A 28 años de la independencia de Armenia: El desafío de seguir creciendo
El 21 de septiembre de 1991, la población de Armenia votó un referéndum a favor de proclamar su independencia de la Unión Soviética, con el eco de la primera independencia del 28 de mayo de 1918 como ejemplo a seguir. El año anterior, el 23 de agosto de 1990, el Consejo Supremo de la URSS ya había adoptado una declaración para abolir la República Socialista Soviética de Armenia y establecer la República de Armenia. Uno de los debates más importantes durante el texto de la declaración fue la inclusión o no de la temática del Genocidio Armenio.
El presidente del Parlamento soviético armenio Levon Ter-Petrosyan, quien sería electo como primer presidente de la Armenia democrática en noviembre de 1991, se manifestó en contra de incluir cualquier referencia al genocidio, pero tuvo que ceder ante la insistencia de sus pares del cuerpo legislativo. “Armenia apoya la tarea de lograr el reconocimiento internacional del Genocidio de 1915 en la Turquía otomana y la Armenia occidental”, dice la declaración de la independencia armenia, texto que marcaría el futuro de la república y el rumbo de la política exterior del país, ya que ese fue uno de los argumentos por los cuales Turquía no estableció relaciones diplomáticas con Armenia.
El otro argumento fue la guerra en Nagorno Karabaj. Por eso es imposible analizar la independencia de Armenia sin entender el contexto geopolítico de esa decisión. Armenia declaró formalmente su independencia con posterioridad a la propia Artsaj (Nagorno Karabaj), que lo hizo el 2 de septiembre de 1991. Mientras la URSS se encontraba en pleno proceso de desarticulación (para disolverse el 26 de diciembre de 1991) y durante el auge de las declaraciones independentistas, el movimiento de liberación de Nagorno Karabaj se encontraba en la lucha por la defensa del territorio. El Parlamento de la Región Autónoma de Nagorno Karabaj en Azerbaiyán había votado la unificación con Armenia el 20 de febrero de 1988, lo que desembocó en masacres y pogromos por parte de Azerbaiyán contra los armenios de su territorio, y luego en una guerra a gran escala entre Azerbaiyán (que declaró su independencia el 30 de agosto de 1991), apoyada por Turquía, contra Artsaj y Armenia.