Las diócesis armenias de Sudamérica repudiaron los ataques de Nikol Pashinyan contra la Iglesia Apostólica Armenia

02 de junio de 2025

La Arquidiócesis de Argentina y Chile de la Iglesia Apostólica Armenia publicó el 2 de junio una declaración conjunta de los primados y consejos representativos de las diócesis armenias de Sudamérica, en la que expresaron su “profunda preocupación y pesar” ante las recientes declaraciones y publicaciones del primer ministro de Armenia, Nikol Pashinyan, y de autoridades estatales, que contienen “expresiones ofensivas dirigidas a la Santa Iglesia Apostólica Armenia, al Patriarca Supremo y Católicos de Todos los Armenios, a nuestro clero, así como a los valores espirituales y nacionales de nuestro pueblo”.

La declaración subraya que esta actitud “no solo menosprecia milenios de servicio espiritual de la Iglesia Armenia, sino que también socava los cimientos morales sobre los que se construye la unidad nacional del pueblo armenio”. “La Iglesia ha sido el puente que une nuestra cultura espiritual y nacional”, recordaron.

En ese sentido, las autoridades eclesiásticas de la región condenaron “enérgicamente cualquier palabra o acción que pueda socavar la confianza del pueblo en nuestras instituciones espirituales o devaluar el papel y la misión de la Iglesia”.

El texto contextualiza el conflicto en la “dura realidad actual”, marcada por las consecuencias de la guerra, el desplazamiento del pueblo armenio de Artsaj y una profunda crisis social, y destaca que “la necesidad de unidad nacional es más apremiante que nunca”.

“Instamos a todas las autoridades públicas a que ejerzan moderación, civilidad y un alto sentido de responsabilidad en sus palabras y acciones. Crear división entre la Iglesia y el Estado solo debilitará y desunirá nuestra Patria Armenia, consagrada con la sangre de nuestros mártires”, señalaron.

“Preservad esta sagrada institución que durante siglos ha estado al lado de cada armenio como una Madre. Que la fe se fortalezca sobre sus cimientos, que el pueblo viva en su santidad y que el Estado sea iluminado por su luz moral”, concluye la declaración, con un llamado a la unidad del pueblo armenio, sabiduría para las autoridades y firmeza para la Iglesia.

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