Rosario en los XXVII Juegos Navasartian: una crónica más allá del marcador

29 de octubre de 2025

El fin de semana del 10, 11 y 12 de octubre nos embarcamos rumbo a Buenos Aires, como delegación de la Colectividad Armenia de Rosario, para participar de los XXVII Juegos Navasartian, organizados por la Comisión Regional Sudamericana de Homenetmen. Fuimos 37 voces, cuerpos y corazones dispuestos a vivir una experiencia que nos abrazó desde el primer momento.Todo estuvo organizado con mucha dedicación  por la subcomisión de deportes a cargo de Carolina Sahakian y Matías Catalano Sarkissian, quienes pensaron y sostuvieron cada detalle de esta delegación. 

Llegamos al lugar el viernes y nos recibieron  con desayuno, almuerzo compartido y la calidez de quienes saben que el encuentro empieza mucho antes del primer partido. Ese mismo día, el equipo de vóley masculino dejó todo en la cancha, y los más pequeños llenaron de color el espacio Mini Navasartian. Cuando el sol empezó a caer, nos reunimos para el acto de apertura, donde el encendido de la llama nos emocionó y marcó el inicio de cuatro jornadas repletas de deporte y  amistad. Cerramos el día con una ¨Pizza Party¨ y fiesta  hasta pasada la medianoche, que nos hizo sentir en casa.

El sábado nos levantamos temprano y llegamos al club de Armenia 1247 con la energía intacta. Participamos en vóley masculino, femenino y mixto, y aunque los resultados no siempre nos acompañaron, el entusiasmo, el compañerismo y la actitud positiva fueron nuestras verdaderas victorias. Mientras tanto, los más chicos siguieron disfrutando del Mini Navasartian, y otros nos sumamos al ajedrez, tavli y al tenis de mesa. Por la noche, la Fiesta del Deportista realizada en el Bosque de Palermo, nos regaló reencuentros, abrazos y nuevas amistades. Allí, Liam —DJ y trompetista australiano de origen armenio— nos sorprendió con su música en vivo, fusionando ritmos y géneros que nos hicieron bailar y emocionarnos.

Nuestros equipos se conformaron con una diversidad que nos complementó más allá de las categorías, y cada encuentro fue una oportunidad para reconocernos: Anabela Avedisian , Ignacio Kekedjian, Carolina Sahakian, Matías Catalano Sarkissian, Luciana Campas Ohnikian, Diego Airaldo, Gisela Sarkissian, Agustina Yousoufian, Betiana Maini, Oscar Carvallo, Cecilia Bidyeran, Miriam Bidyeran, Cecilia Balakian, Nadia Manoukian, Mariano Bidyeran y Santiago Bidyeran llevamos con orgullo el nombre de Rosario. Junto a nosotros, los mejores entrenadores Gabriela Kabichian e Ignacio Kekedjian destacados por su  paciencia y  trayectoria, sostuvieron cada instante de los partidos,  tanto en los triunfos como en los desafíos. Expresamos con fuerza nuestro deseo de volver a tenerlos en los próximos juegos.

El domingo 12 volvimos al club para continuar con las competencias, el día no acompañó la jornada deportiva, las lluvias con un poco de viento hicieron que juguemos en otro lugar cercano. Gabriela Kabichian y Luciana Ohnikian nos representaron en tenis libre y llevaron el orgullo rosarino al podio con un primer puesto que celebramos como propio. Durante todo el día respiramos alegría y camaradería. Cada partido fue una excusa para conocernos más, para reafirmar los lazos que nos unen como comunidad armenia.

Y si hablamos de aliento, no podemos dejar de nombrar a nuestra hinchada: una barra de once niños que no dejó de cantar, gritar y contagiar alegría en cada minuto. Con sus voces y su energía permanente, fueron el alma de cada partido. La mejor hinchada, sin dudas.

Más allá de los resultados, dejamos nuestra huella en los detalles, en los gestos solidarios, en el entusiasmo que nos caracterizó. Antes de regresar, celebramos los cumpleaños de Vanesa Topalian y Oscar Carballo, sumando más motivos para brindar.

El domingo al atardecer emprendimos el regreso con la mejor medalla de todas: la del orgullo armenio y rosarino.  Todo quedó registrado bajo la mirada sensible de Agustina Manoukian,  creativa audiovisual y  filmmaker, nos regaló una narrativa audiovisual que reflejó la esencia del espíritu Navasartian.

En el viaje de vuelta, Anabela Avedisian —presidenta y jugadora— nos invitó a honrar los momentos felices vividos, a dejar que sigan iluminando lo que viene. “Cada risa compartida será nuestro mejor combustible para seguir uniéndonos y contagiando alegría”, nos dijo, y en sus palabras quedó resumido todo lo que sentimos.

Porque más allá de la competencia, estos juegos nos regalaron emociones, amistades, y por qué no, también algunos amores que se entrelazaron entre partidos, noches y celebraciones. Lo más valioso fue, sin duda, todo lo que construimos más allá del marcador.

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