Sergio Nahabetian: “Nikol Pashinyan ha optado por un viraje político que tensiona el tejido nacional”

El director del diario Sardarabad y presidente de la Organización Demócrata Liberal Armenia (ODLA - Ramgavar Azadagan), Sergio Nahabetian, analizó la situación actual de Armenia y expresó su preocupación por el rumbo adoptado por el gobierno de Nikol Pashinyan, en un contexto marcado por la pérdida de Artsaj (Nagorno Karabaj), los ataques contra la iglesia y contra los partidos opositores y un proceso interno que, a su juicio, pone en riesgo la cohesión nacional.
“La República de Armenia atraviesa, una vez más, un momento de profunda incertidumbre”, señaló Nahabetian en un artículo de opinión, donde destacó que el país “enfrenta desafíos que amenazan no solo su integridad territorial, sino también la estabilidad de su democracia y la cohesión de su pueblo”.
Nahabetian recordó la pérdida de Artsaj tras la ofensiva de Azerbaiyán en 2023, que derivó en el éxodo forzado de más de 120.000 armenios. “Fue un golpe simbólico y humano: comunidades enteras fueron desarraigadas, mientras el mundo asistía con indiferencia a una limpieza étnica en forma silenciosa”, afirmó. Además, remarcó la falta de respuesta de los aliados tradicionales y de los organismos internacionales, que “revelaron, una vez más, la crudeza de la geopolítica global, donde los intereses energéticos y estratégicos pesan más que la vida y los derechos humanos”.
En el plano interno, el dirigente de ODLA sostuvo que “el gobierno de Nikol Pashinyan ha optado por un viraje político que tensiona el tejido nacional”. Según Nahabetian, la retórica oficial orientada a buscar la paz con Azerbaiyán y Turquía “aunque legítima desde una perspectiva pragmática, ha sido percibida por amplios sectores de la sociedad como una claudicación de principios históricos y una renuncia a las legítimas aspiraciones nacionales”. En ese sentido, advirtió que “las críticas a su gestión, tanto por su estilo de liderazgo como por su tratamiento de los reclamos populares, se intensifican, y las calles de Ereván vuelven a llenarse de manifestantes”.
Nahabetian también mencionó el deterioro en las relaciones con Rusia, tradicional aliado en materia militar y económica. “Armenia busca ahora mayor cercanía con Occidente, pero sin garantías claras de protección ni inversiones estratégicas sustanciales. La retirada del contingente de paz ruso de Artsaj y la creciente presión de Moscú son síntomas de un realineamiento regional que deja a Armenia en una posición vulnerable, atrapada entre potencias que disputan su influencia”, analizó.
Pese a la gravedad de la situación, Nahabetian destacó la resiliencia histórica del pueblo armenio. “Desde el genocidio de 1915 hasta la independencia de 1991, pasando por la guerra de los años 90 y los recientes conflictos, la nación ha sabido reconstruirse, apoyada por su diáspora, su cultura y su identidad”, señaló.
Finalmente, subrayó la necesidad de que Armenia encuentre un camino de unidad y desarrollo. “Hoy, más que nunca, Armenia necesita unidad, visión estratégica y una política exterior coherente con sus intereses vitales. Las heridas del pasado no deben ser pretexto para la inacción, pero tampoco se pueden cerrar sin memoria ni justicia. La paz no se alcanza entregando la dignidad nacional, sino construyendo una democracia sólida, un Estado eficiente y una ciudadanía comprometida”, concluyó Nahabetian.