París inaugura en Montmartre el mirador “La Bohème” en honor a Charles Aznavour

23 de mayo de 2025

El 22 de mayo, en el 101° aniversario del nacimiento de Charles Aznavour, París inauguró en Montmartre un nuevo rincón dedicado al “divino duende” armenio-francés. En la pequeña plaza donde se cruzan la Rue Saint-Vincent y la Rue de la Bonne, junto al Sacré-Cœur, se alzó la placa que renombra oficialmente el lugar como Belvédère de la Bohème, evocando la célebre canción en la que Aznavour retrata la vida humilde pero feliz de un joven artista en aquel barrio de artistas y sueños.

La ceremonia contó con la presencia de Éric Lejoindre, alcalde del distrito 18; Laurence Patrice, vicealcaldesa de París; y Armen Khachatryan, embajador de Armenia en Francia, quien recordó que Aznavour “no solo encarnó la esencia de Francia, sino también el orgullo del pueblo armenio”. Mischa Aznavour, hijo del artista, recibió de manos de las autoridades una réplica de la placa con la inscripción “BELVÉDÈRE DE LA BOHÈME – Ça voulait dire ‘On est heureux’”, mientras vecinos y visitantes posaban ante el nuevo letrero para saludar el gesto.

Misha, hijo de Charles Aznavour

Un grupo de estudiantes abrió el acto con una tímida versión de “Emmenez-moi” y, al cierre, la cantante Marcia emocionó al público con “La Bohème”. En un guiño al espíritu solidario de Aznavour, pasó su sombrero para recolectar donaciones destinadas a artistas en dificultades, recordando que, hoy como ayer, la creación sigue exigiendo apoyo y reconocimiento.

“Si bien las nuevas generaciones de cantautores comparten el ardor creativo de Aznavour, pocos podrían permitirse el lujo de un estudio en Montmartre como el que él describe en su canción. Ese contraste subraya el valor de este homenaje: un mirador que invita a mirar el París de siempre con los ojos de un hombre cuyo legado une memoria, música y justicia social”, se destacó en la ceremonia.

El Belvédère de la Bohème es más que un punto de vista sobre la ciudad: es un tributo vivo a la trayectoria de quien, nacido Shahnour Vaghinag Aznavourian, estrechó con su voz dos mundos y devolvió al pueblo armenio un motivo de orgullo universal. En cada nota y en cada verso, resuena hoy el eco de una vida consagrada al arte y a la defensa de la identidad.

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