Opinión

¿Alto el fuego o capitulación? El acuerdo de Artsaj debería modificarse

01 de diciembre de 2020

La declaración emitida en conjunto el 9 de noviembre por el primer ministro de Armenia y los presidentes de Azerbaiyán y Rusia, fue descrita por Nikol Pashinyan como un simple documento de alto el fuego y no como la resolución final del conflicto de Artsaj.

Si bien este acuerdo puso fin a la guerra en curso, en realidad fue mucho más que un cese al fuego. Incluyó el regreso de Azerbaiyán a la mayoría de los territorios liberados por los armenios en la década de 1990. También hizo otras concesiones a Azerbaiyán que no están relacionadas con Artsaj. Por lo tanto, este documento significa una capitulación por parte de Armenia.

Esta “declaración” es un documento que necesita una aclaración seria para hacerlo más preciso. Comentaré los nueve puntos:

El punto 1, inusual en esta “declaración”, refiere que mientras los tres líderes acordaron detener la lucha “en su posición actual”, la parte armenia está obligada a devolver territorios que no fueron conquistados por Azerbaiyán. La mayoría de los altos al fuego indican una interrupción de las hostilidades y las diferencias entre las partes se resuelven más tarde en la mesa de negociaciones. Por eso llamo a este acuerdo una capitulación, no un alto al fuego.

Mi segunda observación es que la “declaración” pide el regreso del distrito de Aghdam a Azerbaiyán sin referirse a la parte armenia como la que devuelve este territorio (punto 2). Sin embargo, en el punto 6, la “declaración” menciona a la República de Armenia como la parte obligada a devolver los distritos de Kelbajar y Lachin a Azerbaiyán. Este es un grave error por parte de Armenia, ya que la liberación de Artsaj y de los territorios circundantes siempre se han presentado como obra de las fuerzas armenias de Artsaj y no de Armenia. Con esta frase, Armenia acepta que fue quien ocupó estos territorios, asumiendo así la responsabilidad legal por cualquier indemnización a Azerbaiyán ordenada por un tribunal internacional. La referencia a la “República de Armenia” debe modificarse por “fuerzas armenias”.

Punto 3: El número de fuerzas de paz rusas en Artsaj se establece en 1.960. Sin embargo, hay informes de que hay muchas más tropas rusas ahora y posiblemente incluso habrán más en el futuro. Esta es una desviación de la “declaración”, lo que significa que también se pueden realizar otros cambios en este acuerdo.

Punto 4: Las fuerzas de paz rusas tienen el mandato de permanecer entre las dos partes durante cinco años, a menos que Armenia o Azerbaiyán les pidan que se vayan seis meses antes del período de cinco años. Si bien se entiende que ningún personal para mantener la paz puede permanecer para siempre, esta disposición debería alarmar a los armenios porque el presidente Aliyev ha anunciado que Azerbaiyán quiere recuperar toda Artsaj y no solo una parte. Por lo tanto, lo más probable es que Azerbaiyán le solicite a Rusia que retire sus tropas en cuatro años y medio, abriendo la puerta para una completa toma azerí de Artsaj. Peor aún, las tropas rusas podrían retirarse mucho antes si estallara una nueva guerra entre Armenia y Azerbaiyán.

El punto 5 menciona que “se establecerá un centro de mantenimiento de la paz para supervisar el alto el fuego” sin mencionar quién iba a administrar dicho centro. Varios días después de la firma, se reveló que las tropas rusas y turcas gestionarán conjuntamente este centro que se ubicará en el territorio de Azerbaiyán, fuera de Artsaj. Probablemente fue una concesión del presidente Putin a Turquía por no permitir que sus tropas se unan a las fuerzas de paz rusas.

