La Iglesia Armenia y la FRA condenaron la condena del régimen de Nikol Pashinyan contra el arzobispo Mikayel Ajapahyan

04 de octubre de 2025

La Santa Sede de Etchmiadzín emitió una declaración el 3 de octubre contra la condena del arzobispo Mikayel Ajapahyan: “Hoy, 3 de octubre, el tribunal, violando una vez más los principios fundamentales de la justicia, condenó al arzobispo Mikael Ajapahyan a dos años de prisión. Desde el principio, fue evidente que el procesamiento penal contra el jefe de la Diócesis de Shirak tenía motivaciones políticas y era una clara manifestación de la campaña antieclesiástica de las autoridades”. En el mismo comunicado, la Iglesia Apostólica Armenia afirmó: “Este injusto veredicto es una prueba más de la retribución política: una flagrante violación de los principios de libertad de expresión y religión, la prohibición de la discriminación y un desafío directo al orden democrático”. La Santa Sede concluyó: “Al condenar enérgicamente estas atroces injusticias, reafirmamos que la Santa Sede de Etchmiadzin seguirá luchando por la restauración de las legítimas libertades de Su Eminencia el arzobispo Mikael Ajapahyan, incluso a través de los mecanismos legales internacionales”.

La Federación Revolucionaria Armenia (FRA–Tashnagtsutiún) declaró: “El Órgano Supremo de la ARF Armenia condena enérgicamente la decisión ilegal y vergonzosa de condenar al arzobispo Mikayel Ajapahyan a dos años de prisión”. La organización señaló: “Esto no es solo una represalia contra un clérigo, sino también un ataque político contra la Santa Iglesia Apostólica Armenia, nuestra identidad nacional y el derecho de los ciudadanos a la libertad de expresión. Este veredicto es una prueba más de que el actual gobierno de Armenia está construyendo un régimen dictatorial, donde los tribunales se están convirtiendo en un instrumento contundente en manos del gobierno”. El texto concluye: “Estamos seguros de que el momento de responder por todo esto no está lejano”.

Según el fallo difundido por el tribunal de Ereván, el arzobispo Mikayel Ajapahyan fue condenado a dos años de prisión por el delito de “incitación a la toma del poder” en virtud del artículo 422, parte 2, del Código Penal de Armenia. La sentencia —anunciada por la jueza Armine Meliksetyan— mantuvo sin cambios la prisión preventiva del religioso. La Fiscalía había solicitado dos años y seis meses de condena.

La defensa, encabezada por Ara Zohrabyan, sostuvo: “El tribunal desestimó todas las mociones de la defensa, mientras que la acusación se basó únicamente en extractos selectivos de sermones y discursos”. Zohrabyan indicó que, tras el veredicto de culpabilidad, “el juez no informó a las partes de su derecho a presentar mociones”, hecho por el que solicitaron la recusación, más tarde rechazada.

De acuerdo con los antecedentes del expediente, el proceso se inició el 28 de junio, cuando el Servicio de Seguridad Nacional intentó detener a Ajapahyan durante una asamblea del clero en la Santa Sede de Etchmiadzín. “Más de mil fieles bloquearon la operación”, tras lo cual el arzobispo “viajó voluntariamente a Ereván para comparecer ante los investigadores”, quedando luego detenido por órdenes que se prorrogaron en agosto y septiembre.

El propio Ajapahyan niega los cargos y los califica de persecución política. La acusación se apoyó en declaraciones públicas en las que el clérigo había hablado de la necesidad de un cambio de gobierno en Armenia. La causa fue tramitada en menos de dos meses.

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