Arayik Harutyunyan: “Si las hostilidades hubieran continuado, habríamos perdido todo Artsaj en días”

10 de noviembre de 2020

El presidente de Artsaj, Arayik Harutyunyan, brindó una conferencia el 10 de noviembre en la que dio detalles sobre las decisiones que los llevaron a firmar el acuerdo del fin de la guerra.

“El 7 de noviembre perdimos por completo el control de la ciudad de Shushí”, comenzó Harutyunyan, quien remarcó que “si las hostilidades hubieran continuado al mismo ritmo, habríamos perdido todo Artsaj en cuestión de días”.

“No sé cómo evaluará la historia la decisión que tomamos ayer, pero nos vimos obligados a tomarla”, agregó, y reconoció que el ejército estaba “agotado y con COVID-19”. “Ayer tuvimos grandes pérdidas humanas en la región de Martuni, durante las últimas horas”, detalló.

“Nos vimos obligados a tomar esta decisión para que no hubiera más pérdidas. Luchamos contra las fuerzas de 8 países. Hablé con representantes de la élite, entre ellos Bako Sahakyan, Arkady Ghukasyan, Vitaly Balasanyan y otros, y todos están dispuestos a cooperar y trabajar con nosotros. Estamos realizando consultas con ellos. Todos dijeron que una tregua temporal o final era inevitable. De lo contrario, habríamos perdido todo Artsaj en cuestión de días. No hubo recursos para continuar la lucha”, marcó Harutyunyan.

“Parece que logramos defendernos de los drones durante varios días, pero ya en los últimos dos días el enemigo, no sé cómo, a través de nuevas tecnologías o nuevos drones, tuvo la oportunidad de volver a infligir grandes daños a nuestras tropas. La moral de las tropas no era muy buena, en algunos lugares se puede decir que estaba extremadamente mala, agotados por el COVID. El ejército estuvo en el frente durante 43 días, y no tuvimos la oportunidad de cambiar, descansar o curarnos”, planteó el líder.

“Ciertamente no luchamos contra Azerbaiyán, y definitivamente no solo los oficiales turcos o su equipo militar estuvieron en el campo de batalla durante las hostilidades. Hubo participación de soldados turcos, terroristas y mercenarios de diferentes países. Primero me inclino ante nuestros soldados, las personas más heroicas del mundo fueron nuestros reclutas. Me inclino ante las familias y parientes de todas las víctimas. Tuvimos que salvar las vidas de esos mismos reclutas”.

“Por supuesto, nos pueden preguntar por qué no informamos sobre esa situación en ese momento. Llamé desde Aghdam, desde esta misma silla, recordándoles, queridos compatriotas, que los necesitamos. El 29 de octubre, desde Shushí, frente a la iglesia Ghazanchetsots, dije que Shushí estaba en peligro. Discutían si Shushí estaba en nuestras manos o no, pero habíamos perdido el control principal desde el 5 de noviembre, completamente desde el 7 de noviembre”.

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