Un evento en el Senado argentino con complicidad de Victoria Villarruel y la Universidad de El Salvador presentó a Turquía como país pacífico, ocultando su rol en la guerra y la limpieza étnica de Artsaj

El 18 de noviembre se realizó el coloquio “El rol de la República de Türkiye en el nuevo orden mundial y su proyección en Sudamérica” en el Senado de Argentina, un evento que tuvo como objetivo limpiar la imagen del Estado turco, ocultando su rol (reconocido por el presidente turco Recep Tayyip Erdogan) en la guerra iniciada por Azerbaiyán en 2020 contra la República de Artsaj (Nagorno Karabaj) y en la limpieza étnica de su población armenia nativa tras el bloqueo de casi diez meses y los ataques de 2023. También se borró de la escena la negación sistemática del Genocidio Armenio, pese a que el Senado argentino lo reconoció por ley.
El evento fue organizado por la Dirección General de Relaciones Internacionales del Senado de la Nación, encabezada por Isolina Inés Correa Monterrubio, junto con la Embajada de la República de Turquía (rebautizada a sí misma como Türkiye) en Argentina y la Universidad del Salvador. La actividad se inscribió formalmente en la conmemoración del “Día de la República de Turquía” y reunió como expositores a Juan Bautista González Saborido, director de Organismos Internacionales del Senado, a Süleyman Ömür Budak, embajador de Turquía en Argentina, al profesor Mauro Labombarda, docente de Geopolítica de la Universidad del Salvador, y a la vicepresidenta Victoria Villarruel, con la participación de la senadora nacional por Jujuy, Vilma Bedia.
En la apertura, Juan Bautista González Saborido habló del concepto de “estados civilizacionales”, categoría que utilizó para ubicar a Turquía: países que, “basándose en una identidad cultural, histórica y religiosa propia”, proyectan influencia geopolítica desde una narrativa “más integradora y autónoma” respecto del orden liberal tradicional. Allí afirmó que “Turquía representa un ejemplo paradigmático de ello” y destacó que su territorio y cultura habían sido “el cruce de grandes civilizaciones y de pueblos de gran antigüedad” que confluyen en “una identidad nacional compleja y de notable riqueza”. Para el funcionario, esa identidad significaba “un importante aporte a los desafíos contemporáneos” y abría oportunidades para la Argentina y Sudamérica en materia de cooperación comercial, tecnológica, cultural, científica y diplomática.
A continuación, el embajador Süleyman Ömür Budak tomó la palabra y profundizó la construcción de la imagen de Türkiye como actor de la paz. Budak afirmó que “Turquía promueve el diálogo, la mediación y la cooperación como instrumentos esenciales para evitar que las tensiones locales se transformen en crisis globales”. El embajador vinculó esa política exterior con el legado de Mustafa Kemal Atatürk, uno de los responsables del Genocidio Armenio y quien inició la política de negacionismo estatal del crimen contra la humanidad. Ömür Budak recordó que, al fundar la república, Atatürk formuló la consigna “paz en casa, paz en el mundo” y aseguró que ese principio continúa guiando la política exterior turca. El Embajador afirmó que, rodeada de conflictos en Ucrania, el Cáucaso, Medio Oriente, los Balcanes y el Mar Negro, Turquía logró mantenerse como “una isla de estabilidad y progreso” gracias a “una sólida tradición estadal, una economía dinámica, una juventud trabajadora, una práctica democrática estable y el liderazgo visionario del presidente Erdogan”.
Luego fue el turno del profesor Mauro Labombarda, quien aseguró hablar "en nombre de la Universidad del Salvador", a pesar de difundir mentiras fácilmente comprobables y propaganda del régimen turco. Al referirse a la política exterior turca, señaló que “la geografía condiciona los intereses” y que, rodeada de tantos vecinos y conflictos, Turquía se ve obligada a “no involucrarse en los conflictos de sus vecinos” y a “ser un punto de encuentro”.
Labombarda afirmó que “desde 1923 que Turquía no tiene una guerra interestatal” y que, a pesar de contar con el segundo ejército más grande de la OTAN, “no ha ganado territorio a través de guerras” ni fue atacada. Indicó que, desde la Primera Guerra Mundial hasta hoy, Turquía “no entró en conflictos”, pese a estar rodeada por guerras en Medio Oriente, los Balcanes, Rusia y el Cáucaso. Concluyó que eso demostraba que la doctrina de “paz en casa, paz en el mundo” era respetada.
Cuando se refirió específicamente al Cáucaso, reconoció que “desde 2020 hubo guerra y conflictos entre Armenia y Azerbaiyán” y que “Turquía tomó posición a favor de uno de los contendientes, de Azerbaiyán”, mientras que el otro "estaba patrocinado por Rusia". Admitió que Turquía “ayudó” y “colaboró” con Azerbaiyán, pero sostuvo que hoy se logró “una paz que parece que es duradera, gracias a la intervención de Turquía”, y afirmó que Armenia “no tuvo ningún inconveniente en sentarse con Turquía a negociar”.
La vicepresidenta Victoria Villarruel cerró el coloquio con un discurso en el que adoptó integralmente el lenguaje y los conceptos utilizados por los expositores y dijo que Turquía se consolidó “como un mediador confiable, un promotor de la estabilidad y un socio estratégico en la construcción de un nuevo orden internacional en busca de la paz”.
Al finalizar el evento, Victoria Villarruel premió con un diploma de honor al Embajador turco, difusor de discurso negacionista del Genocidio Armenio, por "su destacada trayectoria y labor diplomática".