Guerra Israel-Irán, una pausa hasta la próxima escalada y su impacto en Armenia

28 de junio de 2025

La República de Armenia debe estar preparada para un cambio de escenario, que podría involucrar un nuevo ataque de Azerbaiyán a territorio armenio en las provincias de Syunik y Kegharkuník.

Tan pronto como se desató la primera andanada de misiles y drones de ataque israelíes sobre varias ciudades de Irán el pasado 13 de junio, la prensa internacional se hizo eco de versiones sobre la solapada colaboración de Azerbaiyán en la misión, a través del uso de su espacio aéreo para dirigir los aviones no tripulados.

También se especuló con acciones de inteligencia de parte de servicios azeríes en territorio iraní y hasta se habló de una red de espías que Israel infiltró hace tiempo en Irán, para actual se habría valido de la privilegiada posición de Azerbaiyán con una frontera terrestre común de más 700 km con la República Islámica, principal aliado de Armenia en la región, que permitiría a Tel Aviv utilizar células dormidas desde el interior del país persa.

Esta teoría fue abonada incluso por varios analistas y expertos militares iraníes. El experto iraní en el Cáucaso Sur y profesor de la Universidad ATU (Allameh Tabataba) de Teherán, Ehsan Movahedian, en entrevistas publicadas en diversos medios y en sus redes sociales mostró lo que -a su entender- son evidencias incontrastables de que Israel utilizó el espacio aéreo de Azerbaiyán para sus operaciones militares en Irán. 

Los ataques israelíes se habrían realizado desde Azerbaiyán- incluso desde los territorios ocupados de Artsaj- y desde Najicheván. En una publicación en su cuenta de X, Movahedian acusó a Azerbaiyán, publicando una nota (en farsi) según la cual el tanque de combustible de uno de los destructores israelíes había sido encontrado en las costas del Mar Caspio. Y cuestionó con un dejo de ironía: “Quizás algunos se pregunten si Israel está en el oeste de Irán, entonces, ¿qué está haciendo en el norte?”

El doble discurso de Bakú

La fuerza de las acusaciones fue tal que el sábado 14 de junio el canciller azerbaiyano, Jeyhun Bayramov, se vio obligado a levantar el teléfono y marcar el número de Seyyed Abbas Araghchi, su par de la República Islámica de Irán, para deslindar responsabilidades y asegurarle oficialmente que Azerbaiyán mantiene una posición de neutralidad en el conflicto. 

Además, dejó en claro que ningún país utilizará su territorio para lanzar acciones contra terceros países, incluido su vecino y amigo Irán. El alto funcionario azerí se mostró preocupado también por las consecuencias del ataque israelí a instalaciones nucleares de Irán y el impacto que eso puede tener a nivel ambiental en toda la región y abogó por la desescalada del conflicto y la resolución de las tensiones a través del diálogo diplomático

Una breve recorrida por distintos medios de comunicación de Azerbaiyán permite detectar fácilmente que diversas figuras del gobierno de Bakú y analistas azeríes apelaron a la “tradicional posición de Azerbaiyán a favor de la paz y la solución pacífica de los conflictos”. 

“Durante muchos años, Azerbaiyán ha aplicado una política de diplomacia equilibrada, y este enfoque cobra especial importancia en períodos de tensión. Como siempre, Bakú, manteniendo su neutralidad y actuando como defensor de la paz, ha instado una vez más a las partes a mostrar moderación, evitar el conflicto y resolver los problemas por la vía diplomática”, señaló sin ponerse colorado esta semana Azer Garayev, analista político azerí a la agencia de noticias Trend de Azerbaiyán.

En un acto de hipocresía extrema todos olvidaron mencionar que fue Azerbaiyán el que atacó posiciones en Armenia sin mediar palabra en abril de 2016 en la provincia de Tavush, en lo que se conoce como la Guerra de los cuatro días”. Tampoco citaron el inicio de Segunda Guerra de Artsaj entre septiembre y noviembre de 2020, en plena pandemia de Covid-19. 

La diplomacia tampoco primó en septiembre de 2023, cuando tras 10 meses de bloqueo criminal, sin dejar pasar alimentos, medicinas ni ningún tipo de asistencia humanitaria la decisión de Bakú fue bombardear a Stepanakert, forzando la caída de Artsaj y gatillando la limpieza étnica de más de 120.000 armenios étnicos, que debieron dejar sus hogares de la noche a la mañana y refugiarse en la vecina Armenia. 

Con esa acción Bakú rompió el cese al fuego firmado por los presidentes de la Federación Rusa, Vladimir Putin; de Azerbaiyán, Ilham Aliyev; y el primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan el 9 de noviembre de 2020. En gran parte de este período el canciller de Azerbaiyán fue el mismo Bayramov, que se ve que tiene mala memoria o de lo contrario, hace gala de una cuota de cinismo pocas veces vista.

