuevo gobierno elegido a fines de 1919 decidió abolir la Ley de Liquidación el 8 de enero de 1920, poniendo fin a la liquidación de los bienes armenios y griegos. Pero todo se revirtió cuando cayó el propio gobierno que impulsaba el cambio, antes de llegar a implementarsela nueva norma, por lo que el proceso de liquidación, quedó firme.
En una sesión secreta el 14 de septiembre de 1922, el Parlamento comenzó a debatir una enmienda a la Ley de Liquidación del 8 de enero de 1920. Luego en sesión pública, se abolió la legislación del Parlamento de Estambul del 8 de enero de 1920, que había eliminado la legislación de liquidación.
Tras la proclamación de la República el 29 de octubre de 1923 la decisión respecto a los bienes armenios y griegos fue básicamente legalizar el proceso de liquidación que habían comenzado los ittihadista (el gobierno de los Jóvenes Turcos) así como emitir y registrar escrituras a nombre de los nuevos propietarios y usuarios de los bienes.
Kemal gastó la plata
Un aspecto interesante es que los activos abandonados fueron una de las principales fuentes financieras de las que se valió Mustafá Kemal “Atatürk” para el apoyo logístico del ejército durante la guerra civil que lo encumbró en el poder, en el que se libró también la guerra entre griegos y turcos.
“Esto era especialmente esencial cuando la guerra contra los griegos no iba bien, la batalla de Kutahya-Eskişehir estaba perdida y Ankara se encontraba amenazada por el ejército griego. Mediante una legislación del 5 de agosto de 1921, el Parlamento otorgó poderes a Mustafá Kemal, de modo que ‘el Comandante Supremo, en nombre del Parlamento, tenía los poderes del Parlamento’”, cita Garabed Moumdjian en su investigación.

Además, a través de una nueva legislación sobre Impuestos de Guerra, del 8 de agosto de 1921, se financiaban las necesidades de personal, material, alimentos y ropa del ejército, y la cláusula 6 de la legislación establecía que todo el inventario de activos abandonados se pondría a disposición del ejército, calculándose entonces que los ingresos por este impuesto ascendieron en 1921 a 6,4 millones de liras turcas.
Sin reembolso
En otra resolución el Parlamento decidió reembolsar a todos los que contribuyeron a la financiación de la guerra de liberación y pagaron el impuesto de guerra, mediante una ley del 3 de abril de 1924, pero una vez más aparecieron los chivos expiatorios. Griegos y armenios quedaron excluidos de cualquier reembolso.
Este asunto se debatió en una sesión secreta del Parlamento y se decidió del siguiente modo:
El artículo 2 establecía que las personas que hayan abandonado Turquía, que no sean ciudadanos turcos o que hayan colaborado con organizaciones políticas que hayan intentado separar territorios de la patria, no podrán beneficiarse de esta legislación, ya que no se les adeudará ningún pago del Tesoro.
Pero algunos diputados plantearon que esta legislación generaba incertidumbre. Uno de ellos fue el diputado por Konya, Musa Kazim, quien afirmó que esto también podría perjudicar a los musulmanes.
Por si quedaban dudas sobre el trasfondo de la medida, Hasan Fehmi, entonces ministro de Hacienda y exministro de Finanzas, explicó: “El objetivo principal de este artículo son los armenios y griegos deportados o desaparecidos, quienes no tienen derecho a ningún pago por sus deudas con el Tesoro. Los armenios causaron la guerra general y la guerra en Anatolia oriental, mientras que los griegos causaron la guerra y la destrucción en Anatolia occidental; por lo tanto, necesitábamos excluirlos de cualquier pago. Pero no podemos mencionar abiertamente a griegos y armenios”.
Y apuntó además que antes de la Primera Guerra Mundial había muy pocas tiendas minoristas pertenecientes a musulmanes, quienes en general no participaban del comercio. Pero gracias al Impuesto de Guerra, la mayoría de los activos se les arrebatan a armenios y griegos, bienes por lo que posee recibos de valoración.
“Solo en Ankara, el valor de los activos que hemos confiscado a los no musulmanes no es inferior a 400 o 500 mil (liras turcas). Ninguno de estos activos ha sido aún calculado, devuelto ni será devuelto”, dijo Fehmi.
Y remató asegurando que no habrá ningún pago ni devolución a los griegos ni a los armenios, y que las oficinas locales de ingresos y tributos serán informadas mediante comunicación secreta del ministro de Finanzas. Cuando los propietarios de propiedades o activos griegos y armenios solicitaban su devolución, el ministro de Finanzas los postergaba constantemente, diciendo: "Seguimos investigando, evaluando, tasando, etc.", así hasta que vencía el plazo de devolución.
Carlos Boyadjian
Periodista
coboyadjian@yahoo.com.ar