Carta de Armenia al Secretario General de la ONU: "Azerbaiyán trata de normalizar la violencia y el odio étnico a cambio de la adquisición de territorios"

22 de marzo de 2023

La carta del Representante Permanente de Armenia ante las Naciones Unidas, Mher Margaryan, al Secretario General de las Naciones Unidas se publicó como documento oficial del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas y de la Asamblea General el 22 de marzo.

“Escribo con respecto a la continua política de agresión de Azerbaiyán, las incesantes reivindicaciones territoriales y la instigación a la violencia contra Armenia y el pueblo armenio. Un claro ejemplo de las ambiciones agresivas de Azerbaiyán se puede encontrar en la carta reciente presentada por el Representante Permanente de Azerbaiyán (A/77/706-S/2023/43), que alude al llamado 'Azerbaiyán Occidental', lo que implica ostensiblemente que el soberano territorio de la República de Armenia", advirtió Margaryan.

"La conducta hostil y la retórica expansionista de Azerbaiyán son una demostración más de la intención de continuar en el camino de la agresión y utilizar las aspiraciones territoriales como pretexto para nuevas hostilidades. Cada vez es más evidente que, envalentonado por el uso de la fuerza en el pasado, Azerbaiyán trata de normalizar la violencia y el odio étnico a cambio de la adquisición de territorios, sin tener en cuenta los propósitos y principios de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional", continúa el texto.

"Evidentemente, la falta de rendición de cuentas por los crímenes del pasado ha creado un terreno fértil para elevar la instigación a la armenofobia al nivel de política estatal en Azerbaiyán. A lo largo de los años, el destacado patrimonio histórico, cultural y religioso de las comunidades armenias en los territorios que quedaron bajo el control de las autoridades azerbaiyanas fue arrasado. Azerbaiyán prácticamente ha aniquilado todo rastro de la presencia civilizatoria de los armenios en todos los territorios actualmente bajo su control, en particular en Najicheván, así como en las partes ocupadas de Nagorno Karabaj y en otras áreas. La bárbara destrucción de las iglesias armenias y el cementerio de Julfa con más de 5.000 khachkars (cruces cristianas medievales), que se llevó a cabo entre 1998 y 2005, es un claro indicador de la política de genocidio cultural del país que se posiciona como un 'modelo de tolerancia y multiculturalidad'. En particular, Azerbaiyán rechazó todas las solicitudes de misiones internacionales de investigación para investigar hasta qué punto los valiosos restos de la cultura medieval fueron destruidos en Najicheván".

"El cultivo del racismo y el odio contra los armenios, junto con la continua incitación a la violencia por motivos étnicos y religiosos, con un enfoque particular en los jóvenes y los niños, quedó bien documentado en numerosos informes de organizaciones internacionales, incluido el Comité de la Eliminación de la Discriminación Racial y la Comisión Europea contra el Racismo y la Intolerancia, revelando la naturaleza sistémica de la elaboración de perfiles raciales, la retórica odiosa e incendiaria, la sensación predominante de impunidad y la glorificación de los perpetradores de delitos motivados por el odio en Azerbaiyán. Hasta el día de hoy, Azerbaiyán no tomó ninguna medida para llevar ante la justicia a los responsables de crímenes de odio contra los armenios y, en cambio, ha adoptado una legislación que prohíbe la entrada al país de cualquier persona de origen armenio, independientemente de su ciudadanía, 'porque las autoridades no podría brindarles seguridad ya que son de etnia armenia'”.

"La promoción de Azerbaiyán de retórica incendiaria, amenazas expansionistas e intentos de reescribir y armar la historia para justificar actos criminales de agresión solo sirven para desestabilizar aún más la situación en la región y son perjudiciales para la creación de bases sostenibles para la paz y la seguridad”, finalizó el texto.

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