Un llamado a quienes administran la educación armenia

A propósito de Zarmanazán, el programa de la Fundación Gulbenkian

29 de agosto de 2018

Zarma-2Hace aproximadamente veinte días, una nota escrita desde los Alpes franceses, intentaba describir la vivencia de “Zarmanazán”. Un campamento de verano para jóvenes, y un programa de capacitación para docentes, avalado por INALCO, al cuál un grupo de siete docentes de Argentina, pudimos asistir durante todo un mes a realizar una intensa capacitación sobre idioma armenio y metodología de enseñanza de la lengua.

Esa nota hablaba de sensaciones, emociones, sentimientos y vivencias que eran sólo el comienzo de un camino que sin siquiera imaginarlo, estábamos empezando a transitar.

Hace una semana, ya desde Argentina, el relato de las participantes va siendo narrado una y otra vez a otras docentes, directivos y miembros de la comunidad.

Pero creemos que la comunicación, es una de las herramientas mas poderosas para generar un cambio que nos fortalezca y nos ayude a reforzar este ámbito fundamental, que es el educativo.

Zarmanazán es un espacio que promueve la inmersión al lenguaje. Es constancia en el idioma y utilización del mismo para fines creativos. Y desde la propia vivencia y siendo espectadoras de esta posibilidad de crear un nido para la lengua, es que Zarmanazán se volvió respuesta a muchas preguntas que, aquellos que nos paramos frente al aula a enseñar armenio, nos hacemos una y otra vez. Brindó estrategias para aquellas cuestiones que creíamos difíciles de abordar y nos dio mucha esperanza para generar un cambio en el ámbito educativo, y darle esa vuelta de tuerca a nuestras escuelas.

Volvimos con las mochilas llenas de ideas y opciones para llevarlas a cabo, pero sin dudas, es tarea de cada escuela, comunidad educativa y sus equipos directivos, apoyar y confiar en estas nuevas estrategias para poder hacer la diferencia entre: que el armenio siga siendo el idioma que se aprende a la tarde y vinculado al ámbito escolar o que sea un idioma con el que los chicos pueden jugar, divertirse y utilizar de manera creativa.

En la mesa diaria de la capacitación, quedó en evidencia que la dificultad que atraviesa el armenio occidental es común a toda la diáspora armenia. El concepto de lengua en peligro de extinción, también se volvió una frecuente en nuestras clases. Logrando entender que el armenio occidental, en estos momentos, se encuentra muy cercano a integrar esta categoría.

Es esta una de las razones por la cual la capacitación estuvo orientada a buscar la forma de “salvar la lengua”. La pregunta es ¿Cómo?, y por suerte pudimos ir comprendiendo que la manera de hacerlo es Transformando la enseñanza del armenio.

En todas las escuelas armenias tenemos que reflexionar, repensarnos, recrearnos y replantear qué estamos enseñando y para qué lo estamos haciendo. La pregunta no debe ser qué contenido enseño, sino qué puede hacer el alumno con lo que le enseño. Es necesario revisar los contenidos escolares y las metodologías, incorporar en nuestras aulas las nuevas estrategias de enseñanza por medio de proyectos que tengan en cuenta los intereses de los chicos de esta generación, que tengan conexión con el mundo real, que sean atractivos, que despierten la curiosidad y las ganas de trabajar en esos proyectos. Donde el aprendizaje no sea de transmisión de docente a alumno, sino que el aula se convierta en un espacio de aprendizaje para todos, donde los alumnos sean los partícipes activos y centrales de este proceso.

Zarma1La mayoría de las colectividades armenias de los diferentes países lograron mantener la identidad armenia activa, luchar y obtener logros en cuestiones de derechos y reconocimiento del Genocidio, mantener las costumbres y tradiciones. Pero todos cometimos el mismo error, separamos el idioma de la identidad. Y ahora, todas las comunidades armenias estamos atravesadas por el mismo dolor, aquel que nosotros mismos generamos y fuimos partícipes del peligro de desaparición que hoy se encuentra nuestro idioma.

Por todas estas razones consideramos absolutamente necesario dejar de lado los asuntos que separan a los diferentes colegios armenios, a las distintas instituciones armenias, sabemos que la única salida es trabajar entre todos para revitalizar nuestra lengua.

Las siete docentes de los colegios armenios que participamos en el Proyecto de Zarmanazán casi no nos conocíamos antes de viajar, jamás habíamos trabajado juntas, pero durante todo un mes laboramos codo a codo, nos apoyamos, nos ayudamos, no competimos entre nosotras, aprendimos unas de otras.

Nuestro deseo es mantener ese espíritu de unión, que el trabajo mancomunado entre los colegios sea el nuevo sello y que este nuevo comienzo sea avalado y apoyado por las diferentes instituciones de la colectividad.

Que todos los años los docentes puedan participar de experiencias similares a la de Zarmanazán, que apostemos a las capacitaciones y a la mejora de nuestras escuelas.

 

¡Seamos la generación que logró salvar su lengua!

 

 

Luciné Ianikian y Natalí Kevorkian    

Compartir: