La deuda cultural de la comunidad

22 de junio de 2025

Como un legado post mortem de Rosa Majian, Ana Arzoumanian lanza una crítica severa a la comunidad armenia en Argentina: ¿por qué sus figuras culturales siguen siendo relegadas a obituarios mientras se glorifica solo el poder económico? Un texto imprescindible sobre la desvalorización estructural al trabajo cultural y la fragilidad de nuestra memoria colectiva.

La vi dos o tres veces en mi vida. Rosa Majian, multipremiada por el mundo argentino y armenio, cada vez que se presentaba decía quién era, quién había sido. 

No es que no hubiera sido reconocida, de hecho los galardones a su mérito expresan lo contrario. Lo que sucede con la comunidad armenia en la Argentina es que no cuenta con la labor del espíritu. 

Como sucede con las donaciones en el mundo jurídico, si el donante no acepta el bien, ese objeto no se suma al acervo del sujeto. Así, el trabajo de la cultura: una donación sin asentimiento. 

Casi todos sabemos el apellido de benefactores económicos. No sólo todas las instituciones en gratitud nombran sus lugares confirmando esa genealogía; además hay una idea fundada en la realidad que el poder económico sí construye.

Mientras que el poder cultural queda impotente sin ningún tipo de preparación del alma comunitaria. Si fuera diferente, si hubiera sido diferente, Rosa Majian (y tantos otros) no serían sólo obituarios, sino que estarían inmersos dentro del entramado constitutivo del ser armenio en la Argentina.

Ana Arzoumanian
Escritora

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