95° aniversario del Genocidio kemalista de griegos y armenios, masacrados en el incendio de Esmirna
La reciente visita del presidente de Turquía Erdogan a Grecia, y sus expresiones que rebasaron las practicas diplomáticas pusieron nuevamente en la agenda del prontuario del panturquismo uno de los actos genocidas perpetrados por el kemalismo en la otra orilla del Mar Egeo, contra una joya del patrimonio universal como lo fue Esmirna.
De repente, la torpeza de este líder turco ante sus anfitriones helénicos en Atenas, derribó los pacientes maquillajes de publicistas y productores televisivos que intentan convertir en relatos creíbles la fantasía de legiones de politólogos de Ankara. Quieren competir con las telenovelas de cuentos increíbles, el impensable pedido de revisar el Tratado de Lausana invita a repasar los testimonios acerca de esa fase del plan genocida del gobierno turco.
La “limpieza étnica” de 1922
La actual ciudad, turquificada a sangre y fuego por los kemalistas, es la tercera de Anatolia. Antes de 1922 la Esmirna originaria, era considerada y reconocida como centro milenario de la cultura por griegos, armenios y otras nacionalidades que caracterizaban su perfil religioso, en convivencia con los turcos que se agregaron bajo el dominio otomano.
En enero de 1921 el Ejército Griego, a pesar de sus carencias de equipo y con unas líneas de suministros muy precarias, lanzó una ofensiva sobre Anatolia en contra de los nacionalistas turcos, los cuales habían derrocado al gobierno otomano y no reconocían el acuerdo firmado en 1920 en Sêvres. A pesar de ser rechazados en el mes de abril, los griegos volvieron a atacar en julio consiguiendo avanzar en la línea ferroviaria Afyon Karahisar – Eskisehir en dirección hacia Ankara.
No obstante los turcos, comandados por Mustafá Kemal (conocido más tarde como Atatürk), derrotaron a los griegos en el río Sakarya (1921). Cerca de 40.000 soldados griegos fueron evacuados del Puerto de Esmirna por unidades de la flota griega, pero dejaron atrás a 18.500 civiles griegos, y al resto de armenios y no turcos.
Los turcos incendiaron los barrios de griego y armenio
El gran Incendio de Esmirna se inició cuatro días después de que las fuerzas turcas entraran en Esmirna el 9 de setiembre de 1922, dando así fin efectivamente a la Guerra Greco-Turca.
El domingo, 10 de septiembre de 1922, entre 16 y 17 horas, los turcos detuvieron al obispo Chrisostomos, Arzobispo Metropolitano de Esmirna, lo arrastraron por las calles y la turba turca se abalanzó sobre él, tomándolo de la barba y arrancándoles los ojos con un cuchillo. Luego rasgaron sus ropas y comenzaron a darle puñetazos y patadas. Con el rostro empapado por la sangre que brotaba de sus ojos arrancados, fue llevado a Tschemenoli, el barrio turco, donde siguió sufriendo las peores torturas. Lo despedazaron al grito de "Kiopein Partsassi" (arranquen al perro). Entre los verdugos también había niños.
La horrible masacre no fue suficiente para los turcos y prendieron fuego a Esmirna, el miércoles 13 de septiembre 1922. El fuego duró hasta el 16 de septiembre. Entonces comenzó el éxodo de los sobrevivientes.
Recién en esos días, los 28 buques de guerra de las potencias de occidente (tres de ellos estadounidenses) que habían pasado los quince días previos como meros observadores, se acercaron a tratar de ayudar a los sobrevivientes.
El incendio destruyó completamente los barrios griegos y armenios de la ciudad, y diversos relatos históricos han testimoniado acerca de Kemal, como responsable del genocidio. Refugiados griegos y armenios se apiñaron en la zona costera tratando de escapar del fuego, mientras las tropas y soldados irregulares turcos cometían masacres contra ellos.
