Mario Nalpatian en Estambul: “Turquía debe asumir su responsabilidad en la ejecución del Genocidio Armenio”

Durante las reuniones de la Internacional Socialista, el ingeniero Mario Nalpatian denunció el crimen en curso contra el pueblo armenio de Artsaj y advirtió que una paz verdadera solo será posible si Turquía revisa su historia y asume su responsabilidad en el Genocidio Armenio. Además, alertó sobre el retroceso global en materia de derechos humanos y la legalidad internacional.
Mario Nalpatian, representante de la Federación Revolucionaria Armenia ante la Internacional Socialista y vicepresidente de la misma, participó del 23 al 25 de mayo de 2025 en Estambul de las reuniones de presidencia, del Comité Financiero y Organizacional y del Consejo de la Internacional Socialista, donde se debatieron cuestiones relacionadas a la organización que agrupa a 132 partidos políticos de más de cien países.
Las reuniones realizadas en Estambul fueron organizadas por el Partido Republicano del Pueblo (CHP) de Turquía. Las sesiones de la presidencia y del Consejo fueron presididas por Pedro Sánchez, presidente del gobierno de España y presidente de la Internacional Socialista.
Mario Nalpatian participó de las más altas instancias de la organización e intervino en el Consejo (que actúa entre los Congresos) en el segundo punto del orden del día del 24 de mayo nombrado “Superar la violencia y los conflictos; protección de la población civil”.
Nalpatian comenzó su intervención destacando que durante estas jornadas las palabras más repetidas probablemente fueron paz, democracia, derecho y derechos humanos que, junto con otras expresiones resumen las vivencias de toda la humanidad en estos tiempos.
“Vivencias y temores generalizados cuando vemos que las grandes potencias intentan imponer la superioridad de la fuerza por sobre el imperio de la ley. A este período que yo llamo de la post-legalidad, cuando hacia el interior de los países se ignoran las leyes en favor del poder de turno, y en las relaciones internacionales, la fuerza desconoce el derecho internacional, el derecho humanitario internacional y se desarticula o rompe la estructura multilateral del sistema de gobernanza mundial vigente, aspirando al regreso de la era de los imperios y de los Estados vasallos”.
“En los últimos meses de 2023, la asesora especial de Naciones Unidas para la Prevención del Genocidio, Alice Wairimu Nderitu, al referirse a la Convención para la Prevención y la Sanción del Delito de Genocidio de la ONU de 1948, advirtió que, 75 años después de su firma, hoy se encuentran bajo amenaza de genocidio los Royinghas de Myanmar, los Tigrays de Etiopía, los Masalit de Sudán, los palestinos en Gaza ocupada por Israel y los armenios de Nagorno Karabaj, ante quienes la comunidad internacional no ha respondido de manera adecuada”.
“El caso de Artsaj constituye un crimen en curso ya que los armenios fueron expulsados de sus tierras milenarias por Azerbaiyán, que ignora la orden de la Corte Internacional de Justicia que ordena garantizar los derechos del pueblo originario y su retorno digno, seguro y colectivo. Más aún, en violación del derecho internacional, Azerbaiyán mantiene cautivos a prisioneros de guerra armenios y los juzga con cargos falsos, incluyendo a los líderes de Artsaj, entre ellos nuestro compañero, vuestro compañero David Ishkhanyan, a quien muchos de ustedes conocieron y escucharon en el Congreso de esta organización en 2022. Azerbaiyán destruye sistemáticamente el patrimonio cultural y religioso del pueblo armenio”.
“Durante esta reunión se citaron en más de una ocasión los nombres de Netanyahu, Lukashenko y Aliyev. Y esto no es casual ya que ellos encarnan, con sus acciones y políticas semejantes y destructivas, el rostro oscuro de nuestra época”.
“Hemos escuchado también palabras y deseos de paz en varias intervenciones, incluso se hizo mención al proceso entre Armenia y Turquía. Armenia y Azerbaiyán se encuentran envueltas en un proceso de paz, proceso sobre el cual tenemos desacuerdos y cuestionamientos. Aun así, creemos firmemente en la idea de la paz. Turquía también sigue de cerca este proceso y condiciona sus relaciones con Armenia a la firma de ese tratado, ejerciendo mayor presión sobre nuestro país. Sin embargo, es oportuno recordar que desde su independencia en 1991, Armenia siempre estuvo dispuesta a establecer relaciones diplomáticas sin condiciones previas con Turquía, algo que Turquía rechazó siempre".
"Si Turquía desea realmente contribuir a una paz justa, duradera y sustentable en la región, debe revisar su historia y asumir su responsabilidad por la ejecución del Genocidio Armenio entre 1915 y 1923”. “La paz impuesta nunca es justa, duradera, ni sustentable”.