Opinión

126 años después, vamos por más

09 de noviembre de 2016

escudo-FRA-grande-EEn apenas unos pocos días se celebrará un nuevo aniversario de la creación de la Federación Revolucionaria Armenia - Tashnagtsutiún. Son 126 años dedicados a la causa de un pueblo, el armenio, 126 años de entrega ininterrumpida de decenas de miles de militantes desparramados en todas las comunidades del mundo.

Nacido en el contexto de un mundo que pugnaba por alcanzar conquistas sociales largamente postergadas, el Tashnagtsutiún pronto fue el bravío motor de la resistencia armada contra el genocida turco. Sus hombres y mujeres se convirtieron en luchadores de la libertad y cuando el genocidio se consumó, la lucha armada dio lugar a otra batalla decisiva, la de defender la existencia e identidad de un pueblo destruido y abandonado, y elevando también las banderas de las reivindicaciones nacionales por largos años, tiempos en que los demás partidos tradicionales fueron perdiendo fuerza en la Diáspora. La FRA es hoy una organización política con activa presencia no sólo en Armenia sino en el resto del mundo armenio. Es una organización cuyos integrantes priorizan sus sentimientos de armenidad a los propiamente partidarios, haciéndose cargo muchas veces de tareas propias del estado armenio, en silencio y con absoluta seriedad y dedicación.

No es difícil comulgar con los ideales del Tashnagtsutiún, basados en la justicia social, la democracia a ultranza y la autodeterminación de su pueblo entre otros vitales preceptos. La FRA no es un espacio cerrado e inaccesible, todo lo contrario, basta con compartir los objetivos nacionales del Tashnagtsutiún y demostrar ser una persona de bien para ser admitido en sus filas.

El juramento de ingreso sintetiza lo que le espera a un futuro compañero. En él se le reclama entregar hasta su propia vida en pos de los sagrados ideales del pueblo armenio. Por cierto, este compromiso podría ser considerado anacrónico pues no ha variado desde la fundación del partido en 1890, pero la verdad es que no lo es. Apenas semanas atrás, dos jóvenes tashnagtsagán entregaron su vida en defensa de la comunidad armenia de Alepo. La guerra de Siria se cobró las vidas de muchos compañeros, al igual que lo hizo la guerra de liberación de Artsaj.

El actual militante no es un combatiente, no está preparado para la guerra y mucho menos está dispuesto a emprender alocadas aventuras extremas, pero siempre está dispuesto a darlo todo por sus hermanos de sangre.

A largo de su existencia la FRA-Tashnagtsutiún ha tomado parte de todos y cada uno de los eventos protagonizados por nuestro pueblo. Ha batallado por la resistencia y la supervivencia durante el genocidio, también se ha esforzado para que cada comunidad de la Diáspora tenga sus iglesias, escuelas y sedes culturales, sociales y deportivas. Ha sido pionero en la lucha por el reconocimiento del Genocidio de armenios, ha defendido las comunidades armenias de Medio Oriente cada vez que fue necesario y hasta ha ofrecido la vida de muchos de sus compañeros en la guerra de liberación de Artsaj.

Hoy, está en la Madre Patria combatiendo la corrupción y las malas artes políticas, siempre con el riesgo de asumir compromisos que muchos rechazan por complejos y comprometidos. Pero, ésa es la esencia de un partido político que sus fundadores Kristapor, Rosdom y Zavarian, legaron a los armenios. El Tashnagtsutiún es un joven de 126 años con sus convicciones intactas, con sus filas repletas de jóvenes voluntades preparadas para servir a su patria desde la militancia política, pero también, y esta es una realidad incontrastable, dispuestas a entregar su más preciado bien, la vida misma.

A todos nos une además el orgullo de formar parte, de trabajar en conjunto enfrentando adversidades y enemigos circunstanciales que intentan oponerse a una fuerza que jamás claudicará en su tarea de reivindicar los derechos postergados de nuestro pueblo.

El Tashnagtsutiún está más vivo que nunca y va por más.

Jorge Rubén Kazandjian

 

 

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