El genocidio kemalista de 1922, también fue mencionado en algunos libros de historia como el desastre de Esmirna, que tuvo lugar en la primera semana septiembre. Según la historiografía oficial turca, "la ciudad fue incendiada por los griegos", y los acontecimientos de septiembre de 1922 en Izmir fueron descriptos como la "liberación".
En 2016, el ministro de Defensa Nacional de Grecia, Panayotis Kamenos, anunció oficialmente que la ciudad de Izmir, como se denomina actualmente en Turquía a Esmirna, fue sitiada e incendiase por los soldados de Mustafá Kemal Atatürk. También es importante poder conectar a los armenios de Esmirna y poder conocer su número actual en el mundo y en Turquía. Son preguntas de las que aún no han encontrado respuestas claras.
La comunidad armenia de Esmirna
Según los datos publicados con el título de "Armenios de Esmirna", escrito por Zakarya Miltanoglu, y editado con el sello de la librería editorial "Aras" de Estambul, los armenios comenzaron a establecerse alrededor del siglo XIII. De acuerdo al patriarca armenio de Estambul, monseñor Maghakia Ormanian, había 27.200 armenios en Esmirna en 1912. De ellos 25.000 eran apostólicos, 2.000 católicos y 200 evangélicos. Antes de la Primera Guerra Mundial, el 60% de la población de Esmirna eran cristianos: griegos y armenios.
La iglesia de San Esteban fue única por su arquitectura y lujo. Los registros más antiguos de la iglesia son del siglo XVII, que fue construida en el siglo XVI. Según la inscripción en las piedras de mármol alrededor de la puerta principal de la iglesia, la iglesia fue sacudida por el terremoto de 1688 y fue reconstruida en 1689. El incendio de 1845 causó un gran daño a la iglesia de San Esteban, que renovado nuevamente por Melkón Eramyan en 1853.
En las notas publicadas por el Centenario del Genocidio Armenio, se documentó que en unos pocos días, la próspera ciudad dejó de existir en 1922. La ciudad, que una vez fue conocida como foco del cristianismo en Asia Menor con su fe enfatizada; después de la llegada de los “laicos kemalistas” fue denostada como "Giavur Izmir". En vez de honrar la convivencia de la época otomana, fue forzada a un único perfil turco. La mayoría de los habitantes cristianos fueron masacrados, y los edificios que les pertenecían fueron incendiados y convertidos en ruinas.
El drama de los sobrevivientes y refugiados
Las tropas kemalistas que comenzaron a dominar Turquía derrotaron a las tropas griegas en Asia Menor, ocuparon las antiguas tierras griegas y entraron en Esmirna el 9 de septiembre de 1922. Después del gran incendio de la ciudad y el intercambio demográfico entre Grecia y Turquía, los pobladores cristiana local disminuyó drásticamente, mientras que el resto se turquizó o emigró en los años sucesivos.
Miles de pobladores armenios se habían refugiado en la iglesia de San Esteban para evitar la amenaza de la soldadesca turca. Un pequeño grupo se amparó en la sede de la Casa Bakirgian, que invocando su dependencia de la casa matriz de Manchester, había enarbolada la bandera británica.
El 13 de septiembre, el gran incendio que estalló fue obra de los kemalistas. Más de 50.000 hogares, 24 iglesias, 28 escuelas, decenas de librerías, bancos, consulados y hospitales fueron quemados como resultado del siniestro plan. "Después de este incendio, la ciudad comenzaría una nueva vida en el futuro, pero ya no había lugar para la así llamada "Atenas armenia", escribió el periodista turco Serdar Corju.
En agosto de este año, un grupo de los descendientes de los armenios de Esmirna, reunidos en Izmir por primera vez después de una ausencia de 95 años participaron en una reunión masiva, llegados de diferentes rincones del mundo. Unas 150 personas asistieron a la liturgia cristiana en la Iglesia de San Juan en Izmir, según informaron los medios.
Carlos Luis Hassassian