Todo esto sin mencionar las permanentes amenazas del presidente azerí Ilham Aliyev de volver a iniciar una guerra contra Armenia si ésta no cede a sus pretensiones, que hoy se traducen en la apertura de una ruta directa entre Azerbaiyán y Najicheván a través del territorio de Armenia, la disolución del Grupo Minsk de la Organización para la Cooperación y la Seguridad Europea (OSCE), la delimitación de la frontera interestatal según los tiempos y la visión de Bakú y no según los mapas de la era soviética y vaya a saber cuántas cosas más en el futuro, si el gobierno armenio se resiste.

Preocupación en Teherán

La profundidad de las sospechas y el malestar iraní por lo que considera una política de mala vecindad de Azerbaiyán, se mantienen a la orden del día a pesar de la impostada posición diplomática de Bakú. 

En este clima de tensión este jueves 26 de junio, el propio Aliyev se comunicó telefónicamente con Masoud Pezeshkian, el presidente de Irán para “felicitarlo por el alto el fuego”, citó la agencia oficial Armenpress, recogiendo un despacho de la agencia de noticias APA de Azerbaiyán. 

Tras analizar la relación bilateral, ambos mandatarios valoraron continuar con la agenda de trabajo conjunta. En ese sentido, se rescata la visita que Pezeshkian realizó a Bakú a fines de abril, donde intentó reencaminar la difícil relación bilateral de los últimos años, en medio del conflicto de Artsaj, en el que Irán se marcó como línea que no aceptaría cambios en la frontera. 

Fue también un intento de desescalar el conflicto entre ambos países, pero las dudas continúan sobre la mesa y las sospechas de Teherán no son nuevas. Ya en 2023 Teherán acusó a Bakú por sus aceitados vínculos con Israel y los analistas sostenían que estas relaciones eran “desestabilizadoras” para el Cáucaso Sur y para Medio Oriente. 

Pero como toda guerra que se precie de tal la reciente guerra entre Israel e Irán también ha perdido en el inicio el apego a la verdad por parte de los contendientes. Así, la mentira y la desinformación no podían faltar en esta ocasión.

El auge de las fake news

El sitio web DISA, la Alianza de Desinformación en Redes Sociales, un portal que pretende desenmascarar campañas sucias o de desinformación, pero sin aportar datos, incluye esta semana un artículo que lleva por título “Bakú asediada por una campaña de desinformación”. 

Haciendo eje sobre las versiones que daban cuenta de una supuesta participación de agentes israelíes atacando Irán desde territorio azerí, el artículo intenta desmontar la campaña, acusando sin ningún dato ni fundamentos a medios iraníes y …… armenios. 

“Una oleada de historias inventadas, provenientes principalmente de medios de comunicación iraníes y armenios y difundidas en redes sociales, alegan la complicidad de Azerbaiyán en los ataques israelíes contra Irán. Estas narrativas, que abarcan desde la existencia de bases militares israelíes en territorio azerbaiyano hasta el reclutamiento de espías azerbaiyanos, buscan sembrar la discordia entre Bakú y Teherán y socavar la posición regional de Azerbaiyán”, dice el documento. 

Y agrega: “Los principales impulsores de esta campaña de desinformación parecen ser centros políticos e ideológicos específicos en Irán y Armenia. Las narrativas falsas surgieron inicialmente en canales de Telegram en persa y armenio, a menudo citando a medios iraníes radicales, antes de extenderse a las redes sociales en ruso”

“El objetivo no es solo provocar tensiones entre Azerbaiyán e Irán, sino también socavar la credibilidad del gobierno azerbaiyano dentro de las comunidades religiosas que simpatizan con Irán. Los análisis sugieren que muchos de los canales que difunden esta desinformación están registrados en países con una gran diáspora armenia, principalmente Francia, Alemania y Canadá”, continúa la argumentación sin mencionar un solo dato que permita corroborar la veracidad de esta acusación. 

Como suele decirse, el ladrón cree que todos son de su condición. Los campeones de la mentira y la falsedad histórica acusan a otros de inventar historias que involucran a Azerbaiyán o sus funcionarios. 

Lo cierto es que, si existen sospechas sobre la ayuda azerí a Israel, están fundada en casi 20 años de relación estratégica entre ambos países que especialmente involucra a la venta de armamento israelí a Azerbaiyán, usado durante la Guerra de los 44 días en Artsaj, y la provisión de insumos energéticos (petróleo y gas) desde ese país a Israel. Además, de asistencia israelí en materia de tecnología, defensa e inteligencia, usada para beneficio de los dos países.

Carlos Boyadjian

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