Solange Merdinian, la cordobesa de origen armenio que interpretó el Himno Nacional Argentino en los partidos de la selección

20 de octubre de 2025

Nacida en Córdoba y criada en Nueva York, Solange Merdinian es la mezzosoprano de raíces armenias que conquistó al público interpretando el Himno Nacional Argentino para la Selección argentina de fútbol en Miami, su actual lugar de residencia. Con una trayectoria que une escenarios internacionales y profundo amor por sus orígenes, Merdinian le cuenta a Diario ARMENIA cómo fue el llamado, la emoción y las conexiones que la llevaron a vivir uno de los momentos más significativos de su carrera.

¿Cómo fue el llamado para interpretar el Himno Nacional Argentino en los partidos de la selección?

—Desde que llegué a Miami me llaman de diferentes lugares para cantar en eventos y galas de la comunidad argentina. Parece ser que diferentes personas me han recomendado y eso ha llegado a la FIFA. Me preguntaron si me interesaría cantar el himno y les dije que sí.  

—¡No lo dudaste, me imagino!

—Nooo, no, para nada. Dije que sí en el momento, para mí era un honor. Me contactó una persona de la producción artística de los partidos pidiéndome material para enviar. Esta no es la primera vez que canto en un evento deportivo. La primera vez que canté el himno argentino fue en el Madison Square Garden para la pelea de Maravilla Martínez.  En otras dos ocasiones también canté el himno norteamericano y el francés.

—¿Esos fueron hitos importantes de tu carrera?

—Sí, claro. Te podrás imaginar la emoción especial que significó interpretar el Himno Nacional Argentino. Desde que había llegado a Estados Unidos, de chiquita, no lo había cantado. Interpretarlo para una final de boxeo en el Madison Square, que es el lugar icónico por  donde pasan tantísimos conciertos, y representando a un boxeador famoso y a nuestro país, fue súper emocionante. Y la segunda instancia, interpretarlo para el seleccionado de fútbol, para los campeones del mundo, ¿no? El impacto fue fuerte. Al ser el deporte más popular la repercusión fue mayor y el contexto es muy distinto. Técnicamente elegí entonarlo en un registro menos ópera, más grave, para que la gente pueda interpretalo el himno conmigo, que es lo emocionante de los partidos.

—¿Qué reacciones tuviste por parte de tu familia? ¿Te acompañaron?

—No tuve mucha reacción porque fue todo por WhatsApp. En realidad fue todo muy rápido. Me lo confirmaron unos días antes. Alberto, mi marido, no pudo estar en el primer partido porque tenía un viaje de trabajo. Mis padres estaban volviendo de Armenia y pasaban de casualidad por Estados Unidos. Fue como un regalo muy grande para mi porque nunca se hubiesen imaginado que iban a coincidir conmigo cantando en algo tan importante. Tenerlos acá fue hermoso. También mis hermanos, los dos con ganas de estar acá. Muy futboleros, también. No se si les hubiese gustado estar acá por el partido o por mí (risas).  Y, obviamente, el cariño a la distancia de toda la familia y de los amigos.

—¿Tuviste contacto con los jugadores?

—La primera vez cuando terminé de cantar pasé por delante del banco de suplentes y Scaloni me felicitó. Me dijo: "Ay, qué buenísimo, la rompiste".  Todos los del banco también. Escuché frases como "Felicitaciones”, “qué bueno”, “qué orgullo", todas palabras súper lindas. En el segundo partido, antes de ir a cantar, vi a Messi y a Dibu, que estaban por salir, les sonreí,  y me sonrieron de vuelta. Y bueno, eso fue todo.

—Además de participar en estos eventos deportivos ¿qué te sucedió en tu profesión que nunca hubieses imaginado?

—Cuando canté para la película de Hollywood con el compositor, A. R. Rahman, él es la persona más famosa de India. Hizo el soundtrack de la película “Quisiera ser millonario” y muchas otras ganadoras de Premios Oscar por su música. Es una persona que también llegó a mí a través de contactos y que al día de hoy seguimos comunicándonos. Me introdujo a redescubrir otros géneros fuera de la música clásica que siempre fue mi zona de confort. Me dió muchas oportunidades muy buenas que jamás hubiese imaginado. Él me dio la posibilidad de participar en eventos muy importantes.

—Después de tantos años viviendo fuera del país ¿extrañas vivir en Argentina y tenés pensado en algún momento volver?

—Siempre se extraña. Cuando tenés tu familia que está en otro lado, nunca es fácil, porque uno sacrifica muchas cosas en el sentido sentimental. Tenés lo bueno, que puede ser mucho, y lo malo, que sería no tener el entorno completo. Uno se pierde juntadas, cumpleaños, bebés nuevos que nacen y familiares que se van y uno no puede estar ahí presente. Yo trato de vivir hoy de la mejor forma que puedo, aprovechando las oportunidades que tengo. En un futuro nunca se sabe qué puede llegar a pasar, no lo sé.

—¿Te costó mucho irte de pequeña? ¿Hay diferencia con los sentimientos del presente?

—Cuando uno es chico no se da cuenta o no piensa tanto, solo haces. A los catorce años, cuando nos fuimos a Nueva York a estudiar, en algunos momentos creo que decía: «No, yo no quiero hacer eso». Ir de cero a todo en inglés fue un cambio, una adaptación. Ir de Córdoba a Nueva York también es otro tipo de adaptación. Tener amigos en Córdoba, irte a un lugar completamente nuevo. Son momentos de crecimiento que no son fáciles pero, al mismo tiempo, tenés un mundo nuevo que descubrir. Entonces vas con todo hasta que te adaptas.

—¿Cuál es tu vínculo con la Colectividad Armenia de Estados Unidos?

—La colectividad armenia de Nueva York es muy fuerte y muy activa. En Miami, donde estoy yo, la colectividad está más dispersa producto de las distancias largas. Igualmente tratamos de juntarnos o  de colaborar y hacer algún concierto entre músicos armenios. Durante mucho tiempo canté en la Catedral armenia de Nueva York y cuando vine a Miami me pidieron si podía ayudar con el coro, dirigirlo y demás. La realidad es que me queda lejos y entonces trato de hacer lo más que puedo. Cuando me mudé acá entre varias amigas habíamos hablada para armar algo tipo club donde se puedan reunir las familias. Lo que estuvimos haciendo fue colaborar con la fundación Stamboulian y hemos hecho un concierto de Aznavour para recolectar fondos para Armenia. Nos han invitado de la comunidad de Boca Ratón, donde hay más armenidad todavía, y es mucho más fuerte, para hacer actividades en conjunto. Siempre se trata de hacer cosas para que se mantenga la armenidad viva.

Anush Merdinian
Periodista

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