El punto 6 de la “declaración” solicitaba a Armenia devolver Kelbajar a Azerbaiyán el 15 de noviembre de 2020. Sin embargo, esta fecha se cambió posteriormente al 25 de noviembre. Una vez más, esto indica que es posible enmendar los términos de la “declaración”. Este punto solicita también la construcción de una nueva ruta “dentro de los próximos tres años” para conectar Artsaj con Armenia, sin pasar por Shushí, que ahora está ocupada por Azerbaiyán.

El punto 7 establece que “los desplazados internos y los refugiados regresarán al territorio de Nagorno Karabaj y áreas adyacentes bajo la supervisión del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados”. Se supone que tanto los refugiados azeríes como los armenios tendrán derecho a regresar a sus hogares en Artsaj y los territorios circundantes. Es dudoso que los armenios quieran regresar a los territorios bajo el control de Azerbaiyán. No se indica claramente si los refugiados azeríes tienen derecho a regresar a la parte de Artsaj controlada por los armenios, lo que podría provocar enfrentamientos entre las dos comunidades.

El punto 8 de la “declaración” se refiere al “intercambio de prisioneros de guerra, rehenes y otras personas detenidas y cuerpos de fallecidos”. Sin embargo, no hay fecha límite especificada para dicho intercambio. Dado que hay muchos más armenios cautivos que azeríes, esto ha creado un grave problema para las familias armenias de los prisioneros sometidos a un trato de barbarie por parte de Azerbaiyán.

El punto 9 es el más crítico y peligroso para el futuro de Armenia. Pide el establecimiento de un corredor entre el territorio principal de Azerbaiyán y Najicheván, a través de la parte sur de Armenia, cerca de la frontera con Irán. Esta es una línea roja que ningún líder armenio debería haber cruzado. Pone en peligro la soberanía y la integridad territorial de la República de Armenia. Tal corredor ha sido el sueño del panturquismo para conectar Turquía por tierra con Azerbaiyán y aún más allá, con las restantes repúblicas turcas de Asia Central. Este es un punto que Pashinyan debería haberse negado rotundamente a aceptar. Espero que no sea demasiado tarde para cambiar esta traicionera disposición.

Una posibilidad es que si Azerbaiyán viola cualquiera de los puntos de la “declaración”, Armenia podría declarar nulo el punto 9 del acuerdo. Por ejemplo, si las fuerzas azeríes atacan la parte de Artsaj actualmente habitada por armenios o cierran el nuevo corredor de Lachin, Armenia podría cerrar el corredor azerí en el sur de Armenia. Otra oportunidad podría llegar en cinco años, si Azerbaiyán pide a las fuerzas de paz rusas abandonar Artsaj.

La explicación de Pashinyan de que esta disposición permitiría a Armenia utilizar el ferrocarril existente a través de Najicheván y Azerbaiyán para transportar carga a Rusia es una fantasía. No se permitirá que ningún cargamento armenio atraviese estos territorios. Además, este corredor aísla a Armenia de Irán, una frontera crítica para Armenia. Para empeorar todavía más las cosas para Armenia e Irán, Azerbaiyán planea construir un gasoducto y una línea tren a través de este corredor, eludiendo así el territorio iraní, privando a este país de lucrativos ingresos.

Además de estos puntos específicos, la “declaración” firmada no debe considerarse un documento legal, ya que ni el Tribunal Constitucional de Armenia ni la Asamblea Nacional la han aprobado. Pashinyan no tiene derecho a firmar un documento por sí solo en nombre de la República de Armenia sin el consentimiento de los órganos correspondientes, como exige la Constitución.

Armenia ahora tiene como máximo cinco años para fortalecerse militarmente construyendo o adquiriendo sistemas de armas avanzados para poder repeler un nuevo ataque de Azerbaiyán y Turquía en Artsaj o Armenia. Como se mencionó anteriormente, Armenia debe reconocer inmediatamente a Artsaj, como estado independiente o como parte de la República de Armenia, utilizando este reconocimiento como una carta de negociación para un futuro mejor acuerdo con Azerbaiyán.

Harut Sassounian
Editor de California Courier

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